XXXIV

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En el trascurso de los días, Elle se vio comprometida en darle inicio a la propuesta que Damian le había hecho, contactó a un asesor académico, y juntos armaron una planificación para que comenzase a profesionalizarse en el sector de bienes y raíc...

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En el trascurso de los días, Elle se vio comprometida en darle inicio a la propuesta que Damian le había hecho, contactó a un asesor académico, y juntos armaron una planificación para que comenzase a profesionalizarse en el sector de bienes y raíces, las finanzas y administración de empresas, una vez estuviese oficialmente casada por la iglesia. También tenía como meta aprender otros idiomas, y aunque parecía demasiado, se sentía motivada, y se mentalizaba constantemente que sí iba a poder lograrlo.

Siempre había conseguido superarse, con mucho esfuerzo, de bailarina había pasado a secretaria de alto nivel, y ahora no defraudaría a su esposo, se convertiría en su mano derecha, ejecutiva y socia de la empresa Walker & Ferca.

Además, visualizarse a futuro, siendo una mujer poderosa y capaz, le servía de gasolina, quería serlo, y por ello, no perdió tiempo en empezar a construir esa mujer, en conjunto con cada uno de los sueños que alguna vez había anhelado.

Como había prometido, con ayuda de Alejandra, contrató a una asistente, su nombre era Alex, una joven morena, de su misma edad, a quien comenzó a preparar para que estuviese lista una vez le tocase hacerse cargo de sus responsabilidades.

Damian, de su parte, se sentía completamente orgulloso, le encantaba verla en marcha, el brillo en sus ojos lo mantenía cautivo, y ahora que ella misma comenzaba a regarse, como una flor en el jardín, lucía más radiante, sin duda alguna, le sentaba muy bien manejar el poder.

Cada día faltaba menos para su boda, lo que también los mantenía completamente dichosos a los dos, tener a Brianna como organizadora les simplificaba el trabajo a solo mirar y decidir. Cada día hablaban con ella, afinaban detalles para cumplir al cien por cierto con una boda única, a la altura del señor y la señora Walker.

Para ambos, aunque tenían bastante carga a su alrededor, estaban siendo días excelentes, estaban construyendo juntos los próximos años de su vida...

Y el sexo también era parte de ello.

Damian poco podía olvidar cada pedido que su cenicienta en versión porno le hacía, si era sincero consigo mismo, en ningún momento dejaba de pensar en complacerla, en satisfacer sus deseos, justo como lo hacía ella, cada día, cada vez que le permitía admirarla llevando unos zapatos de tacón.

Por ello no se olvidó de su petición, solo esperó paciente el momento indicado para poder sorprenderla.

Viernes, por la noche, llegaban juntos a casa después haber pasado todo el día en el trabajo. En la habitación, sobre su cama, esperaba un paquete dorado que Damian había planeado para su cenicienta, sorprendiéndola, una vez lo notó al entrar.

Al acercarse, Elle se hizo consiente de la tarjeta que llevaba su nombre impreso. Atrapó su labio entre sus dientes con suavidad, conteniéndose de abrirlo de una vez, en cambio, volvió abajo con Damian, que conversaba por teléfono en su despacho, esperó paciente, hasta que él que se dio la vuelta, fijándose en su presencia y le regaló una pícara sonrisa.

Por tus Zapatos Negros (PARTE II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora