No te conocía, pero el momento en el que te vi pareció que nos habíamos visto toda la vida. Verte usando ese vestido rojo ajustado con esa chaqueta de cuero llamaron inmediatamente mi imaginación. Tenías pechos no muy grandes pero un escote que realmente llamó mucho mi atención. Tu trasero era sin duda tu mejor cualidad... te vi y no me importo nadie más a tu alrededor. No lo pensé simplemente me acerque y te hablé, me perdí en tus ojos mientras recorria la silueta de tus labios. Hablamos por horas, ninguno nunca se presentó, no era necesario. Simplemente nos fuimos de ahí sin importar la hora, llegamos a mi casa y era como si hubiéramos estado ahí cientos de veces, te quitaste la chaqueta y la dejaste en una silla junto a tus tacones. Entre tragos y risas, mientras estábamos cómodamente sentados en un sillón, me dejé llevar y cai de boca en tu boca. Tu reacción fue natural, como si lo esperaras, como si vos también lo desearas. No dude y te besé otra vez, sonreíste y te sentaste en mis piernas rodeandolas con las tuyas. Tomé tu cintura mientras rodeabas mi cuello con tus brazos. Nuestros besos eran interminable, solo hacíamos pausas para vernos a los ojos y sonreir. Recorrí tu espalda con mis manos, desde tu cintura a tus hombros, deslice suavemente mis dedos por cada centímetro de tu piel. Besé tus labios, ladeaste la cabeza levemente y acepte esa invitación a besar tu cuello mientras bajaba suavemente el cierre de tu vestido. Dejaste que la tela se deslice por tus brazos dejando tus pechos desnudos, a la altura de mi boca. Miraste mis ojos mientras mordias tu labio inferior y tomabas mi nuca... guiado por tu mirada besé tu clavícula... mordí suavemente tu piel y baje a tus pechos, los besé con ternura, luego los lamí, guiado por la presión de tus manos comencé a morderlos con suavidad para luego succionar tus oscuros y delicados pezones. Comenzaste a moverte lentamente arriba mío mientras nuestros sexos se frotaban por debajo de la ropa, tu sentías mi ereccion entre tus piernas, yo sentía la humedad de tus labios mientras tomaba tu cintura. Ya no aguantamos más y nos detuvimos... arrancamos la ropa del otro y entre besos tomaste mi erecto pene para masturbarme a la vez que te recostaba en el sillón y hacia lo mismo contigo. Bese tu vientre y reiste, no se si por cosquillas o excitación, solo se que casi rogando me pediste que te chupe hasta lo mas profundo de tu intimidad...y así lo hice... mis dedos entraban y salían de tu sexo mientras arqueabas la espalda buscando no solo sentirme mas adentro sino también que mi lengua no deje un solo centímetro de tus labios sin recorrer hasta que sentí como tus fluidos inundaban mi boca . Mire tus ojos desde tu entrepierna y bese tu pubis, lamí tu vientre... mordí tus pechos y bese tu cuello mientras tus piernas rodeaban mi cintura invitandome a hacerte mía... te bese, mire tus ojos y note esa sonrisa que se dibujo en tu rostro al sentir que estaba dentro tuyo, comenzamos a movernos de forma lenta, buscando el ritmo juntos, buscando profundidad, buscando compartir el placer que estábamos sintiendo en ese momento. Buscamos las mejores posiciones en ese lugar, lejos estábamos de tener prisa, solo queríamos disfrutar. Sentí el peso de tu cuerpo sobre mi mientras seguía dentro de tu humeda y calida vagina... no dejabas de moverte haciendo movimientos suaves, pero profundos, movimientos circulares, de arriba hacia abajo... no dejamos de besarnos ni un instante hasta que finalmente lo sentí, te movíste de forma casi violenta, quedaste con los ojos cerrados conteniendo la respiración mientras arqueabas tu espalda hacia atrás. Sentí tu pulso acelerado, tu respiracion entre cortada y como tus uñas se clavaban en mi espalda mientras tus piernas me apretaban. Se contrajeron tus músculos vaginales y pareció que se hacía aún mas caliente al sentír que había acabado en tu interior a la vez que llegabas al orgasmo... nos besamos, nos miramos a los ojos y te invite a quedarte a dormir... fue entonces cuando aceptaste y entre besos me dijiste al oído "mi nombre es ... "