09/09
Cuando subí al coche para poner rumbo a casa estaba demasiado cansada. Echaba de menos a Maya y Coco, que se habían ido con Fargan, así que sabía que no habría nadie esperándome en casa. Pensé que sería la mejor opción pues iba a estar muy ocupada, como demostraban la cantidad de horas que había estado en la facultad. La noticia de que iba a rescindir el contrato no había gustado excesivamente al departamento, especialmente a Damián, que me había pedido por todos los medios que no lo hiciese. Pero mi decisión era firme y la cara de zombi con la que me levantaba cada día y las ganas de estampar el móvil cada vez que sonaba una alarma para ir a trabajar me hacían tener muy claro que era lo mejor.
Arranqué el coche y puse rumbo a mi casa. Los minutos del trayecto se me hicieron eternos, el tráfico a mediodía era horrible, tedioso y lento, muy lento. Parece que vivir en el centro no era tan buena idea como me pareció en su momento.
Por fin pude llegar al parking, dejando mi coche en mi plaza privada, y tomé el ascensor para subir al último piso, el mío. Introduje la llave en la cerradura y pude ver que no estaba la llave echada, solo el pestillo. Me pareció raro pero lo cierto es que mi cabeza tampoco estaba demasiado centrada en estos días así que igual había sido yo. Entré en casa y por un instante me sentí sumamente desconcertada.
Todo mi salón estaba lleno de globos con las fotos de la sesión que me hice con Fargan. El corazón me dio un vuelco y corrí por toda la casa a buscarle pero no le encontré. Me sentí sumamente triste, por un momento me había hecho ilusiones de que hubiese venido. Me senté en el suelo, entre todos los globos, y decidí llamarle. Tardó un poco en descolgar pero finalmente lo hizo.
F: ¡Hola, princesa! Que raro que me llames a esta hora... ¿Ya has comido?
TN: Hola, bebé... no, aún no. ¿Me puedes explicar qué hace todo mi salón lleno de globos en el día en que solo hacemos dos meses juntos?
F: Pues... lo mismo que una caja gigante de chuches y chocolates en mi puerta esta mañana... - Sonreí al saber que había recibido su regalo.
TN: Pues... que sepas que estoy triste. Pensaba que estabas aquí... - Dije bastante apenada.
F: ¿Quieres que vaya? No sabría si tendrías tiempo para mí... Pero si quieres voy.
TN: A ver... el Mustang es rápido pero... no creo que te de tiempo a llegar. - Contesté apenada. - Son más mil kilometros...
F: No sabía que de tu salón a la puerta hubiese mil kilómetros... - Mi corazón dio un vuelco de nuevo. Di un salto y un gritito se me escapó por la emoción.
Salí corriendo hacia la puerta y la abrí rápidamente. Encontré a Fargan allí parado, sonriente, con el móvil en la mano y salté sobre él, que me recibió sujetándome con sus brazos por debajo de los muslos. Le rodeé con mis piernas y sin dejarle decir nada comencé a comérmelo a besos allí mismo. Solo paraba para verle un segundo, comprobar que realmente estaba aquí, y volver a besarle de nuevo. Estuve así por más de diez minutos en los que Fargan entró en casa y cerró la puerta con el pie sin dejar de achucharme. Pero finalmente me bajó y me miró con una amplia sonrisa que solo podía compararse con la mía.
F: Hola, princesa... - Dijo pellizcando mi mejilla. Estaba demasiado emocionada, no podía creerlo, parecía una niña pequeña el día de Navidad. - Feliz segundo... ¿mes-versario? - Añadió tomándome por el mentón y besándome.
TN: Pero... ¿Cuándo has llegado? ¿Cómo has venido? Me alegro mucho de que estés aquí bebé.
F: Jajaja, y yo de estarlo. He pillado un avión esta mañana. Creía que debía agradecerte tu regalo en persona... ¿En serio no te lo esperabas?
TN: Te juro que no.
F: Pues he estado todos estos días insinuando que vendría jajaja. - Volví a achucharle.
TN: ¿Y hasta cuándo te quedas? ¿No han venido Maya y Coco?
F: Me voy mañana por la mañana... quería pasar el día contigo. Maya y Coco se han quedado con Zeus y Hermes... no podían venir en el avión.
TN: Bueno... está bien. - Dije un poco apenada.
F: ¿Qué pasa?
TN: Nada... pensaba que te tendría más tiempo para mí... pero bueno. - Mi estómago rugió recordando que solo había tomado un café desde que desayuné a las siete de la mañana.
F: Parece que tienes hambre... - Dijo acariciando mi barriga. Sonreí y me sonrojé un poco. Finalmente asentí. - Pues vamos a comer, ¿no?
Fargan se acercó a mi cocina, donde no había reparado que olía demasiado bien. Empezó a sacar comida del horno.
TN: ¿Has cocinado?
F: Sí... llegué a las diez, he tenido cinco horas para montar todo esto. Y me ha sobrado tiempo para cocinar.
TN: Eres increíble, bebé. - Fargan me tomó por la cintura.
F: No tanto como tú, princesa. - Me besó con suavidad.
TN: ¿Qué huele tan bien?
F: Algo que te gusta mucho... y que pediste después de darme muchos muchos besos...
TN: ¡Lasaña! - Mi estómago rugió de nuevo apremiándome a comer ese manjar cuanto antes. Fargan sonrió y separó una silla de la mesa del comedor para que me sentase.
Obedecí y pude reparar en que la mesa estaba puesta. La emoción de la sorpresa ni siquiera me había dejado observar mi alrededor. No solo vi la gran cantidad de globos, pude ver también que Fargan había traído el regalo que le había hecho llegar, había puesto la mesa y, encima de la mesita del salón había algunas cosas que yo no había puesto ahí. Por un momento me vi tentada a ir a mirar qué eran pero Fargan apareció a mi lado con la fuente de lasaña.
F: Deja de mirarlos... tendrás que esperar hasta que yo lo diga jajaja.
TN: Eres cruel, adorable y cruel jajaja. - Él sonrió y me sirvió en el plato, luego se sirvió y se sentó conmigo.
Aún no podía creerme que estuviese aquí, ni que hubiese alguien capaz de hacerme sentir tantas cosquillas en el estómago solo con aparecer inesperadamente junto a mí.
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ENCUENTROS xFaRgAnx y tú (2ª temporada)
FanficEsta es la segunda temporada de la historia "Vacaciones" ¿Qué ocurrirá cuando TN y Fargan se separen? ¿Podrán soportar más de 1000 kilómetros de distancia o todo lo que han construido a lo largo de un intenso verano se irá al garete? Como diría Rubi...