***SEGUNDA PARTE DE LA DUOLOGÍA ZAPATOS DE TACÓN***
Damian Walker, un hombre enamorado, que lo dará todo por recuperar a su cenicienta en versión porno.
Después del desastroso final de la fiesta de aniversario, Damian y Elle pondrán a prueba la fue...
Ganadorasdela dinámicadeinstagram. Disfruten, mariposas. Espero que les guste
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Verla partir fue una de las cosas más dolorosas que había tenido que enfrentar en su vida. Todo había pasado demasiado rápido, tanto, que no dejaba de desear despertar del mal sueño, pero nada era más real que haber perdido a su cenicienta, a la dueña de su corazón, de una forma tan tonta y tan cruel, que le costaba creer.
Anheló con vehemencia poder devolver el tiempo y enmendar sus errores, tener una nueva oportunidad para hacer todo al revés, tomar a Elle en sus brazos, y rugirle a Dianne por su falta de respeto. Fue una falla de una fracción de segundos, que dejó en riesgo su vida entera.
Tenía claro que sin Elle podía vivir, pero jamás sería lo mismo, sin ella, nada tendría coherencia, color o sabor, la necesitaba, ambos se necesitaban para estar bien. Como iba a poder coordinar un día si no veía sus ojos al despertar, cómo demonios llevaría su empresa sin Elle allí recordándole cada detalle, ya ni siquiera podía recordar lo que había hecho antes de ella, solo podía pensar en tenerla para siempre en su vida, pero ahora, nada estaba más lejos que eso.
—¡Maldita sea! —gritó sollozando, estaba lleno de ira y con un dolor incontrolable ciñéndose en su corazón partido, se sentía un idiota por haberlo dañado todo.
Limpió sus lágrimas con movimientos bruscos, era una bomba de sentimientos encontrados a punto de explotar, estaba tan enfadado consigo mismo por haberle hecho daño a la mujer que amaba, y sobre todo, que lo amaba a él, porque como Elle, absolutamente nadie más lo iba a querer.
Como un vendaval, arrasando con todo a su paso, se devolvió hasta el salón de la fiesta donde todos seguían impactados, como unos inmóviles maniquíes, y los maldijo también por no haber intentado evitar Dianne hiciera de las suyas. Al recordarla, la buscó con la mirada, y le clavó dagas con los ojos al encontrarla.
—¡¿Por qué, Dianne?! —gritó, hasta sintió que se desgarraba por dentro, y caminando con la respiración agitada y los ojos inyectados sangre se acercó hasta ella —¡¿Eres feliz, maldita egoísta?! —bramó en su cara sin importarle absolutamente nada —Elle me dejó, se fue, maldita sea que no la voy a volver a ver, ¿eres feliz? ¿ya te sientes bien contigo misma o necesitas hacerme algo más?
Sin poderse contener, aunque entendía como se sentía su mejor amigo, Daniel dio un paso al frente y se interpuso entre su cuñado y su esposa.
—Cálmate, hombre.
—¡No! —expetó furioso —No me puedo calmar cuando la mujer que amo se ha ido, en el mejor momento de nuestra relación la he perdido.
Respiró profundo tratando de calmar las turbulencias en su pecho, su corazón latía errático, en otro momento hubiese temido que se le saliese, pero ahora no le importaba nada más que Elle, y el maldito dolor que lo taladraba por dentro al no tenerla junto a él, al recordar el profundo dolor que le causó y como le decía con lágrimas en los ojos que todo acabó.
