Capítulo 11

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Ira, rencor e impotencia

El sonido de las olas de mar retumbaban dentro de su cabeza en lo que parecía ser un sueño del que no podía despertar. Noé se encontraba tumbada boca arriba sobre la arena de una isla pero algo extraño pasaba, no podía abrir sus ojos, sin embargo estaba consciente de lo que pasaba a su alrededor. De pronto, unas pisadas se hicieron presentes cerca de ella.

— ¡Mamá mira! — Escuchó la voz de un niño a lo lejos que comenzaba a ser más cercana.

— ¡Samuel no! — Llamó a lo que deducía Noé, una voz de mujer joven a su hijo — Por dios... — Dijo la dulce voz de la mujer llegando al lado del inmóvil cuerpo de Noé.

— No puedes dejarla ahí mamá — Insistío el niño — Esta herida — Informó.

— No lo se Samu — El tono se su voz sonaba dudoso — Tenemos que irnos, lo lamento. No podemos ayudarla —.

— ¡Oye! — Le gritó el menor — No deberías dejarla ahí...— Siguió insistiendo.

— No me interesa lo que creas ¿Bien?, si la ayudamos los demás nos matarían al momento. Ayudarla es condenar esta familia y no voy a permitir que eso suceda. Ahora, andando, este lugar se llenará de caza recompensas en cualquier momento —.

Noé distinguir por las pisadas y forcejeos que la mujer se había llevado a rastras a su hijo lejos del lugar.

<<Bien Noé, esa mujer dijo que vendrían caza recompensas. Por un lado es bueno, no estamos en Whole Cake, pero por el otro... ¿Dónde carajos estas?>>

Ya que no se podía mover era hora de usar su plan B. Este consistía en crear una figura de agua de ella misma con cierto grado de consciencia, es como pasarle el control a ese nuevo cuerpo sin dejar el suyo, en pocas palabras, crear clones despiertos que ella controla al mismo tiempo.

<<Y ahí estoy yo>>

Se dijo así misma al ver a través de los ojos de su clon de agua a su cuerpo inconsciente sobre la arena. Se puso en cuclillas pasando sus brazos por debajo de su cuerpo para cargarse estilo princesa. Al conseguirlo creó una tercera mano saliente de su hombro derecho que se encargaba de curar sus heridas con pequeños hilos de agua. A esta habilidad le llamaba "Salud eterna", era capaz de curar sus heridas superficiales como internas con los hijos de agua, estos podían cocer o regenerar.

<<Bien, partamos el mar en dos nuevamente>>

Poco le importaba la isla en la que estaba, si su orientación no le fallaba podía llegar en cuestión de horas a Free Land. Usaría lo que ella llama "Pegasus", una criatura de agua con forma de caballo que suele usar para moverse por las profundidades del basto océano.

Su clon de agua levantó la mano al frente formando la silueta de un caballo con un hilo de agua. Rápido este   tomó "vida", se acercó a la Noé de agua que cargaba el cuerpo de la real Noé en brazos inmóvil. Pegasus se inclinó dejando que las Noé subieran sobre él emprendiendo paso hacia la tierra de la emperatriz.

[...]

Mientras iba viajando finalmente abrir sus ojos, bajó de su clon que se deshizo al instante y observó bien su estado físico. No estaba mal, al contrario, sus heridas estaban curadas pero el agotamiento era visible en su apariencia. Se golpeó ligeramente las mejillas despejando su mente y se dedicó a revisar si aún contaba con su Den Den Mushi especial como con los poneglyph. Todo estaba donde lo había puesto, el único inconsciente era que su  Den Den Mushi no encendía, pero ya se encargaría una vez llegara a su tierra.

Pegasus bufó llamando la atención de la albina, estaba avisando que llegarian pronto. Noé asintió afirmando que había escuchado y el caballo aceleró su paso. Al cabo de unos minutos frenó de golpe desequilibrado un poco a la albina sobre él.

"¡Hey!, ¿Qué pasa?" — Le dijo Noé en señas, tenía suerte de que sus creaciones le entendieran.

Pegasus movió un poco su cabeza indicando que viera al frente. Al hacerlo Noé quería que el mundo ardiera en mil y un infiernos, quería y añoraba que aquello que sus ojos veían fuera sólo un mal sueño, una ilusión o broma de mal gusto. Salió a la superficie y pronto cayeron sobre sus blancos cabellos diminutos pedazos de ceniza uno tras otro.

<<¿E-Esto...>>

Tartamudeo en sus pensamientos, la poca cordura que le quedaba se fue a la mierda cuando su vista se fijó en un barco de la marina que se estaba retirando del lugar junto con los otros barcos.

Los desgraciados habían aprovechado su ausencia para atacar sus tierras con una Buster Call. Furiosa ordenó a Pegasus que la llevará rápido a la cima de la montaña suplicando que su gente hubiera lograra refugiarse a tiempo, pero muy dentro de sí sabía que aún y si lo hubieran conseguido, dudaba de su supervivencia e integridad intactas.

Cuerpos, viseras, fuego y caos envolvían lo que alguna vez fue Free Land. Cuando Noé subió a la cima no encontró casa o edificio en pie, todo había sido arrasado y simplemente se sentía perdida sin rumbo fijo.Le había prometido a su gente seguridad y prosperidad, que equivocada estaba.

Cediendo ante su furia el agua que rodeaba sus tierras formó remolinos embravecidos que impedían que los buques se la marina se alejaran y al contrario, los arrastraba de vuelta.

— ¡Señor, nos está reteniendo! — Gritaba uno de los vice-almirantes a sus otros compañeros.

— ¡Joder, esto no era lo que nos dijeron! — Respondió otro de los marines completamente aterrado.

— ¡Nos está hundiendo! —.

Su muerte no será tan rápida e indolora. Van a sufrir como los animales, hombres, mujeres y niños de estas tierras. Hasta la última gota de sangre — La voz humanoide de la figura de Noé hecha de agua alzada desde las alturas habló completamente neutral — Ojo por ojo —.

[...]

— ¿S-Señor? — Un recluta llamó a Sengoku.

— Ah, ¿Aún sigues aquí? — Cuestionó comiendo unas galletas.

— Las fotos y restos llegaron de Free Land — Dijo extendiendo unos documentos.

Sengoku abrió sus ojos de par en par sintiendo ganas de vomitar lo que acababa de comer. La foto mostraba las aguas de los alrededores de Free Land completamente manchadas de un color carmín espeso y unos cuantos pedazos de lo que alguna vez fueron sus marines flotando en sus aguas, de fondo los restos del fuego sobre las tierras y barcos hundidos por montones.

Los comandante de flota de Noé fueron arrestados y llevados a la plataforma de ejecución luego de haber sido torturados en el camino. Ninguno de ellos culpó a Noé por lo ocurrido antes de morir, sin embargo; lamentaban haber sido tan débiles como para dejar que masacraran a su gente y la marina los pisoteara como si no significarán nada.

Luego de que Noé se entersra de aquello Free Land o sus restos... se volvieron un escenario sombrío, triste y siniestro. Desde quel día, el ataque que hizo Noé contra la marina fue conocido como "La guerra del último aliento", un rayo de luz y justicia por los que perecieron ante su falta de experiencia, lealtad y sobre todo, lo que más le dolía y le faltaba, fuerza.


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Gracias por leer.

PD: Tremendo capítulo, hasta yo misma siento que me pasé un poco de la raya.

Sayonara...♡

Voces silenciosas (One Piece x Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora