Capítulo 10

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No siempre la victoria estará de tu lado

Noé se movía por la oscuridad de los pasillos, sus pisadas eran apenas audibles y los guardias parecían tranquilos, nadie había notado que había robado los poneglyph y que estaba en camino a salir del castillo de Big Mom, era como si las cosas salieran única y exclusivamente para su beneficio. Se detuvo apoyando su espalda en una pared y vió a través de la ventana la luna sobre el cielo, hacerlo le traía tranquilidad.

Sin saber por qué caminó hasta el marco de la ventana abriendo sus puertas de par en par, la brisa nocturna con aroma a dulce llegó a sus fosas nasales cosa que el provocó un ligero cosquilleo - Un bello lugar que es dirigido por una horrible persona - Pensó bajando la mirada a sus pies - Qué desperdicio - Se subió a la ventana observando la gran altura a la que estaba, analizó un poco su entorno y sin más se dejó caer al suelo.

Mientras bajaba a gran velocidad su vista se posó en las tintineantes estrellas en el lienzo oscuro llamado cielo, sonrió ligeramente desviando su vista al suelo. Levantó su mano derecha creando una gigante de agua que la envolvió en un puño en su totalidad, cristalina, pura y brillante era ese agua sacada de un cuento de hadas.

Deshizo la mano de agua saliendo de su interior verificando que nadie le estuviera viendo y llegara a alertar a Big Mom - Bien, nadie a la vista - Confirmó que estaba sola, se puso de pie y fue moviéndose por los árboles a su al rededor, sabía que los homies no la dejarían ir por lo que sin un ápice de pena o compasión los quitaba de su camino empujándolos como si no fueran nada con grandes paredes que creaba de agua.

Al llegar a la costa su respiración estaba agitada por haber corrido, apoyó sus manos en sus rodillas respirando lenta y pausadamente para normalizar sus respiración cuando una voz tras ella la hizo sentir que el aire faltaba en sus pulmones.

- ¿Ya te vas? - Esa profunda, imponente y amenazante voz le preguntó en un tono frío y distante.

- "Katakuri" - Dijo Noé dando la vuelta - "No deberías estar aquí" - Agregó fijando su vista en el contrario.

- ¿Y tu si? - Agregó agravando su voz mientras fruncia el ceño -.

- "Tengo que irme y espero que sea de la manera más pacífica" - Dijo la albina sin moverse ni un centímetro en su lugar.

Noé apretó sus labios mientras se aferraba a sus ropas en un intento de mantener la compostura. Esperaba respuesta del contrario cuando un fuerte golpe que llegó de un costado la derribó contra la blanquecina arena sabor caramelo. Katakuri le había golpeado. La fémina se sujetó el abdomen por el impacto, abrió sus ojos en sorpresa, ciertamente no esperaba venir aquello y no lo culpaba él sólo obedecía órdenes y evitaba que esto se tornara en un problema para su madre.

- "Lo entiendo" - El semblante de Noé cambio a ser inexpresivo tomando una postura de defensa. Sin reaccionar a tiempo un hilo de agua salada se enredó en el brazo del contrario ensachándose a cada segundo que pasaba.

Las fuerzas de Katakuri se reducían en un abrir y cerrar de ojos, después de todo no dejaba de ser un usuario y su única desventaja era el agua de mar. Aún así pudo tomar su arma y lanzarla con una gran cantidad de Haki en ella clavando su punta en el lado derecho del abdomen de Noé. Ya algo enojada y triste por la situación golpeó con una mano de agua la nuca de Katakuri con tanta fuerza que las olas se mecieron más de lo normal.

- ¡Mama, MAMA! - La líder de la familia había llegado en escena y se escuchaba más emocionada de lo normal. Tras la figura de la mujer sus hijos le hacían segunda formados en línea unos tras otros - Es una verdadera pena que mueras esta noche - Su tono era neutro con un toque de sátira.

- "La única que decidirá el destino de su vida seré yo" - A escondidas arrastró lejos de la escena el cuerpo inconsciente de Katakuri. A pesar de que esta noche se había roto lo que alguna vez fue su amistad no arruinaría su reputación con sus hermanos, ellos le admiraban mucho y sería la última muestra de cariño que le tenía la fémina antes de no volver a verse.

- Qué insolencia en un cuerpo tan pequeño - La emperadora se mostraba molesta por la respuesta de Noé - Ya ha llegado la hora - Sonrió de manera sádica - ¡Matenla y tráiganme su cabeza! - Gritó con una sonrisa malvada en su rostro.

Todos y cada uno de los presentes se abalanzaron contra Noé, aquella estaba de pie tomando con una de sus manos su herida y con la otra al frente. El agua del mar avanzaba por la arena hasta quedar bajo los pies de la albina, aquella que pronto se levantaría en un gran muro. Algunos de los atacantes pararon ya que no podían tocar el agua de mar sin perder sus poderes y a otros cuantos les importo muy poco atravesando dicho muro para intentar proporcionarle un golpe a Noé.

Para su suerte la antes nombrada era experta en combate cuerpo a cuerpo, con algo de dificultad pateaba y golpeaba en el abdomen a sus enemigos uno tras otro. La ventaja no le duraría mucho ya que había dejado de sentir su pierna izquierda flanqueado y cayendo al suelo. Una de las hijas de Big Mom le había lanzado algo que le quito la sensibilidad de su extremidad - ¡Mierda! - Se dijo internamente liberando un quejido de sus labios.

- ¡Le di, le dí! - vitoreaba la niña - ¡Ahora Katakuri estará orgulloso de mi - Sonreía con alegría cuando una mano gigante de agua la tomó con fuerza azotado su cuerpo contra la arena.

Los presentes giraron su vista al origen de dicha extremidad encontrando en su camino una Noé gigante hecha de agua en su totalidad. En ese momento un poco si es que temieron por su integridad, pero con con madre presente retirarse JAMÁS sería una opción.

- Ataquen mal nacidos - Una voz distorsionada salió de la imponente figura de agua. Aquella no era humana y mucho menos parecía amigable, era hasta cierto punto demandante.

[...]

Nada, nada ni nadie estaba en pie para el amanecer. Los cuerpos sobre la arena inconscientes se apiladas por montones, las emperadoras habían perdido la batalla a partes iguales, la diferencia era que Noé estaba sola en aquel lugar y no había salido ilesa como Big Mom quien mantenía heridas leves. Noé tenía huesos rotos, su ojo derecho sangrando, el lado derecho de su abdomen perforado y moretones en cada rincón su cuerpo.

A rastras se acercó al agua del mar tocándola con su dedo índice haciendo que el mar se partiera en dos. Creó una figura de ella misma un poco más grande que la levantó en brazos, aquella adentró su figura a las profundas aguas cerrando tras de sí la brecha perdiendo la isla de la emperatriz de su vista. Sus ojos pesaban y la sangre ya faltaba en su cuerpo por lo que fue inevitable que pronto acabará inconsciente.

Lo peor de todo, era que ni el dolor físico que sentía ese momento se compraba a lo que sentiría tiempo después.


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Gracias por leer.

Sayonara...♡

Voces silenciosas (One Piece x Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora