Capítulo 14

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Nos quedamos en silencio unos minutos en los que yo me pierdo en mis pensamientos. Como más galletas con la vista perdida en las rosas negras, hasta que su voz me trae a la realidad.

—¿Te las comerás todas? —Volteo hacia él y sonrío al verlo mirando las galletas.

—Ujum. —Respondo y doy otra mordida.

Veo como mira las galletas con añoranza y relame sus labios. Intento no sonreír por su rostro y gimo disfrutando del sabor para molestarlo. Estira la mano para alcanzar una de las galletas y yo rápidamente alejo el envase para que no lo logre.

—¿Qué haces? —Pregunto con fingida confusión.

—Pues tomar una galleta. —Responde mientras intenta alcanzarlas nuevamente.

—No te daré. —Él frunce el ceño.

—¡¿No?! ¿Por qué no?

—Porque son mías. —Me encojo de hombros y él enarca una ceja.

—¡Pero si hace unos minutos me insistías para que comiera! Sabes que son mis galletas favoritas. —Dice indignado y yo doy otra mordida a mi galleta.

—Pero no quisiste, así que ahora son sólo mías.

Hace puchero y baja la cabeza entristecido. Me da un poco de lástima, así que decido dejar de molestarlo, pero cuando traigo el envase cerca de mí para abrirlo y darle una galleta, se lanza hacia mí y pego un grito del susto mientras me levanto del borde de la fuente.

—¡¿Qué haces?! —Pregunto mientras me alejo lentamente y él se acerca más.

—Tomo lo que es mío. —Dice con una sonrisa ladeada a lo que yo aprieto más fuerte el envase de las galletas contra mi pecho.

—¡Jamás! ¡Son mías! —Digo mientras comienzo a correr por los alrededores de la fuente y él me persigue. —¡Aléjate! —Grito entre risas cuando veo que casi me alcanza.

—¡Dame mis galletas con chispas de chocolate! —Grita él y logra rozar mi brazo, por lo que corro aún más rápido.

—¡Son mías! —Exclamo con dolor en el abdomen de tanto reír.

Siento que me toma por detrás con sus manos en mis caderas y pego un brinco.

—Te tengo. —Dice con una amplia sonrisa, pero me remuevo en sus brazos para que no alcance las galletas.

Forcejeamos, él intentando que suelte el envase, y yo alejándolo lo más que puedo mientras trato de voltearme para correr. En un momento logra alcanzar el envase, por lo que me volteo bruscamente haciéndolo perder el equilibrio, tropezar con el borde de la fuente y caer al agua. Me tapo la boca al verlo empapado y no puedo aguantar la risa. Me carcajeo por unos minutos en los que él solo se limita a observarme y reír.

—¡Ves lo que has hecho! Ahora estoy mojado por tu culpa. —Intento parecer seria pero no me es posible.

—Eso te pasa por querer tomar lo que no es tuyo. —Me burlo y él niega con la cabeza.

—¿Puedes ayudarme a salir, por lo menos? —Pregunta y yo asiento.

Dejo el envase en el borde de la fuente para poder utilizar los dos brazos y me acerco hacia él. Extiendo mis manos para ayudarlo, pero en cuánto las toma me impulsa hacia él y termino empapada sobre su cuerpo.

—¿Pero qué has hecho? —Grito al ver lo que me ha hecho, mientras él se carcajea en mi cara.

Tú también te burlaste.

Me separo un poco y me incorporo sobre su cuerpo para levantarme, pero él me sostiene y me deja a horcajadas sobre sus piernas. El agua me llega por la mitad de la cintura, es la fuente más profunda que he visto nunca.

Inocente✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora