[3]

1.7K 215 64
                                    

-8 años-

—Papá, me haces daño— chillé esperando que mi papá me soltara de una vez por todas, mas no me hizo caso.

Me llevaba jalando muy fuerte desde que bajamos del bus que supuestamente nos traería al lugar en donde trabajaba.

Mamá había tenido que dejarme con el debido a que había conseguido un nuevo trabajo y no podía hacerse cargo de mi.

Pero solo es hasta que termine de trabajar.

—Espérame aquí— Me dijo unos cuantos minutos después, en un gran edificio un tanto viejo—Anda a caminar o que se yo, piérdete— murmuró caminando, dejándome atrás.

Yo, un poco asustada, empece a correr detrás de él, hasta que finalmente entró a un ascensor, dejándome completamente sola.

Sin más, empecé a subir las escaleras, parando en cada piso, empezándolo a buscarlo.

Cuando llegue al 4to piso, solo pude escuchar música y algunos gritos animados, por lo que empecé a caminar tímidamente.

En el momento en que iba a entrar a una de las salas para dar una mirada, alguien salió de esta  ocasionando que chocáramos y cayéramos al suelo.

—L-Lo siento— murmuré apenada y temerosa sin levantarme.

Tenía miedo de que me gritaran por estar en un lugar restringido.

—¿Una niña? ¿Qué haces por aquí pequeña?— Un chico pelinegro muy lindo me tendió la mano, ayudándome a pararme.

—Papá está trabajando aquí— murmuré un poco apenada— Lo siento por entrar aquí—

—No te preocupes, en este piso somos totalmente amigables— me dio una sonrisa para que me calmara—¿Te llamó la atención la música?— preguntó y yo asentí—¿Quieres intentarlo?—

—No se que hacer...— murmuré viendo como todos se movían muy lindo.

—Solo déjate llevar por la música— me dijo empujándome levemente hacia adentro—¿Esta bien?— me dijo y yo asentí—¿Cual es tu nombre?— me dijo caminando hasta una radio—Soy Takeshi, sin apellido— extendió su mano nuevamente—(...)— murmuré aceptando su mano—También sin apellido—

Odiaba el apellido de mi padre, por lo que siempre me presentaba sin el.

—Ya me caes bien— Me dijo riéndose levemente—CHICOS, ELLA ES (...), SE UNIRÁ A NOSOTROS POR HOY— gritó haciendo que los otros también empezaran a saludarme y a chiflar.

—MUÉSTRANOS LO QUE TIENES— gritó alguien a lo lejos, poniendo una canción que me hacia palpitar mi corazón.

Sin más, suspire y cerré mis ojos, antes de empezar a moverme, dejándome llevar por la música.

Unos cuantos minutos después, abrí los ojos, encontrándome vario ojos sorprendidos puestos en mi.

—¿Q-Que sucede?— pregunté nerviosa, pensando que había hecho algo mal.

—ERES REALMENTE GENIAL— gritó un chico moreno acercándose a mi para cargarme emocionado, no pasaba de los 15 años como casi la mayoría de las personas que estaban aquí—

¿Podemos bailar? // BNHA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora