—Ese viaje fue estupendo, no vomite ni una sola vez, como la primera vez que viajamos— Me estiré mientras bajábamos del avión para poder identificarnos y poder entrar a la isla.
Hace unos cuantos minutos habíamos que habíamos aterrizado en el aeropuerto de la isla y habíamos pasado por todo los nuevos controles de protección que habían puesto desde el incidente de la última vez.
Eran tantos que ya me tenían estresada.
—Lo se, estuve a tu lado todo este tiempo—Me dijo Shoto bajando de la plataforma que nos llevaba hasta la salida del aeropuerto.
Sin más, salimos de ahí dando un suspiro de alivio al ver que ya habíamos entrado a la isla y ya no tendríamos que pasar por algo así en todo nuestro viaje.
Sin más, empezamos a caminar mientras veíamos todo lo que habían llegado a remodelar en todo un año.
La isla se veía más viva.
¿Como lo habían hecho en tan poco tiempo?Cuando llegamos al hotel, lo primero que hice fue entrar a la habitación seguida de Shoto, quien ni bien vio la cama, se lanzó a descansar.
Yo tan solo me reí, para después agarrar la maleta, la cual ya había llegado y dirigirme al baño para poder ponerme ropa que no me diera tanto calor.
Me encontraba sudando demasiado por el calor que había en la isla, daban ganas de comer un helado y nadar en una fría piscina.
Entre esos pensamientos, mi celular empezó a sonar, por lo que rápidamente moví mi cabeza para empezar a jacal el celular, el cual encontraba vibrando el el lavabo.
El nombre "Gruñón" aparecía en la pantalla, por lo que no dude ni un segundo más en contestar.
—Hola, acabamos de llegar— le dije poniéndolo en altavoz para después volver a ponerlo en el lavabo para poder cambiarme tranquila.
Mientras lo hacia, el hombre me decía las cosas que tendría que hacer en estos días sola o junto a Shoto y Takeshi.
Cuando termine de cambiarme, agarré el celular y salí de la habitación, encontrándome a Shoto boca arriba, mirando su celular.
—Y eso es todo— dijo el pelirrojo mayor a través del celular, a lo que yo me despedí prometiendo portarme bien, cosa que no le importo en absoluto ya que corto la llamada, haciendo que riera.
—¿Que te dijo papá?— me volteo a mirar a lo que yo me encogí de hombros antes de lanzarme a su lado.
—Este es mi último día libre, por que desde mañana, voy a estar muy ocupada asistiendo a reuniones aburridas—
—¿Eso quiere decir que no vendrás conmigo a pasar el tiempo con mis compañeros?—Preguntó refiriéndose a su clase, los cuales también habían sido invitados a la isla.
—No— le dije volteando a mirarlo—Fácil y podré verlos en la cena de mañana, a la cual están invitados—
—Cierto, la fiesta de mañana— soltó un suspiro—¿Por que sigues trabajando con papá si ya terminaste de pagar todo tu tratamiento?—Me preguntó curioso.
—Es divertido—me encogí de hombros mientras me paraba—Además, no tengo muchas cosas que hacer, por lo que eso me distrae—Le tendí mi mano para ayudarlo a pararse—¿Vamos a caminar por ahí?— le pregunté a lo que él acepto mi mano para poder pararse.
Mi perro, al ver que nos parábamos, el también lo hizo, acercándose a nosotros mientras cabeceaba por haberse despertado de golpe.
Riéndonos, salimos de la habitación para poder ir a caminar y ver qué podíamos hacer o comer.
Y si teníamos suerte, podríamos hasta encontramos con Popi por ahí.
Mientras caminábamos, nos pusimos a ver qué podríamos hacer después para divertinos.
Mientras lo debatíamos, de reojo pude notar como Jagger se había quedado quieto mientras miraba un punto en específico a lo lejos, por lo que pare y voltee a mirarlo con curiosidad.
—Que pasa chico— le dije agachándome para poder acariciarlo y voltear a ver lo que miraba, pero nada.
Sin más, el samoyedo empezó a correr rápidamente haciendo que me parara de golpe para mirarlo con miedo.
—Jagger— empecé a correr detrás de él como pude, para no perderlo.
—(...), tranquila— Escuche como me decía Shoto, a lo que yo negué sin dejar de correr
—No puedo— le dije empezando a llorar viendo como el perro se alejaba cada vez más— El nunca ha hecho eso— no podía dejar de temblar—Es lo único que me queda de mi madre, así que no puedo perderlo— le dije para después empezar a correr mientras llamaba al samoyedo.
Pero de un momento a otro, este se perdió entre la multitud.
No me rendí.
Estuve corriendo durante varios minutos, hasta que por fin vi el pelaje blanco de mi perro a unos cuantos metros, por lo que aceleré el paso mientras lo llamaba.
El perro volteo a mirarme y rápidamente se acercó para después dejarse abrazar.
—Que mal perro de servicio eres— le dije llorando mientras este hacía sonidos con su boca, como si me hablara. (como comúnmente hacen los Huskies)—¿Que rayos hacías aquí sentado sin hacer nada?— lo regañé—Deberías haberle hecho caso a tu dueña, perro malo— me limpié las lágrimas mientras que de mi bolso, sacaba su correa— volverás a usar esto hasta que me hagas caso— gruñí mientras se la ponía.
—¿Ya te sientes mejor?— me preguntó Shoto sobando mi espalda a mi lado, a lo que asentí mientras me paraba—Hace unos momentos acabo de ver a Takeshi— me dijo a lo que yo voltee a mirarlo con los ojos brillosos.
—Donde está ese maldito bastardo—Gruñí.
Mi amigo el bicolor levanto su mano divertido, para después señalarme un punto a unos cuanto metros de nosotros, en donde claramente se podía ver la espalda del castaño.
Sin mas, agarré bien la correa del perro antes de empezar a correr hacia el, para después parar detrás de él y levantar mi pie, golpeando su trasero.
El chico tan solo se fue hacia delante cayendo encima de la persona con la que estaba conversando, haciendo que me tapara los ojos sorprendida.
Mierda.
—Quítate tu— gruñí sacando al castaño de encima del hombre, el actual aun no pido ver su cara.
—Auch— dijo el moreno antes de empezar a reírse, sin levantar la cabeza.
—¿Está bien?— le dije extendiendo mi mano para ayudarlo.
Este elevó la cabeza sonriendo, dejándome completamente helada en mi sitio.
—Si, estoy bi- — no pudo terminar de hablar ya que le pasó lo mismo que a mi.
—¿H-Hermanita?—
Sin editar.
Chan Chan chaaaaaaaaaan
Quien podrá ser?

ESTÁS LEYENDO
¿Podemos bailar? // BNHA
FanfictionPara (...) Nakamura la vida está llena de obstáculos. Tendrá que ser lo suficientemente fuerte como afrontar todo lo que viene. Por qué la vida se trata de eso. De ser fuerte. Bakugo Katsuki x lectora