Capítulo 13

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Tocar fondo

- Despierta - Dijo una voz que sonaba lejana.

Pronto la distinguió, era la misma de siempre. Aquella inhumana, rígida y áspera voz le llamaba casi en un tono demandante.

- Despierta - Seguía el llamado.

Por más que intentará abrir sus ojos eran en vano, pesaban más de lo normal, su cuerpo estaba adormecido pero escuchaba perfectamente a su al rededor.

- Llevenla en brazos a la casa de Madame Elisa - Esta vez habló una voz dulce, tranquila y serena.

Pertenencia a una mujer joven según deducía la albina. Sintió su cuerpo ser levantado por unos fuertes brazos como si nada, su cuerpo se mecía al son de los pasos de su salvador cual dulces olas de mar en un bello atardecer.

- ¿Está segura que la recibirá? - Cuestionó otra voz joven que acompañaba a sus salvadores.

- No lo se, espero que si - Dijo con temor en su voz - De no ser así la golpearán en prisión -.

[...]

Después de un rato caminando, sintió que la persona que la cargaba había detenido su andar. El llamado de una campana resonó en sus oídos hasta aturdirle un poco, luego de ello dió pasó al sonido de una vieja puerta al ser abierta.

- No son horas y momento para llegar - Anunció una voz dura pero madura, proveniente de una mujer.

- Lamentamos la impertinencia Madame Elisa, pero tenemos a la intrusa que residía en la montaña - Informó la joven voz.

- Ah, eres tu Clarissa - La voz de la mujer bajó en tono, casi amigable y hasta algo maternal - Bien, ¿Y por qué está inconsciente? -.

- La encontramos así cuándo intentaba suicidarse - Dijo esta vez la voz masculina.

- El suicidarse es un camino fácil, sólo los débiles lo toman - La molestia era notable en Madame Elisa - Déjala en el sofá Jack, luego de eso, váyanse - Ordenó.

- Claro - Musitaron al unísono los presentes.

Noé sintió su cuerpo ser dejado con delicadeza sobre un lugar acolchado y cálido. Ciertamente mejor al viejo y frío suelo en el que dormía diariamente, pero algo le molestaba... no estaba bien y le habían quitado la oportunidad de deshacerse de sus problemas con solo una soga en su cuello. A todo esto, ¿Por qué se molestaría en salvarla? No valía la pena que una incompetencia viviera y siguiera consumiendo el oxígeno que alguien más podría necesitar.

- Joven, ingenua e inexperta - Sintió una caricia recorrer su frente hasta terminar en su mejilla - ¿Qué cosa te hizo el mundo para querer desaparecer de él? - Preguntó a la espera de una repuesta la vieja mujer.

Y como si algo dentro de Noé se hubiera desbloqueado, pronto abrió sus ojos. Estaba en una sala de estancia elegante, bien decorada y con muebles de alta calidad, sea quien se que viviera ahí tenía dinero y estatus para mantenerse ahí. Al dirigir sus orbes a un lado se encontró con quien deducía era Madame Elisa, una mujer mayor canosa, con un vestido de terciopelo color vino tinto y un lindo labial rojo decorando sus labios, sin duda una mujer con gracia y elegancia.

- "Me arrebató mi mundo" - Contestó con pesar la albina hacia la mujer.

Para su sorpresa, la mayor entendía el lenguaje de señas. Pudo ver como su cara se hizo una mueca de tristeza.

- El mundo es un lugar cruel jovencita, pero ser un buen perdedor ayuda a construir carácter, proporciona valiosas lecciones y te ayuda a prepararte mentalmente para tu próximo desafío - Le sonrió con ternura - No se trata de tenerlo todo, si las cosas fueran así nadie sería fuerte, el dolor moldea y hace que uno madure. Entre más fuerte sea el dolor, más vas a madurar y crecer como persona -.

Los orbes grisáceos de la contraria se pusieron cristalinos, necesitaba que alguien no le echará en cara que había fallado, todos cometen errores, pero los precios a pagar son tan dolorosos que no todos pueden con ellos.

- "¿Y cómo hago para no sentirme de la mierda?" - Finalmente sus lágrimas salieron de sus ojos.

La contraria río con inocencia, la juventud era intrigadora y encantadora, pero siempre tenían una venda sobre sus ojos. Cuando les pasa algo realmente grave su mundo se cierra y acaba, la diferencia entre un adulto y un niño es que el adulto ya ha vivido y tiene experiencia, sabe resolver las cosas y buscar la manera, el niño es un lienzo en blanco esperando a ser pintado, no sabe que está bien, mal o que hacer. Es alguien que necesita que se le enseñen los colores de la vida.

- Definitivamente soy de la clase trabajadora, y sigo creyendo en esos valores. Sé que perderlo todo no será jamás un sentimiento conocido. Es decir, si ya no lo tienes, no lo tenías para empezar - Se sentó a su lado en el sofá - No se que es aquello que te llevó a lo que hiciste, pero déjame decirte que no es el fin del mundo. Te costará salir de ello, muchísimo - Se río por lo bajo con dolor en su voz - Pero siempre se puede salir si se es fuerte. Aquí la pregunta es, ¿Tienes la voluntad para hacerlo? -.

- "Eso creo" - Asintió con determinación. Haría que el sacrificio de quienes dieron su vida por la suya valiera la pena.

<<No voy a defraudarlos>>

Se dijo así misma.

- Entonces comienza por cambiar lo que tienes y puedes - Finalizó la mujer mientras salía de la habitación rumbo a un pasillo a la lejanía.

La albina, aún acostada sobre el sofá observando el tello sintió una punzada en su cabeza, era tan molesta que sentía que le iba a explotar.

- No te olvides de mi primor - Nuevamente era esa voz.

<<No de nuevo>>

Suplicaba para sus adentros.

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Sin comentarios.

Gracias por leer.

Sayonara...♡

Voces silenciosas (One Piece x Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora