Inocente✔️

Capítulo 18

Capítulo dedicado a @crismairyalvarez Gracias por siempre apoyarme, espero que te guste y disfrutes del capítulo. 🤗🤍😘

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Un grito ahogado sale de mi garganta al ver a la velocidad que comienza la carrera. Me sostengo del asiento fuertemente con la respiración agitada; había olvidado lo que se sentía. Demasiada adrenalina para mi ser.

Siempre te ha gustado la adrenalina, Amelia, por algo siempre te escabullías en el convento.

No es lo mismo, ahí no arriesgaba mi vida.

Comenzamos a pasar por curvas y más curvas, cada una más cerrada que la anterior. Mi corazón late desbocado y yo rezo internamente para que no tengamos un accidente, vamos demasiado rápido y muy pegados a otros autos.

Cierro los ojos cuando veo por el retrovisor de mi izquierda como dos de los autos que vienen detrás nuestro chocan y ruedan por todo el pavimento.

¿Para que me he subido? ¡Estoy loca! Debí de haberme quedado con los chicos bien tranquila, pero no, tenía que ir a saludar a Hades.

—Abre los ojos monjita, así no disfrutas el viaje. —Escucho la voz burlona de Hades a mi derecha.

—¡¿Pero que viaje se puede disfrutar?! Si vamos directo al cielo a ver a diosito. —Respondo alterada sin abrir los ojos y con mi agarre en el asiento fortalecido. Escucho sus carcajadas y por un segundo disfruto de su sonido.

—Lamento decepcionarte nena, pero usted y yo no iremos al cielo precisamente, sino más bien al infierno. —Abro un poco los ojos para verlo cuando dice eso. Él desvía la vista de la carretera hacia mí y continúa. —Pero no te preocupes, yo como buen dios del inframundo te daré el mejor trato.

Algo dentro de mi estómago vibra ante la mirada que me dedica y su sonrisa ladeada, como si sus palabras tuvieran un trasfondo. Y mi bendita curiosidad se muere por saber a qué se refiere.

Vuelvo a cerrar los ojos al sentir como hace un giro brusco y se incorpora a otra carretera. Junto a nosotros, tres autos discuten el segundo lugar mientras vamos de primeros.

No dejo de contar los minutos para que esto acabe y pueda pisar tierra a salvo. Todo el tiempo me mantengo con el corazón en la garganta y las manos sudorosas por los nervios. Escucho que el motor ruge más fuerte aún y el auto toma más velocidad, algo que creía imposible, porque ya vamos demasiado rápido.

—¡Por dios, Hades, vas muy rápido! ¡¿Puedes bajar la velocidad?! —Grito angustiada.

—¿Cómo quieres que baje la velocidad? Te enteras de que estamos en una carrera ¿cierto?

Un ataque de risa me consume, quizás por la situación, los nervios o por lo que dice, pero no paro de reír. Abro los ojos mientras estos se cristalizan y mi estómago duele por mis carcajadas. Hades comienza a reír también al verme.

—¡Eso es, joder! Ríe, ríete a carcajadas y no te preocupes tanto por nuestra muerte. Esto es para divertirnos, disfrútalo.

—¡Tengo miedo! —Grito sin parar de reír. Siento como una lágrima se desliza por mi mejilla.

Hades voltea a verme con una amplia sonrisa y acerca su mano a mi mejilla para limpiar la lágrima que la recorre.

—Estas son las únicas lágrimas que quiero ver en ti, que salgan de tu risa, no de tu dolor. —Por un momento nos quedamos mirando fijo y sus palabras calan en lo profundo de mi alma. A veces dice cosas tan hermosas.

Pero ese momento acaba cuando caigo en cuenta de que no está atendiendo a la carretera.

—¡Atiende hacia al frente, maldita sea! —Grito y él se carcajea mientras saca la lengua en forma juguetona.