- SIN SEÑAL - c.12.

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Los días pasaron lentos, se acercaba el día de Nochevieja, y con él, la vuelta de Marco y su familia a Madrid.

                                        

Marco no paraba de darle vueltas. Luca era lo único que ocupaba su mente.

Quería recuperarle, mejor dicho, cuidar de él. Irse lejos de aquella cuidad y dejar aquel oscuro pasado bien enterrado.

Ya estaba prácticamente recuperado, no le dolía el pecho ni la cabeza. Los moratones debajo de la ropa era lo menos importante. Su labio se sanaba poco a poco.

Sentía una gran fuerza que le impulsaba a ir hacia aquella cafetería dónde todo empezó. Pero tenía miedo.

Habló un buen rato con sus padres. Y salió en su búsqueda.

Al llegar a la puerta del local, sintió como si el tiempo se detuviera.

Un escalofrío le recorrió la espalda.

Abrió la puerta y se dirigió a la barra.

-¿Te pongo algo guapo? – dijo la camarera.

- ¿Está Luca por aquí? – preguntó directo Marco.

- ¿Eres Marco verdad? – Le miró de arriba abajo – Luca dejó el trabajo hace unos días, dejó esto para ti. – Le dijo entregándole un sobre. – Me dijo que si no venías por aquí te buscase para entregártelo.

Marco se quedó en blanco. Agarró el sobre.

“Para Marco” se leía.

- De acuerdo… muchas gracias. – Marco se dirigió cabizbajo hacia la puerta.

Se fue a casa. No había nadie.

Se puso cómodo.

Abrió el sobre.

Dentro había una foto de Luca, estaba realmente guapo.

Dio la vuelta a la fotografía, había algo escrito por detrás.

“Cariño, una vez más debo dejar atrás todo un periodo de mi vida. Abandono Roma.

No me busques, por favor, porque sabes que podría ser malo. Espero que me puedas perdonar y que la vida te sonría.

Te dejo esta foto. En un día perdí la cabeza por ti y no te olvidaré nunca.

Siempre tuyo, Luca. “

Marco no quería creer aquellas palabras. Dolían demasiado.

Abrió la ventana para que le diera el aire.

Tenía que hacer algo. ¿Pero qué?

Recordó que tenía su número.

Y de nuevo volvió a teclear aquellas cifras.

Pero nadie respondía.

Saltó el contestador automático.

- ¡Hola! Soy Luca, en estos momentos no te lo puedo coger, puedes llamarme después o dejarme un mensaje después del tono. ¡Ten un buen día! – su voz grabada se le clavó en el pecho.

Sonó el tono. Marco tragó saliva.

- Luca… soy Marco… he recibido tu foto. No quiero resignarme a dejarte ir tan fácilmente ¿sabes? Quiero cuidarte, protegerte. Y el resto del mundo… - tomó aire - me la suda por completo. El día 29 parto para Madrid con mis padres. Les he explicado todo… - sonrió – Ven con nosotros cariño, deja atrás todo esto. Empieza una vida a mi lado, seremos felices. Te lo prometo – se le hizo un nudo en la garganta – piénsatelo…

Marco colgó y se apoyó contra la pared.

Tiró el móvil a la cama y se dejó deslizar poco a poco hasta el suelo.

EL PRIMER PENSAMIENTO EL MEJOR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora