Inocente✔️

Capítulo 20

Feliz navidad a tod@s, aquí les dejo de regalo este capítulo narrado por nuestro hermoso Hades. Espero que disfruten.

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HADES

Salgo de la casa al recibir la llamada de Juliet, dijo que quiere verme y no puedo negarme a eso. Enciendo mi auto y conduzco por la carretera central para salir de la ciudad. Luego de dos horas de viaje, finalmente llego a mi destino; bajo del auto y camino por la acera hasta llegar a la entrada de la mansión. Utilizo mis llaves y voy por el jardín hasta llegar al recibidor de la casa principal. Entro y mis ojos dan con Juliet, sentada en uno de los sofás del salón leyendo un libro, como siempre en su mundo ficticio.

Al escuchar el sonido de la puerta, ella voltea en mi dirección y me ve; se levanta rápidamente y viene a recibirme con un fuerte abrazo que correspondo sin dudar.

—Te extrañé mucho, Max y yo te extrañamos. —Dice al separarse un poco pero sin dejar de sostener una de mis manos. Con la otra coloco un mechón de cabello tras su oreja y la atraigo hacia mí para besar su frente.

—Yo también los he extrañado, pero no he podido venir antes. ¿Dónde está mi pequeño? —Pregunto mientras caminamos para sentarnos en el sofá donde estaba ella anteriormente.

—Se ha quedado dormido hace unas horas, ya casi tiene que comer así que debemos despertarlo, pero antes quiero hablar contigo sobre la razón por la que te he llamado.

Asiento levemente y me acomodo de lado para quedar frente a ella. Sé que es algo grave o urgente para que me haya llamado, y no puedo evitar pensar en que algo malo le ocurre a Max. En mi vida solo hay dos cosas que me importan, dos personas, y ese niño es una de ellas.

—Hace dos días conducía cerca de la casa dónde vives con los chicos, pensé en visitarte pero estaba con Max y... ya sabes. —Explica y asiento para que continúe. —Pues el caso es que entraba a una heladería porque Max se antojó y... Lo vi.

Un escalofrío me recorre de pies a cabeza. No se refiere a él, es imposible.

—Viste a... —Su nombre no sale de mis labios, ella me mira preocupada y luego asiente.

—Así es, al inicio pensé que tal vez lo confundía, que simplemente era alguien muy parecido pero me llamó mucho la atención el tatuaje en su brazo. Un águila atravesada por una espada.

La ira crece en mi interior, y junto a ella el miedo, preocupación, odio, incredulidad. No puede ser posible que él esté fuera, yo me encargué de que eso no sucediera. Mi corazón late más rápido y mis manos comienzan a sudar mientras saco el teléfono del bolsillo de mi pantalón. Me levanto a la par que marco el número de la única persona que puede corroborar lo que acaba de decir Juliet.

—Hallo. —(Hola) Responde al tercer tono.

—Dime que no es cierto. —Pido en Alemán. Escucho como él suspira a través de la línea y luego, como temía, responde.

—Lo siento, no pudimos evitarlo, fue muy ágil y tenía todo planeado minuciosamente. —Estallo furioso y doy un golpe en la pared a mi lado.

—¡Son unos incompetentes! ¡¿Cómo pudo escapar un maldito interno de un puto manicomio de alta seguridad?! ¡Estabas encargado de vigilarlo las veinticuatro horas del día! —Grito mientras camino de un lado a otro.

Esto no puede estar pasando.

No puede.

—Te recuerdo que también escapaste tú. —Se atreve a responder; alguien quiere morir hoy.