- ECOS - c.17.

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Cuando Marco cerró la puerta, de la que sería la habitación de Luca, este abrió la maleta.

Se puso su pijama y fue de nuevo a la habitación de Marco.

Entró despacio. La luz estaba apagada.

Se sentó al borde de la cama.

- ¿Estás durmiendo? – dijo Luca susurrando. Pero no hubo respuesta.

Luca se quedó unos instantes contemplando como dormía.

La mesilla de noche se iluminó tras una vibración corta.

Era el móvil de Marco, había recibido un mensaje.

Sintió la curiosidad de ver que era, sabía que no estaba bien meter las narices en lo que no es suyo, pero cogió el móvil y lo desbloqueó.

Marco no tenía contraseña.

‘Feliz año Marquito, espero que alguna vez podamos repetir lo de esta mañana.

Un abrazo, Hugo.’

Aquellas palabras se clavaron en el pecho de Luca.

La paz que sentía al ver a Marco dormir se esfumó.

Exactamente no sabía a qué se refería ese tal Hugo, pero lo imaginaba.

Se levantó de la cama y se fue a su habitación.

Andaba aturdido. No sabía cómo reaccionar.

No debió leer nada. Pero hecho estaba.

Quería ir al baño, ahora sí que lo necesitaba, pero no le parecía bien andar explorando la casa sin que los padres de Marco supieran que estaba allí. Pero, no tuvo más opción.

Cuando volvió a la habitación era ya muy tarde.

Aun así, buscó de nuevo en su maleta. Comprobó que tenía todo el dinero bien guardado y sacó un nuevo móvil que había comprado antes de embarcar. Pasó los contactos que quiso a su nueva agenda.

Intentaba evadirse.

‘Otra vida a estrenar, no la cagues en esta’ pensó Luca mientras preparaba el nuevo móvil.

Cuando terminó, se tumbó sobre la cama, irremediablemente la cabeza le daba mil vueltas, pero al cabo de un rato consiguió dormir.

EL PRIMER PENSAMIENTO EL MEJOR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora