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Cuando abrí los ojos, pude notar como algunos hombres y mujeres estaban a mi alrededor, viéndome preocupados y serios, mientras revisaban mi cuerpo y cara.

Cuando vieron que había abierto mis ojos, me empezaron a hablar, pero nada.

Había un zumbido impidiéndome escucharlos.

Todo me dolía mucho y ni siquiera podía abrir mi boca para decírselos.

Pude sentir como cortaron una parte de mi estomago para después sentir un gran dolor, haciendo que soltara un gemido de dolor entre dientes para después empezar a toser con fuerza.

¿Que me estaban haciendo?

No podía respirar bien.

Empezaron a pasar varias luces por mis ojos para después empezar a decirme algo.

No puedo escucharlos.

Sin más, uno de ellos acercó sus manos hasta mi boca y mandíbula para abrirla con fuerza, haciendo que soltara un grito desgarrador lleno de dolor.

La cara de un chico castaño y lentes fue lo ultimo que vi antes de perder nuevamente el conocimiento.

Cada vez que abría mis ojos, me encontraba con una escena completamente distinta.

Algunas veces eran recuerdos de mi niñez y otras veces simplemente aparecían personas de batas blancas mirándome preocupados, revisándome que todo estuviera bien o simplemente llevándome a algún lugar.

Cada vez que despertaba y me encontraba en esa habitación blanca con varios monitores, a mi lado siempre se encontraban los Bakugou y los Midoriya.

No siempre estaban todos, algunas veces solo estaban Izuku y Katsuki, algunas veces solo estaban mis tías y algunas veces solo mi tío.

Pero siempre estaban ahí cuidándome.

Cada vez que abría los ojos, no podía escuchar ni sentir nada.

Pude darme cuenta que tenía una de mis piernas y uno de mis brazos enyesados y que no podía abrir mi boca por más que quisiera.

Odiaba esto.

Desperté con el corazón hecho pedazos mientras lloraba desconsolada, recordando todo lo que había pasado en casa.

Todo lo que había pasado con mi mamá.

El zumbido ya se había ido, por lo que escuché perfectamente como alguien entró a la habitación y al verme llorando, se acercó rápidamente a mi.

—Eso es...llora— me dijo acostándose a un lado mío, mientras me empezaba a acariciar el cabello sin dulzura.

—Mi mamá...— dije entre dientes debido a que no podía abrir mi boca debido a la lesión —Quiero a mi mamá...—

—Lo sé— escuché la voz de Tía Mitsuki— Lo siento tanto— su voz se rompió— Si tan solo hubiera llegado antes— me dijo empezando a acariciarme la espalda— Lo siento—

¿Podemos bailar? // BNHA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora