Al correr los días Elle comenzó a maldecir los síntomas del embarazo, estaban siendo una perra con ella. Vomitaba cada mañana sin falta, y el resto de su día no siempre tenía buen humor, todo lo que quería era dormir, y en cada momento que se encontraba con Damian una lucha se desataba en su interior, porque quería besarlo, estar a su lado como de costumbre, recibiendo sus mimos, pero una vez se le acercaba le generaba nauseas su presencia y tenía que alejarse de él.
El primer trimestre no estaba siendo bueno, solo esperaba que Ashley y su madre tuviesen razón, que pronto iba a cambiar, porque no soportaría los siete meses restantes de su embarazo.
Damian estaba siendo completamente paciente con ella, se mantenía al margen para no molestarla, pero en sus ojos Elle podía ver cuánto se resistía, cuanto se moría de ganas por volver a abrazarla, besarla con fervor hasta robarle el aliento.
Estaban ambos en la oficina de Damian, por supuesto con una buena distancia. él sentado en su sillón, y Elle en el sofá, con las manos sobre su vientre, ya lo había tomado como una bonita manía, acariciar a su pequeña gomita se había convertido en su pasatiempo favorito.
—¿Crees que esto sea una prueba? —soltó Elle de repente, atrayendo la atención de su esposo.
—¿El qué?
—No poder tocarnos, besarnos, o simplemente estar cerca.
Damian soltó un suspiro, estaba seguro que lo que era, y la verdad, era la prueba más difícil que le había tocado jamás. Hace un tiempo una equívoca decisión le había dado a probar la vida sin Elle, había sido duro, pero ahora, tenerla, sin poder adorarla, conteniendo todo su amor, su pasión, era mucho más difícil para él.
—No va a durar para siempre —susurró, animándose a ambos—Tu madre ha dicho que los vómitos son los primeros meses, y en algún momento volverás a sentirte mejor —Tomó su teléfono del escritorio, y mientras tecleaba un texto con rapidez, le animó esta vez solo a ella —Mientras, tendremos que aprender a amarnos en la distancia.
Al decir, el teléfono de Elle sonó. Al observar su sonrisa coqueta no tuvo dudas de quien era el dueño del mensaje que acaba de recibir. Deslizó su barra de notificaciones, y le fue imposible no sonreír.
La amo, señora Walker.
—Yo también te amo, precioso —susurró.
Su sensibilidad natural, sumada a la sensibilidad que contenía el coctel de hormonas tras el embarazo, provocaron que sus ojos se llenaran de lágrimas, las que no pudo contener. Las ganas de sentarse en su regazo para darle un buen beso en los labios le sacudieron con fuerza, a lo que tampoco se pudo resistir.
Se levantó del sofá y caminó con rapidez hasta su sitio. Su rostro delató la sorpresa que le generó tenerla en sus piernas, tan rebelde y decidida como le gustaba, y Elle se sintió poderosa otra vez, lo tomó del cuello dirigiendo su boca hasta la de su príncipe en versión porno, en un beso, ese beso que moría por darle.
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Por tus Zapatos Negros (PARTE II)
Romance***SEGUNDA PARTE DE LA DUOLOGÍA ZAPATOS DE TACÓN*** Damian Walker, un hombre enamorado, que lo dará todo por recuperar a su cenicienta en versión porno. Después del desastroso final de la fiesta de aniversario, Damian y Elle pondrán a prueba la fue...