«¿Qué he hecho?» se preguntó Dianne, al ver ir a su hermano deshecho y desesperado en busca de su mujer.
Las lágrimas comenzaron a bajar sin control por sus mejillas, y su cuerpo se sacudía con leves espasmos. En medio de su ira, su dolor, nunca se detuvo a pensar en lo que pasaría con su hermano si Elle se marchaba para siempre, imaginó por un instante su vida sin Daniel, y se asfixió solo contemplando la idea, se sintió como un monstruo, tratando de figurarse todo lo que estaba sintiendo Damian en ese momento.
Estaba arrepentida de las mentiras que había dicho, deseaba poder tragarse todo el miedo y la ira que irracionalmente Elle le provocaba, tan solo para que al menos su hermano pudiese ser feliz, pero ya era demasiado tarde, el daño ya estaba hecho, y ni ella, y mucho menos Damian, estaban bien.
No podía creer que se había convertido en todo aquello que odiaba, en todo aquello a lo que tanto miedo le tuvo una vez. Un maldito monstruo que se escudaba en sus propias inseguridades para dañar a los demás. Y esta vez lo había hecho con su propio hermano.
—Damian me odia —sollozó en un susurro, poniendo una mano en su boca.
Se dio la vuelta, y miró a su esposo buscando un poco de consuelo, pero sus ojos vidriosos, rebosantes de ira, le dieron todo, menos eso.
—Lo siento... —les dijo a su familia, mirando todavía Daniel, y él a ella —Sé que lo que hice no estuvo nada bien, me dejé llevar por la ira, el miedo, y le hice daño no solo a Elle, sino también a Damian. Lo siento, de verdad.
Dirigió su mirada cristalizada a cada uno de sus familiares, que la miraban del mismo modo que Daniel, completamente decepcionados, comprendiendo que todos estaban enmudecidos con lo que acababa de hacer. Miró a su hermano mayor, quien siempre sabía que decir, buscó de su consejo, le suplicó con la mirada y éste suspiró.
—El mundo no gira a tu alrededor, Dianne —le contestó Darry, aunque molesto con ella, estaba calmado —Damian está enamorado de Elle, así como tú lo estás de Daniel y no lo respetaste, ya deja de pensar solo en ti, deja de creer que el mundo te debe algo —Se acercó a ella mientras hablaba y la tomó por los hombros para continuar —: Nadie elige que pruebas pasar, y la tuya fue dura, todos lo sabemos, y te entendimos en tu momento, en cada etapa por la que pasaste desde que tan solo eras una chica de dieciséis, pero el sufrimiento si es una elección, y tú has decidido seguir pegada al pasado sufriendo con ello, porque solo así nos manipulas a todos, pero conmigo también se acabó, Dianne, ya no más.
Besó su frente con cariño, y limpió sus mejillas húmedas.
—¿Tú también me odias? —le preguntó en un débil susurro.
—Ni Damian ni yo te odiamos, yo diría que por amarte demasiado estamos haciendo esto, Dianne, no podemos consentir que sigas haciendo daño, ni a ti, ni a nadie más —Acarició su mejilla al verla asentir.
Darry, sin tener más nada que decirle, ni que hacer en aquel lugar donde todo había acabado mal, le hizo una seña a su esposa, que seguía impactada y sentada en la mesa, para poder retirarse de la fiesta. Anastasia corrió hasta él y le tomó la mano, ambos salieron a paso apresurado del salón, y en cuanto estuvieron en el auto, ella susurró:
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Por tus Zapatos Negros (PARTE II)
Romance***SEGUNDA PARTE DE LA DUOLOGÍA ZAPATOS DE TACÓN*** Damian Walker, un hombre enamorado, que lo dará todo por recuperar a su cenicienta en versión porno. Después del desastroso final de la fiesta de aniversario, Damian y Elle pondrán a prueba la fue...