Capítulo 21

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DOBLE ACTUALIZACIÓN 1/2

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Tres días han pasado desde que los chicos me dejaron en la entrada del convento.

Otra vez aquí.

No es que no me guste este lugar, pero siento un poco de enojo por todo lo sucedido. Porque luego de haberme criado aquí, de estar acostumbrada a esta vida, me envían a vivir con personas que no conozco, con chicos, un estilo completamente diferente al que conocía; entonces cuando comienzo a sentirme parte de él, a disfrutarlo, hacer amigos y creer que puedo tener un futuro normal, sin previo aviso vuelven a traerme para acá.

«Volveré por ti, lo prometo.»

Su promesa se ha quedado clavada en mi pecho, al igual que su última mirada. Mi alma destrozada por el dolor de su abandono fue reconstruida en el momento en que sostuvo mi brazo y dijo aquellas palabras. No me ha abandonado, todo lo que dijo esa mañana fue sincero; le gusto y quiere ser mi novio. Desconozco los motivos que lo llevaron a sacarme así de su casa, pero si Hades me dijo que confiara y lo esperara, eso es lo que haré. Confío en él; desde que llegué a su casa me ha demostrado que me cuida y me quiere, pondría mis manos al fuego por ese chico sin dudarlo.

Camino por los pasillos de la capilla principal, luego de la misa matutina debo ir a ver a la madre superiora para que me asigne las tareas que debo hacer ahora que he vuelto. Desde que regresé no he hecho más que ir a misa y estar encerrada en mi habitación, y necesito despejar mi mente haciendo algunas tareas.

Finalmente llego al despacho de la madre superiora, levanto la mano para llamar a la puerta pero me detengo a medio camino al escucharla hablar. Espero educadamente a que termine para no interrumpir, pero lo que escucho me llena de intriga.

—No ha ocurrido nada extraño desde que la trajo, nadie se ha acercado a los alrededores del convento, hemos vigilado a toda hora. —Se oye la voz de la madre superiora y al no escuchar respuesta de alguien más, supongo que habla por teléfono.

—Ella debe estar saliendo de misa en estos momentos, le dije que viniera a mi despacho para asignarle algunas tareas.... La verdad que no entiendo por qué la ha traído nuevamente, pensé que todo se había arreglado.

¿Hablan de mí?

—Tranquilo, aquí la cuidaremos como hicimos la vez anterior, debo colgar que puede aparecer en cualquier momento. Volvemos al mismo plan, nos mantendremos con contacto.

¿Con quién habla la madre superiora? ¿Y por qué hablan de mí?

Al ver que se mantiene en silencio, entiendo que ha colgado la llamada, así que espero unos segundos para llamar a la puerta.

—Oh, Amelia, querida, pasa y siéntate. —Me recibe con una sonrisa amable mientras guarda un teléfono móvil en una gaveta bajo llaves. Algo muy raro puesto que aquí no se permiten teléfonos que no sean los qué hay fijos en los despachos o los públicos de los pasillos.

—Buenos días, Madre, he venido a que me asigne las tareas que me corresponden. —Digo mientras disimuladamente veo el lugar donde guarda la llave con que ha cerrado la gaveta. En el librero, justo al lado de la biblia, dentro de una pequeña caja.

Ella comienza a explicarme lo que debo hacer esta semana, los horarios a los que debo limpiar y más cosas que no logro escuchar por estar sumergida en mis pensamientos. Según lo que escuché en la llamada le hablaba a alguien sobre traerme, y la persona que me trajo fue Hades. ¿Será que hablaba con él? ¿Cómo tiene su número? No vi que intercambiaran teléfonos cuando me trajo.

—Madre Superiora, ha llegado el camión de ropa para los niños del orfanato, debe firmar la entrega. —La voz de una de las hermanas que entra al despacho me hace volver a la realidad.

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