Capítulo 11

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No puedo dormir en toda la noche, me es imposible no pensar en lo ocurrido. La actitud de todos y la desaparición de Hades. ¿A dónde habrá ido?

Toda mi curiosidad aumenta al preguntarle a la mañana siguiente a los chicos que fue lo que sucedió y me dicen que nada de importancia, que no me preocupe por eso. Todos actúan como si nada hubiese pasado, pero yo sé que no es así. Sobre todo porque Hades no aparece hasta tres días después y desde entonces no sale de su habitación; ya va una semana en la que no lo veo, está encerrado y no permite que nadie más aparte de Nathan entre, y es solamente para dejarle su comida e irse al instante.

Estoy preocupada por él. No sé qué habrá podido suceder para que esté tan apartado de todos, pero no me gusta. Quisiera poder hacer algo para que se sienta mejor, pero no me dejan verlo. Se me hace raro no hablar con él luego de pasar tanto tiempo juntos en Hawái, en cierto modo lo extraño.

Me encuentro en mi habitación, admirando la rosa negra que milagrosamente aún no se marchita cuando siento que llaman a la puerta.

—Am, iremos todos al cine. ¿Te apetece venir? —Pregunta Alan cuando entra.

—No me siento con ánimos Alan, creo que me quedaré a descansar esta noche. —Él asiente con un mohín y luego se marcha.

Me arropo para dormir, pero como me sucede últimamente, no puedo conciliar en sueño, y las pocas veces que lo logro vuelvo a tener la misma pesadilla sobre Hades.

Me levanto y observo el reloj qué hay en la mesita de noche, para darme cuenta de que ya es medianoche. No he sentido a los chicos llegar aún, así que supongo que se fueron de fiesta luego del cine. Salgo de mi habitación para bajar a beber agua, cuando veo que la puerta de la habitación de Hades está entreabierta. Dudo un momento en si debería entrar o no, pero finalmente me decido a hacerlo.

La abro cuidadosamente para pedirle permiso antes de pasar, pero veo que no está dentro; la habitación está vacía y yo me asombro al ver el desastre qué hay frente a mis ojos. Los estantes están vacíos y todo lo que había en ellos se encuentra en el suelo, una guitarra eléctrica destrozada, un escritorio partido a la mitad, ropa por doquier. Parece como si un tornado hubiese entrado a esta habitación.

Abro los ojos de par en par al ver que a un lado de la cama, en el suelo, hay sangre; la preocupación me hace entrar corriendo hacia allí, y veo qué hay muchos vidrios esparcidos en el suelo. Entro al baño con la esperanza de que esté ahí y poder ayudarlo, pero no, no hay nadie, solo varios botes de medicamentos abiertos con pastillas tiradas alrededor.

¿Hades se medica?

Sacudo la cabeza para borrar esos pensamientos y centrarme en lo importante: Encontrar a Hades. Salgo a la habitación y noto que el rastro de la sangre se dirige a la puerta. Suspiro cuando pienso que lo más probable es que se haya marchado tal como hace unos días, así que me limito a recoger y organizar todo el desastre que ha dejado.

Logro colocar todas las cosas en el estante y agrupar los restos de la guitarra junto al escritorio para luego sacarlos de aquí. Apilo la ropa encima de la cama para comenzar a doblarlas, y luego finalmente limpiar el suelo. Tomo asiento en un costado de la cama mientras doblo cada prenda, cuando la presencia de alguien a mis espaldas me hace estremecer. No tengo que voltear para saber quién es, ya que esta sensación solo la causa él.

—¿Qué haces en mi habitación? —Su voz profunda y enojada me hace levantarme de inmediato y voltear a verlo.

—Yo... Vi la puerta abierta y quise pasar a verte, pero vi todo el desorden y quise ayudarte un poco. —Musito un poco avergonzada ante su intensa mirada.

Inocente✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora