Capítulo 4

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Una pirata problemática

Al concluir su charla con el marin Sengoku se dispuso a hacer una llamada por su Den Den Mushi personal.

- ¿Y bien, tienes lo que te pedí? - Habló por lo bajo.

- No fue fácil, pero lo conseguí. Te costará caro, no hay mucha información sobre eso - Comentó una voz grave.

- El dinero no es problema, manda la información y yo te entregaré tu parte como acordamos, luego de ello, esto nunca pasó - Cortó la llamada para ser interrumpido por Kizaru.

- Hay movimiento - Comentó el almirante.

- ¿Ahora? - Suspiró con molestia - Envía a Garp, es nuestra última oferta.

Recapitulando los dos años que pasaron luego de la huida de Noé a su libertad. Se había hecho una emperadora, cosa que impactó al mundo entero ya que era una niña jugando a ser adulta bajo la opinión pública. Pero quién podía juzgarla, tuvo que madurar de golpe y sufrió traumas que le dejarían heridas de por vida, claro que el mundo no sabía su trágica historia, no al menos lo que Noé recordaba, con suerte luego de haber llegado a una nueva isla luego de su huida supo su nombre gracias a un cartel con su imagen en ella.

El mundo se había encargado de mostrarle su peor cara y para una niña, eso es simplemente algo que te va a corromper porque no conocer la crueldad de las personas que te rodean.

- Capitana, hemos llegado - Dijo un pirata entrando al camarote de Noé, quién le daba la espalda viendo por una ventana las olas.

- "Ahora salgo" - Formuló con sus manos. (Por si no lo han notado, Noé es muda, cuando escriba así significa que habla por medio de señas).

Y así como lo dijo, Noé tomó su revolver, aquella que le traía recuerdos buenos y malos, una daga que acomodó a un costado de su cintura y una bolsa allena de joyas que ocultó bajo su brazo izquierdo. Luego de ello se encaminó a la salida. Cuando salió los piratas con los que harían un trato le miraron con terror desde la playa de la isla, como si fuese a matarlos. Quitándole importancia, bajó de su gran barco y se posicionó frente los susodichos con una intimidante mirada. Su segundo al mando Félix se colocó a su lado para ser quien se comunicara con ellos por obvias razones.

- Espero que no nos hagan perder nuestro tiempo. Nuestra capitana es una mujer ocupada - Espetó con seriedad.

- ¡Para nada! - Gritó con nerviosismo el que parecía ser el capitán - Jamás haríamos perder su tiempo a su capitana - Aclaró su garganta - Tenemos lo que nos pidió. ¡Tráiganlo! - Le ordenó a sus tripulantes.

Y así seguido, sus hombres bajaron de su barco un hermoso Road poneglyph. A Noé no le costó mucho pedirle al rey de la isla Gyojin que le permitiera conservar o mejor dicho, proteger el poneglyph. Al principio este se negó rotundamente por el historial que tenían los humanos con su gente y más al saber la importancia de dichos objetos, si cayeran en manos equivocadas un desastre estaría seguro que pasaría. Pero ante sus ojos Noé demostró ser alguien sin segundas intenciones, un corazón noble con una buena interpretación, por ello, terminó accediendo.

- Bien esta hecho. ¡Súbanlo y zarpemos! - Ordenó Félix a los hombres de su división.

Noé por su parte se acercó al pirata y le tomó la mano derecha para ponerla a la altura de su hombro. El pirata confundido estaba por decir algo cuando un peso en su mano lo distrajo. Noé le había puesto la pequeña bolsa llena de joyas sobre su mano para luego retirarse sin esperar respuesta.

- ¿Q-Qué? - Se preguntó confundido. Al abrir la pequeña bolsa ligeras lágrimas salieron por sus ojos bajando sus mejillas.

- La capitana no es una persona a la cual deban temer - Le mencionó Félix al capitán de la tripulación - Ella sabe que hacen lo que hacen no porque sean malos, si no porque la vida los ha tratado con la punta del pie. Al contrario de lo que la marina haría, encerralos por sus actos, mi capitana les da una segunda oportunidad que no se les volverá a dar, así sea ella quien los termine enfrentando o la marina, sólo depende de ustedes ir por el buen camino. Ese es dinero suficiente para que cada uno se vaya a casa con sus familias y vivan de una manera feliz sin hacer atrocidades. Dar segundas oportunidades es la especialidad de la capitana, pero no a todos se las concede. Ustedes no son malos - Finalizó para subir a su barco que estaba por zarpar.

Y así era, a Noé nadie le dió una segunda oportunidad de mejorar su vida, le quitaron lo poco que tenía y quedó varada en la crueldad del mundo. Pero al contrario del poco alentador pronóstico, no se dejó doblegar ante la poca humanidad que le mostró la cara de la vida y gracias a sus medios, encontró la manera de salir adelante y en el camino, ayudar a quienes más lo necesitaban como no se le ofreció la ayuda a ella misma. Quizá ante el ojo público las medidas que tomaba algunas veces eran drásticas y crueles, contrario al lo que quería, pero su objetivo nunca fue malo, al contrario, vería por el bien mayor así tuviera que hacer cosas inimaginables las haría, todo por quitar el sufrimiento y las vidas trágicas de un mundo injusto. Si bien la vida por sí sola era injusta y la justicia ciega, nunca puedes saber el resultado si no lo intentas.

- Y con ese van 8, bien hecho capitana, ha llegado muy lejos - Comentó alegremente Félix a Noé.

- "A paso lento, pero seguro, ¿No?" -.

- ¡Claro que si! - Al terminar de decir aquello su sonrisa se borró por completo - Vaya, vaya, tenemos visitas, que oportunos - Comentó con fastidio.

Noé se dió la vuelta para ver que era aquello que mencionaba Félix. Pronto notó que era nada más y nada menos que Monkey D. Garp, el legendario héroe de la marina. Sonrió por lo bajo al tener un enigma frente ella. Se posicionó sobre la proa de su barco dando la cara a los marines en espera de ver cara a cara finalmente al hombre que llevaba tiempo esperando, aquel que persiguió al Rey de los piratas una y otra vez en la era de Roger. Y como si le hubiera llamado, el susodicho se puso justo como ella sobre la proa de su barco, ambos viendo fijamente a los ojos del contrario.

La tensión crecían en el aire y ambas tripulaciones se encontraban en silencio a la espera de instrucciones por parte de sus líderes.

- Tu sabes quien y porqué me mandaron Noé - Rompió el silencio Garp.

- "Lo y no espero que me dejen tranquila cuando una vez más rechace su oferta, vice-almirante Garp" - Respondió con su seño fruncido.

El contrario río por lo alto - Tan terca como siempre - Sonrió - Tu perseverancia le serviría a las fuerzas de la marina, pero dadas las circunstancias ya no es posible, no es mi problema en todo caso. Andando - Le ordenó a sus tripulantes.

- Pero señor, podríamos acabarlos justo aquí, no llevan tantos refuerzos y apenas está completa su 1ª división - Comentó un aprendiz de marine.

- No seas ingenuo - Reprendió el mayor - No porqué no haya tantos hombres en este momento significa que sean vulnerables. Nosotros sólo vinimos a pasar el mensaje y ofrecer la oferta de Sengoku. Lo que suceda después no me incumbe, en marcha -.

Por otro lado Félix veía intrigado a su capitana.

- Y con eso oficialmente le declaramos la guerra a la marina. Un nuevo logro - Comentó con burla.

- "Entonces que así sea. Todo por cumplir nuestras metas" - Dijo Noé con determinación.

- Esa es mi capitana - Mencionó chocando puños con la contraria.

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¡Gracias por leer!

Sayonara...♡

Voces silenciosas (One Piece x Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora