Luego de pasar la tarde juntos habíamos acordado cenar juntos, como otras veces sería yo quien cocine. Estábamos ambos con ropa liviana por el calor. Yo tenía puesto un pantalón corto y una remera, vos usabas un vestido corto, de tela fina que visto desde cierto ángulo se traslucia dejando ver un poco de tu figura. Era un día cálido, pero decidimos cocinar juntos. La cocina era un espacio pequeño, por lo que cada vez que nos moviamos de un lado al otro chocabamos, y aprovechabamos cada ocasión para hacer que nuestros cuerpos se rocen. No lo decíamos pero ambos disfrutábamos ese juego silencioso de seduccion, provocandonos mutuamente, buscando despertar el deseo en el cuerpo del otro. Tomaba tu cintura, besaba suavemente tu cuello, te movias suavemente provocando el roce de tu cola con mi miembro cuando te abrazaba, incluso dejaste escapar un suave gemido mientras besaba tu cuello. Así estuvimos tentandonos mientras cocinabamos. Finalmente estuvo lista la comida, por suerte teníamos un pequeño reloj que sonó 5 minutos antes de que este lista la cena porque habíamos perdido la noción del tiempo mientras tomaba tu cintura y besaba tu cuello, haciendo a un lado tu pelo suelto.
Cenamos mientras hablábamos de varias cosas y te confesé que había algo que soñaba poder hacer. Eso despertó tu curiosidad y me preguntaste de que se trataba. Te explique que quería vendar tus ojos y estimular tus sentidos de diferentes formas. Miraste mis ojos, había despertado tu curiosidad, lo note por la forma en la que mordias tu labio y mirabas de reojo la puerta de la habitación. Seguimos hablando y te dije algunas de las cosas que quería hacer. Te reiste nerviosa y dijiste que aceptabas, que querías probar que se sentiría. Bese tus labios con suavidad y tomando tu mano nos dirigimos a la habitación. Te quitaste el vestido, no llevabas nada debajo. Te acostaste, vende tus ojos y sin decirte nada ate tus manos a la cabecera de la cama, eso te tomo por sorpresa. Lejos de asustarte reiste y me preguntaste a que se debía. Te dije que era para aumentar la sensibilidad del momento. Bese suavemente tus labios y acaricie tu piel haciendo suaves círculos, usando sólo la yema de los dedos. Mis dedos recorrieron tu rostro, bajaron lentamente por tu cuello. Acaricie con suavidad tus hombros y recorri el espacio hasta tus pechos. Eran suaves y cálidos, mis dedos acariciaron tus aureolas y luego tus pezones erectos. Los acariciaba y tomaba con los dedos para luego recorrer una vez más tus pechos y bajar a tu vientre. Recorri tu pubis con suavidad y luego tus piernas. Tomé una pluma, recorri tus piernas, subi lentamente desde tus tobillos, recorri tu piel con lentitud, tu piel se erizaba mientras movias tu cuerpo guiando el camino a seguir. Recorri tu vientre y luego subi lentamente por tus pechos, tus brazos, tu cuello. Te veía morder tus labios mientras escapaban suaves gemidos.
Tomé un pequeño trozo de hielo, lo acerque a tu cuello y tu piel se erizo al sentir el frío aún antes de que haga contacto con tu piel. Lo apoye en tu cuello, te tomo por sorpresa y respondiste con un suave gemido, veía como se derretia dejando un sendero de agua sobre tu piel. Mordias tus labios y movias tus piernas de forma inquieta, haciendo que se froten. Recorri tus pechos con el hielo dibujando círculos mientras pasaba por tus aureolas y pezones para luego lamerlos, secando tu piel. Te oía gemir, pidiendo que no me detenga. Gemias mi nombre y movias suavemente tu cuerpo mientras mordias tus labios. Recorri tu vientre, me detuve en tu pubis y deje que el hielo se derrita un poco para ver como una gota de agua recorría tu erizada piel para luego deslizarse por tu entrepierna pasando junto a tus labios. No me contuve y lami esa gota, aprovechando la situación para besar tus labios, cálidos y húmedos. Presionabas tus piernas mientras arqueabas tu espalda pidiendo que siga lamiendo tus labios. Tomé una rosa, con sus pétalos recorri tus brazos, deje que sintieras el aroma de la misma mientras acariciaba tus pechos con mi mano. Te veía estirada en la cama, pidiendo que te acaricie, disfrutando el perfume de esa flor. Recorri una vez más tu cuerpo con mis manos, desate tus manos y bese tus labios con suavidad pero sin quitar la venda de tus ojos. Bese tu cuello y tome tu cintura mientras acariciabas mi piel. Baje lentamente hasta tus pechos, lamia y besaba uno de ellos mientras acariciaba el otro
. Gemias suavemente mordiendo tu labio mientras guiabas mi boca por tu cuerpo y acercabas tus pechos a mí boca. Baje besando tu suave vientre mientras acariciaba tu piel, llegue a tu pubis y lo bese. Bese tu cadera mientras mis dedos subían y bajaban por tus piernas. Deje que sientas mi aliento golpeando tus labios antes de besarlos, pase mi lengua por ellos, subiendo y bajando lentamente, movias tus caderas buscando sentir mi lengua entre tus cálidos, húmedos e hinchados labios. Los abriste usando tus dedos para sentir mejor como mi lengua invadía tu intimidad. Tomabas mi cabello y presionabas mi cabeza en ti, era un sabor delicioso, tus piernas descansaban sobre mis hombros aprisionando mi cabeza contra tu sexo. Con una de mis manos comencé a introducir mis dedos en ti, la calidez y humedad de tu vagina rodeaba mis dedos mientras mi otra mano recorría tus pechos, acariciandolos, jugando con tus erectos pezones mientras los pellizcaba sin hacerte daño. Desde tu entrepierna veía como mordias tus labios, te oia gemir mientras movias tus caderas y arqueabas tu espalda buscando sentirme más dentro tuyo. Mis dedos recorrieron lentamente tu piel hasta llegar a tus piernas, acaricié tu suave piel bajando por tus muslos para luego subir haciendo pequeños círculos hasta alcanzar tu entrepierna. Te veía morder esos deliciosos labios mientras tus ojos estaban aún vendados y mis dedos casi tímidamente recorrían tus húmedos labios vaginales subiendo y bajando. Me embriagaba tu olor a mujer, tus suaves gemidos me hacían devorar tu intimidad mientras mis dedos se introducían lentamente en tu calidez.
Mis labios rodearon tu clítoris para succionarlo a la vez que mis dedos comenzaban a entrar y salir cada vez más rápido de tu intimidad. Tus piernas rodearon mi cuello mientras tus manos tomaban mi cabeza undiendo tu sexo aún más dentro de mi boca, movías tus caderas al ritmo de mi lengua haciendo que cada movimiento sea más prolongado y duradero. Arqueaste la espalda mientras dejabas escapar un gemido ahogado el cual fue acompañado por tus deliciosos fluidos inundando mi boca. Tu cuerpo fue recorrido por un suave temblor a la vez que parecía hervir.
Besé tu piel caliente y bañada en sudor mientras subía por tu vientre hasta tus pechos. Los mordí con suavidad mientras sacaba mis dedos de tu intimidad. Acaricié tu contorno hasta llegar a la venda de tus ojos. La quite y mirando tus ojos te besé con calma, sin prisa mientras te oía respirar de manera aún agitada.
Giraste levemente tu cuerpo y quedamos besándonos frente a frente. Tomaste mi rostro y cruzaste una pierna por encima de mi abdomen, quedé acostado boca arriba mientras nos besábamos y tus pechos desnudos acariciaban mi torso. Comenzaste a moverte suavemente provocando que nuestros sexos de rocen, mi erección era más que evidente, al igual que la humedad de tu vagina.
Reíste, miraste mis ojos, levantaste un poco las caderas y mientras mordias tus labios tomaste mi pene y lo dirigirte a tu intimidad. Bajaste lentamente tu cuerpo haciendo que te penetrara mientras gemias suavemente en mi oído.
Una vez dentro tuyo comenzaste a hacer movimientos circulares...subías, te hacías hacia delante, bajabas y hacías hacia atrás... Al principio lento, mientras nos besábamos chocando y fundiendo nuestras lenguas. Luego comenzaste a moverte cada vez más rápido, te incorporaste y me cabalgaste mientras mis manos recorrían tu figura desde tu cintura hasta tus hermosos pechos. Los acariciaba, recorría tus aureolas y luego pellizcaba tus pezones. Bajaba por tu cintura para llegar a tus caderas y dar una buena nalgada en tu hermosa cola.
Me senté sin salir de ti y comencé a besar esos deliciosos pechos. Tu espalda se arqueaba hacia atrás mientras tus manos guiaban mi boca y tus piernas rodeaban mi cintura. Estuvimos varios minutos en esa posición, luego te inclinaste, recostando tu espalda en el colchón y dejando tus piernas en mis hombros, haciendo que logré una penetración más profunda a la vez que sentías el peso de mi cuerpo sobre el tuyo.
Te besé con pasión y te dije que estaba por acabar, sonreiste y rodeaste mi cintura con tus piernas. Miraste mis ojos, mordiste tu labio inferior para luego sonreír y besarme apasionadamente. Mire tus ojos y me dijiste que disfrutabas ser mía, que querías sentirme acabar en tu interior. Nuestros movimientos de coordinaron, solo se oía el sonido de nuestros cuerpos al chocar en la intimidad, nuestros pulsos de aceleraron y mientras sentimos que nos quedabamos sin aire un ligero temblor recorrió nuestros cuerpos, sentimos nuestros corazones latir cada vez más rápido mientras tus jugos vaginales se mezclaban con mi eyaculación en tu interior
Nos costaba respirar, sentíamos mucho cansancio pero a la vez estábamos llenos de satisfacción. Nos miramos a los ojos y sabíamos que las palabras estaban de más así que nos dedicamos a besarnos mientras salía de tu interior y recostabas tu cabeza en mi pecho. Besé tu frente y acaricié tu espalda mientras nos mirábamos a los ojos y me decias que la próxima vez sería yo quien esté a tu merced....