Era una noche fría y de mucha lluvia. Había terminado mi horario de servicio por lo qué aún tenía puesto mi uniforme con el chaleco mientras manejaba el móvil. Te vi buscando refugio bajo el toldo de un negocio, se veía que estabas mojada y con frío, quien sabe cuánto tiempo llevabas ahí parada. Detuve mi marcha, te hice seña de luces y abrí la puerta del acompañante para que puedas subir. Te acercaste corriendo, subiste de un salto y me diste las gracias a la vez que te disculpabas por mojar el asiento, te dije que no te preocupes por eso y me ofrecí a llevarte, aceptaste. Me contaste que vivías lejos de ahí y que el remis nunca apareció. Era una lluvia muy intensa y difícilmente se veía el camino por momentos. Finalmente llegamos a tu casa, era un lugar muy bonito y realmente habíamos disfrutado de nuestra charla hasta ese lugar. Me. Agradeciste por haberte llevado y me invitaste a que pase para que pueda ir al baño y tomar algo caliente. Al principio no acepte, pero luego de que me insistieras unos minutos mientras me mirabas con esos profundos ojos acepté. Bajaste primera y corriste para abrir la puerta. Una vez adentro encendiste las luces y me hiciste señas para que entre. Baje del móvil y corri esos pocos metros para no mojarme entero. Me indicaste donde era el baño a la vez que te dirigias a tu habitación para cambiarte esas mojadas ropas. Me quite el chaleco balístico que para ese momento me parecía realmente pesado y dejé mi cinturón con el arma al lado. Al. Salor del baño sentí tu voz llamándome desde la cocina. Me dirigí hacía ese lugar y al entrar te vi preparándome algo caliente para beber. “Un submarino está bien? “ me preguntaste, ya me había contado que era lo que más te gustaba tomar cuando tenías frío. Acepté tu ofrecimiento y me acerqué a buscar la taza. No pude evitar notar tu figura, pareció que lo notaste y sonreíste tímidamente. Espero que no te moleste el desorden de la mesa, me dijiste mientras nos dirigíamos al comedor. Bebimos ese submarino mientras hablábamos de todos los temas posibles. Mientras miraba tus profundos ojos y tus delicados labios. Una vez terminado te agradecí y me dirigi a la cocina para lavar la taza, al darme vuelta estabas delante mío. Nos miramos a los ojos y sin pensarlo tomé tu cintura, tus brazos rodearon mi cuello y nuestros ojos se cerraron a la vez que nuestros labios se chocaban. Nos dimos besos suaves, largos, llenos de pasión. Nuestras lenguas se encontraban y enredaban en tu boca mientras una de mis manos tomaba tu cola y la otra acariciaba tu espalda. Nos detuvimos un segundo para mirarnos a los ojos. Tomaste el cierre de mi campera y la desprendiste, la deje caer al suelo a la vez que levantaba tu remera y desprendiste mi camisa, quede con él torso desnudo mientras aun tenías puesto un corpiño color negro de encaje. Te abrace, tome tu cintura y bese con delicadeza tu cuello mientras una de mis manos desprendia tu corpiño y lo dejabas caer al piso. Continúe besando tu cuello, baje lentamente a tu clavícula, la bese de punta a punta para después morder tu hombro. Tomaste mi cabeza con tus manos mientras mis manos acariciaban tus glúteos por debajo de tu pantalón, guíaste mi cabeza nuevamente por tu deliciosa clavícula, al llegar a la base de tu cuello arqueaste levemente yu cabeza hacia atrás, dejando tu cuello descubierto, lo besé y mordí con sutileza para luego, guiado por tus manos comenzar a bajar lentamente disfrutando el suave sabor de tu piel descubriendo su aroma, su suavidad, tu aroma, oyéndote gemir suavemente mientras decías mi nombre a la vez que tomando tu trasero te alcé y senté en la mesada que estaba detrás de mí. Inclinaste hacia atrás tu espalda y besé tus pechos mientras entrecerrabas tus ojos y acariciabas mi pelo. Los besé, los acaricié y los mordí con suavidad para luego succionar tus pezones y jugar con ellos usando la punta de mi lengua. Acaricié tu piel desde tu cintura hasta tus hombros. Subí y baje varias veces mientras mi boca seguía en tis pechos y tus piernas rodeaban mi cintura. Nos miramos a los ojos y sonreíste al sentír cómo cada vez que mis manos bajaban también bajaba un poco más tu pantalón y ropa interior. Levantaste levemente tus caderas para que pueda quitar totalmente esas prendas. Besé tus pechos, baje a tu vientre y lo lami con cada beso que te di. Llegué a tu ombligo, tomaste mi nuca y sonreíste, bese tu pubis, también el espacio que esta entre tus piernas, me acerqué a tu sexo, su olor me embriago, bese tus labios y sentí su humedad, su sabor. Mordiste tu labio inferior mientras te miraba desde tu entrepierna, comencé a pasar mi lengua por tus labios inferiores mientras introducía uno de mis dedos en tu intimidad. Comencé un suave movimiento de entrada y salida mientras notaba como tu respiracion se agitaba con cada nuevo movimiento de mis dedos y mi lengua que jugaba con tu endurecido clitoris, al que succionaba cada vez más fuerte cuando mis dedos ingresaban. Sentía tu mano acariciando mi cabeza miéntras mi otra mano acariciaba tus pechos. Entonces lo sentí, tu mano tomó fuertemente mi cabello presionando mi cabeza contra tu sexo, tus piernas rodearon mi cuello e hicieron presión undiendo aun más mis dedos en tu interior, moviste tus caderas de arriba hacia abajo buscando sentir aún más adentro mi lengua, tu respiración se agitó y el sabor de tu sexo cambio por completo a la vez que un pequeño temblor delató el orgasmo que acababas de tener. Me miraste a los ojos y sonriendo me pediste que no me detenga, casi rogando me dijiste que querías que te haga mía. Bajaste de la mesada, me besaste como si no hubiera mañana mientras desprendías mi pantalón y dejabas al descubierto mi ereccion. Nos besamos y dejamos que mi ropa caiga al suelo. Tomaste mi mano y la dirigiste a tu rodondo trasero. Nos besamos sin parar mientras tus brazos rodeaban mi cuello, te levante y senté arriba de la mesa, donde te inclinaste hacia atrás y entre sonrisas note qué la cabeza de mi pene apuntaba directamente a tu húmedo, cálido y deliciosa vagina. Bese tus pechos mientras lentamente entraba en ti. Era una sensación deliciosa, tus pechos estaban en mi boca mientras tus uñas se clavaban en mi espalda y tus piernas rodeaban mi cintura. Ya no pensábamos, nuestros cuerpos actuaban solos guiados por el deseo y el placer. No importaba ni existía nada mas, buscamos las posiciones mas placenteras para lograr las penetraciones mas profundas mientras acariciaba tu cuerpo, mientras besaba tus labios, mientras mordía y lamia tus pechos. Quedaste de costado, sentías mi pene en tu interior mientras tu pierna estaba en mi hombro, mi glande acariciaba tu punto g miéntras con mi mano acariciaba y estimulaba tu clitoris. Bajaste de la mesa y me diste la espalda, te penetre en esa posición mientras te daba una firme nalgada y luego acariciaba tus pechos. Apóyaste tus manos en la mesa mientras nos movíamos cada vez mas rápido, mientras mordía tu hombro y besaba tu cuello. Mientras acariciaba tus pechos y oía tus gemidos. Te sentaste en el borde y te penetre nuevamente miéntras nos fundíamos en besos y tus piernas rodeaban mi cintura a la vez que tus brazos mi cuello. Aceleramos y coordinamos nuestros movimientos mientras mordía tu cuello hasta sentir como se agitaban nuestra respiración y nuestro pulso se acelero a la vez que llegamos juntos al orgasmo y nuestros fluidos se mezclaban en tu interior a la vez que entre besos te pedía que seas siempre mía…..