Capítulo 10

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Luego de unos minutos logro encontrar un taxi que nos lleve de vuelta al hotel. No quise molestar a los chicos con esto, así que con un poco de ayuda de un casi inconsciente Hades, caminamos hasta la salida de la mansión y tomamos un taxi. Agradezco internamente recordar el nombre de nuestro hotel, porque de lo contrario estaríamos perdidos.

El viaje se me hace rápido, mientras en mi mente resuenan las palabras dichas por el chico que está a mi lado con su cabeza recostada en mi hombro. No puedo evitar que mi pecho se caliente ante su preocupación y la desesperación con que dijo aquellas palabras. Él se preocupa tanto por mí... Nunca nadie lo había hecho, ni siquiera las monjas del convento. Es raro que una persona que apenas conoces se preocupe hasta tal punto, pero que él lo haga se siente tan... bien.

Y sé que puede sonar irónico, pero a pesar de que él desprende tanta oscuridad, misterio y peligro, a su lado me siento protegida... A salvo.

Al llegar a la entrada del hotel, el amable chofer me ayuda a bajar a Hades del auto. Él abre los ojos y ayuda un poco, pero aún está muy mal, así que se sienta en el suelo sin que pueda detenerlo.

El señor me dice cuánto debo pagar, pero como no tengo dinero propio, me volteo hacia Hades y comienzo a revisar en los bolsillos de sus jeans. Él se inclina hacia atrás apoyando sus manos en el suelo y me mira con una sonrisa pícara mientras intento sacar su cartera de uno de los bolsillos delanteros.

—Wow, la monjita está caliente esta noche. —Dice arrastrando las palabras.

No sé a qué se refiere con "caliente", pero la forma en que me mira me hace sonrojarme.

Logro sacar su cartera y pagar rápidamente antes de guardarla nuevamente y tomar a Hades del brazo para que se levante. Él hace su mayor esfuerzo para ayudarme y logramos llegar al ascensor sin que vuelva a caer. Una vez dentro, marco el número del piso al que vamos y las puertas se cierran.

Se instala un silencio incómodo y yo me remuevo al ver que él no deja de mirarme. Está recostado a la pared contraria a la que estoy mientras mantiene su intensa mirada sobre mí.

—¿Qué pasa? ¿Por qué me miras tanto? —Pregunto sin poder evitarlo.

—Solo admiro lo hermosa que te ves. —Su respuesta hace que mi corazón se acelere.

—Gracias... —Digo clavando mi mirada al suelo sin saber que más decir.

—El rojo te sienta muy bien ¿Sabes que es mi color favorito? —Pregunta con su sonrisa ladeada y yo niego mientras intento contener la sonrisa que amenaza con abandonar mis labios.

—No lo sabía. —Miento.

Las puertas del ascensor se abren y volvemos a la lucha por llegar a la habitación sin que su boca bese el suelo. Avanzamos con la rapidez que se puede en este momento, pero de repente Hades se detiene en seco y antes de poder preguntarle nada, se dobla y comienza a vomitar a nuestros pies, llenando nuestros zapatos y mis dedos descubiertos,de vómito.

—Lo siento... —Murmura antes de volver a inclinarse y expulsar lo que le queda mientras paso la mano por su espalda para que suelte todo.

Cuando pienso que no puede pasar nada peor, Hades pierde el equilibrio y termina cayendo de bruces al suelo encharcado, y yo por querer detener su caída, termino en el suelo junto a él. Mi vestido y su ropa están empapadas por su vómito, y no sé si reír o llorar por la caída y la mala suerte de haberlo hecho justo en el charco que acaba de expulsar.

Me levanto rápidamente y lo ayudo a ponerse en pie para continuar nuestro camino, confiando en que ya vendrán a limpiar el suelo del pasillo. Sí siento la incomodidad de estar empapada de ese líquido, no obstante no siento el asco que debería, pues he pasado mucho tiempo en geriátricos y asilos ayudando a los ancianos, y muchas veces pasé por situaciones similares a esta.

Inocente✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora