Para (...) Nakamura la vida está llena de obstáculos.
Tendrá que ser lo suficientemente fuerte como afrontar todo lo que viene.
Por qué la vida se trata de eso.
De ser fuerte.
Bakugo Katsuki x lectora
Después de eso, me volví a reunir con mi grupo dándome la sorpresa de que el director había dicho que nos invitaría a comer donde quisiéramos.
Eso hizo que me alegrara un poco.
Cada vez que me dolía la pierna y no podía caminar más, se turnaban para cargarme en su espalda, todos a excepción de Maho, lo cual agradecía bastante, ya que realmente dolía demasiado.
Decidimos ir hasta el centro comercial por unos helados y después a una sala de juegos en el mismo sitio.
Estuvimos divirtiéndonos jugando, hablando y tomándonos fotos por varias horas, hasta que llegaron a ser las 5 y yo tuve que marcharme para ir al lugar en el que habíamos quedado.
Tome el tren y en menos de 20 min ya había llegado a la estación a tan sólo unas cuantas calles antes de llegar a casa.
Caminando lentamente y aferrándome a mi maleta, llegue al parque en el que solíamos jugar y al no ver a nadie me senté en el pasto.
Nostalgia vino a mi al recordar como jugábamos, como descubrimos nuestros quirks, como nos prometíamos cosas.
Estuve al rededor de 40 minutos sonriendo como una tonta mientras veía a los pocos niños que quedaban jugar.
Al darme cuenta del tiempo que había pasado, saqué mi celular y les marqué.
Más no contestaron.
Seguro se les habrá bajado su batería...
Durante 4 horas estuve sentada esperándolos y ellos no llegaron.
Mañana sería sábado y tenía que ir a Hosu para comenzar mi tratamiento, no tendría tiempo para hablar con ellos a no ser que me acompañaran.
Aunque lo dudaba.
Di una última mirada al parque antes de levantarme y empezar a caminar hasta casa.
—(...), por qué tan tarde— preguntó preocupada Tia Mitsuki al verme llegar cabizbaja— Qué pasó pequeña—
—¿Sabes algo de los chicos?— pregunte sentándome a su lado y poniendo mi cabeza en sus piernas para que me lo acariciara y así lo hizo.
—Katsuki me llamo hace unos minutos para decirme que se quedaría en casa de uno de sus compañeros— dijo y yo asentí.
—Los estuve esperando desde las 5:30 en el parque—la voz se me corto y cerré mis ojos con un puchero triste— les estuve recordando todo el día de que les tenía que decir algo importante y ellos me prometieron ir—
Tía mitsuki solo se dedico a acariciarme la cabeza con una mirada triste.
—Quiero que todo vuelva ser como antes— dije y mi voz se agudizó mientras lágrimas salían de mis ojos— Quiero que volvamos a ser sólo los tres— lloré— Que he hecho mal tía...he cumplido todas mis promesas, he estado con ellos en todo momento, apoyándolos— hice una pausa— Por que justo cuando más los necesito no están...Ya se que están preparándose para convertirse en heroes, pero incluso el mejor héroe en el mundo tiene tiempo para estar con su familia—
—Ellos mismos se van a dar cuenta que están perdiéndote, cuando vean que al llegar a casa, no estarás ahí para ellos—
—Ese es el problema tía, no estoy segura si podré separarme de ellos, yo se los prometí—
—Quizás no para siempre, pero si necesitar tener tu propio espacio— me dijo ella y yo asentí.
—Había empezado a tener algo con Katsuki— le dije y una risita salió de mi al escuchar el grito de felicidad de la mujer—Pero, creo que no le gusto lo suficiente como para que haga seria la relación—
—Por que lo dices, tú sabes que Katsuki en una cabeza dura— me dijo y yo me reí.
—Le pregunte y él no me contestó, ademas me di cuenta que puede que esté confundido con una de sus compañeras—
—¿Eh? ¿Que te llevo a decir eso?—
—Pues, cuando estábamos juntos en el estadio y ella llegaba, se separa rápidamente de mi y evitaba tocarme—
—Que imbecil— refunfuñó y yo asentí.
Me acomodé mejor en el sillón, quedando boca arriba, volteando a mirar a mi tía.
—Creo que debería ponerle fin a esto, si no, yo seguiré sufriendo— le dije y ella asintió.
—No eres el segundo plato de alguien— me dijo y yo sonreí.
—Extrañaba conversar contigo como ahora—
—Lo siento pequeña, pero últimamente hemos estado muy ocupadas en otras cosas o me lo negarás— me dijo y yo me reí.
—Te quiero mucho tía—
—Yo te quiero más, mocosa—
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Al día siguiente ya me encontraba en el hospital esperando a que me llamaran para comenzar con mis quimioterapias, lo cual estaba muy nerviosa, esto era algo nuevo para mi.
Hosu...
—(...) Nakamura— escuché que me llamaban, era un chico joven pero se notaba que tenía experiencia, por lo que rápidamente me paré y empecé a seguirlo.
Por que se me hace tan conocido...
—Nos volvemos a ver...niña— soltó y yo rápidamente abrí mis ojos de la sorpresa.
—¿EH? ¿MAKOTO? ¿QUE ES LO QUE HACES AQUÍ— grite recordando al enfermero que me había sacado sangre.
—Me trasladaron— dijo sin más.
Me explicó que el se encargaría de darme las quimioterapias y fisioterapias para que me bajara un poco el dolor en la pierna.
El realmente era muy divertido, por lo que rápidamente congeniamos y empezamos a hablar de diversas cosas.
Me llevo hasta una sala en donde habían varios sillones y me hizo sentarme en uno vacío mientras él iba por las cosas necesarias.
Cuando volvió yo me puse demasiado nerviosa a lo que él empezó a reír.
Me dijo que una vez que comenzara las quimioterapias no podría comer comidas ricas en grasas, tendría que evitar olores desagradables ya que podrían hacerme vomitar y lo mejor que podría hacer es descansar.
El me puso la intravenosa una vez que terminó y me tapo con una manta.
Esto iba para rato.
—¿Te he visto antes?— le pregunté curiosa, haciendo que este tragara en seco, mirando para otro lado.