Epílogo

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(Alemania).

Meses más tarde.

Estoy ansiosa, feliz y emocionada. Hoy por primera vez celebraremos juntos el cumpleaños de mi hijo, luego de que me perdiera los tres primeros.

—Am, ve a alistarte que ya casi llegan los chicos. —Me regaña Juliet cuando me ve en la cocina revisando que todo esté en orden. —Yo me encargo de esto, vete.

—De acuerdo. Cuida que no quede ningún cuchillo o nada filoso que Max pueda alcanzar. —Digo y ella rueda los ojos.

—Que sí, yo controlo, tú tranquila. —Sonrío y camino para subir a mi habitación.

Max está con Mara que vino antes de tiempo para poder llevarlo al parque que tanto le gusta, y los chicos deben estar por llegar del aeropuerto.

Luego de la muerte de Ángel, decidimos que lo mejor sería volver a Alemania; por un lado queríamos estar cerca de los chicos, pero por otro queríamos volver a nuestra casa, al lugar donde fue concebido nuestro adorado hijo. Ver a nuestra familia no sería impedimento pues el jet de Adrián estaría disponible para cada vez que quisieran venir, como es el caso del día de hoy.

Hades se encargó de revisar que no quedara ni uno de los cómplices de Ángel sueltos por ahí. Quedaron vivos dos de ellos, y ambos están en la cárcel muy tranquilos luego de una amable visita de Hades dónde les pidió cariñosamente que se olvidaran de nuestra existencia. El resto de los cómplices, al igual Ángel, han desaparecido como por arte de magia; sabrá dios lo que habrán hecho con sus cuerpos, y tampoco quiero saber.

Juliet se mudó con nosotros y es la que cuida de Max cuando Hades trabaja y yo estudio; sí, comencé la universidad para cursar una maestría y poder enseñar como tanto me gusta. Adrián trabaja como profesor de literatura en mi facultad –Sí, es uno de mis profesores –. Al inicio pensé que sería incómodo pero no lo es, en las clases solo somos profesor-estudiante y nadie sabe que somos pareja. Me causa mucha gracia ver como todas las mujeres del salón suspiran y pierden el control cada vez que toca su turno de clases; todas muriendo por el chico que cada noche tengo en mi cama y que es solo mío. No me molesta que se le insinúen y que derramen la baba por él, pues Hades se encarga de dejarles claro que no está interesado en ninguna de ellas, y confío lo suficiente como para estar segura de que no me traicionaría.

Al llegar a mi habitación escucho la ducha y sonrío de lado. Camino hacia el baño y abro sin hacer ruido. Veo a través de la puerta transparente de la ducha a mi sexy chico de espaldas a mí y me quedo unos segundo admirando su cuerpo mojado. Su espalda ancha y definida siendo el camino de los finos hilos de agua que lo recorren me hace salivar; Hades no es muy musculoso pero tiene lo suficiente para que se vea perfecto, además está yendo al gimnasio y puedo ver claramente los resultados.

—Me siento traicionada. —Digo y él da un respingo antes de voltear hacia mí.

—Amor, no te escuché entrar. —Dice mientras echa su cabello largo hacia atrás.

—¿Se puede saber qué haces bañándote sin mí? —Pregunto con una ceja arqueada y los brazos cruzados. Él siempre es quien protesta porque quiere que nos bañemos juntos.

—Te iba a llamar pero vi que estabas ocupada organizando todo para la fiesta y no quería molestar. —Dice con una sonrisa de disculpa y abre la puerta de cristal que nos separa

—Bien, lo dejaré pasar por esta vez. —Respondo mientras me deshago de la ropa que llevo y me quedo desnuda frente a él. Veo como sonríe de lado mientras me recorre con deseo y puedo notar sus intenciones.

—Ven, te restregaré la espalda. —Sonrío ante sus palabras y tomo la mano que me extiende para que entre a la ducha con él.

Quedamos frente a frente y él toma el jabón líquido para comenzar a esparcirlo por mi cuerpo. Las imágenes de cuando no lo recordaba se cuela en mi mente como cada vez que lo hacemos.

Inocente✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora