Noche de masaje

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Fue una tarde de calor intenso. Por suerte pudimos tomar algo fresco y pasar un momento agradable, ese día vestias una remera musculosa de tiras con un pantalón corto. Llegada la noche empezamos a jugar cartas mientras tomamos algo frío. Al no gustarte la cerveza optamos por comprar un Santa Julia y mezclar con speed.
Estabas de racha y ganaste cada partida de cartas hasta dejarme sin un peso. Al no tenér nada más decidimos que si perdía nuevamente te haría masajes. Fue una victoria realmente arrolladora.
Terminaste el vaso que tenías servido y me dijiste que esperabas que te pague lo pactado mientras me dabas la espalda. Te pusiste cómoda en una silla cerca de la ventana mientras hacías a un lado tu pelo para dejar descubierto tu cuello.
Me senté detrás tuyo y empece a hacerte masajes en la zona de los hombros, abrimos la ventana para que entre el aire fresco de la noche mientras dejábamos funcionando el ventilador. Mis manos hacían movimientos suaves desde tus hombros a tu cuello a la vez que presionaba levemente para relajar tus músculos y deshacer los nudos. Estabas muy tensa, se notaba que habías tenido unos dias complicados.
El aire fresco de la noche entro como un fuerte viento abriendo las ventanas de par en par, de tanto alcohol que habíamos tomado ambos sentimos un repentino calor. Nos reímos al darnos cuenta que nos estaba haciendo efecto el vino blanco.
Continúe haciendo masajes en tus hombros y luego subiendo por la base de tu cuello hasta tu nuca mis pulgares hacian una leve presión miéntras me preguntabas dónde había aprendido a hacer eso. Rei y te dije que lo importante es que te relajes. Note por el reflejo de la ventana que tenías los ojos cerrados mientras disfrutabas, baje mis manos hacia el centro de tu espalda, mis manos hacían un movimiento circular a la vez que subía y bajaba. Te pedí permiso y metí mis manos bajo tu remera para hacer mejores masajes. Inicié en tu cintura, recostaste tu pecho sobre tus piernas mientras me decías que siga. Luego de algunos minutos te incorporaste, estíraste tus brazos, tu espalda, moviste tu cabeza en forma circular y te sorprendias al sentir como sonaba cada articulacion a la vez que te relajabas. .
Me pedíste si podia seguir haciendo los masajes otro rato te dije que no habría problema. Me pare detrás de ti y seguí con los masajes d​e los hombros mientras bebias otto vaso. Pude notar que estábamos un poco alegres los dos, mientras hacía los masajes dejaste caer una tira de tu remera por tus hombros para que sea más fácil hacer el masaje.
Baje mis brazos por los tuyos, acercando mi pecho a tu espalda, al sentir que respiraba cerca de tu cuello me dijiste que eso te hacía cosquillas mientras reías. Te pedí disculpas y te dije que me gustaba el aroma de tu perfume, a la vez que te tomaba por la cintura y hacia como si olfateara en tu cuello para hacerte más cosquillas.
Tomaste mis manos y reíste mientras intentabas apartar mi cabeza para que ya no te haga cosquillas. Mientras jugábamos de esa forma al querer incorporarte caímos juntos al suelo, quedando vos de espaldas arriba mío. No dejábamos de reír mientras nos levantabamos. Quedamos sentados en el suelo, te abrace por la espalda y te dije que me encanta el perfume que usas mientras te daba un beso en la mejilla. Nos miramos en esa posición y por alguna razón te sonrojaste.
Tome tu cintura, cerraste los ojos y apoyaste tu cabeza en mi hombro. Tu aliento golpeaba mis labios, tu perfume invadía mi olfato, incline mi cabeza y bese tus labios de forma suave. Era un beso tierno y largo. Empezó siendo un beso suave, tomaste mi rostro y nos miramos a los ojos. Solté tu cintura, te diste vuelta y poniendo tus piernas a los lados de mi cintura te sentaste sobre mis piernas. Rodeaste mi cintura mientras mis manos bajo tu remera recorrían tu espalda, desde tu cintura hasta tu corpiño. Mordí tus labios, reíste y me devolviste la mordida mientras lentamente levantaba tu remera hasta quitarla.
Entre besos te propuse ir a mi cuarto para estar más cómodos. Entramos, ambos estábamos descalzos, a esas alturas solo conservabas tu corpiño rojo y tu shorts. Tome tu cintura desde atrás y bese tu cuello, pusiste tus manos sobre las mías e inclinaste un poco la cabeza invitandome a seguir con los besos. Mi mano derecha subió hasta rus pechos, levantando tu corpiño para poder acariciar tus pezones a la vez que mi mano izquierda recorría tu vientre hasta llegar a tus shorts para desprenderlo. Tu piel era cálida y muy suave. La piel de tu cuello se erizaba al ser besada y tus pezones se ponian duros ante las caricias. Quité tu corpiño sin desprenderlo, te diste vuelta y nos besamos mientras te recostabas en la cama. Bese tu cuello, baje por clavícula besando cada centímetro de tu piel hasta llegar a tus pechos.
Bese cada centímetro de ellos mientras daba suaves mordidas y bajaba tus shorts. Atrapé tus pezones en mi boca, jugué con ellos usando mi lengua mientras los succionaba. Mis manos recorrian tus piernas desde tus pies a tu cola, disfrutando de tu suavidad. Baje por tu vientre hasta llegar a tu monte de Venus. Aún conservabas puesta esa tanga que hacía juego con el corpiño, mire tus ojos y haciendo a un lado la tela bese tus labios. Estaban húmedos, los recorrí con mi lengua de arriba hacia abajo mientras mi dedo mayor ingresaba en tu intimidad. Dejaste escapar un suave gemido mientras una de tus manos acariciaba tus pechos y la otra sostenía mi cabeza. Mi dedo ingresaba, hacia leve presión en tu pared vaginal y salía para luego repetir ese ciclo. Al ver cómo tú cuerpo reaccionaba un segundo dedo ingreso en tu interior. Lamía y succionaba tu clítoris mientras mis dedos se movían cada vez más rápido, hasta sentir como tus paredes vaginales se contraían, tu mano presionó mi cabeza contra tu sexo y dejaste salir ese delicioso fluido de mujer. Oía tu respiración agitada mientras sentia tus piernas calientes rodeando mi cabeza. Mire tus ojos desde tu entrepierna, sonreiste y tomaste mi rostro. Acercaste tus labios a los míos y nos besamos mientras quitabas mi ropa.
Me hiciste sentare en el borde de la cama. Entre besos te arrodíllaste y con una pícara sonrisa tomaste mi pene. Me masturbaste un poco y mirando mis ojos lo llevaste a tu boca. Sentía tus labios rodeando mi tronco mientras tu lengua jugaba con mi glande. Tu mano subía y bajaba mientras acariciabas mis testículos. Sentía la calidez y humedad de tu boca mientras mirabas mis ojos y me preguntabas si lo disfrutaba. Con una sonrisa lo introdujiste todo en tu boca. Estaba en el cielo. Te dije que estaba por acabar y que quería hacerte mía.
Tus piernas estaban a los lados de mi cintura tus pechos estaban a la altura de mi boca. Los lamí, los bese, succione tus pezones mientras acariciaba tu cola. Tus manos rodeaban mi cuello, tome mi pene y acaricié tus labios con mi glande. Sentí tus labios húmedos y cálidos, bajaste lentamente introduciendolo en tu intimidad. Nos moviamos lentamente mientras nuestras lenguas se fundian en tu boca. Te movias hacia abajo, atrás, arriba y adelante, oiamos nuestros sexos chocar mientras mis manos recorrian tu cuerpo y tus uñas se clavaban en mi espalda.
Sin salir de ti te recostaste en la cama y moviendonos juntos puse tus piernas en mis hombros mientras acariciaba tus pechos. Tome tu cuello, hice presion unos segundos y solté, fue una sensación algo rara al principio pero te gustó. Bajaste una de tus piernas quedando de lado y haciendo que sea una penetración mas profunda. Me hiciste recostar nuevamente, me diste la espalda y te movias de arriba hacia abajo haciendo que mi pene estimule tu punto g.
Me incorporé, te recosté boca abajo en la cama y sin salir de tu interior tome tu cintura y te penetre cada vez más rápido, más fuerte. Mordí tu cuello mientras acariciaba tus pechos, nos moviamos cada vez más rápido mientras te oía gemir. Nuestros cuerpos se tensaron, tu pulso pareció dispararse, estabas agitada, tus piernas temblaron y tú cuerpo lo acompaño mientras tus manos presionaban las mías. Te diste vuelta, nos miramos a los ojos y nos besamos. Me preguntaste si siempre serían así los masajes y te dije que dependería de la suerte en las cartas. Reíste, nos besamos y quedando juntos en la cama nos quedamos dormidos

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