60. Guilty

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"Bill"

Los rayos del sol me golpearon los párpados muy fuerte, pero más el hecho de que estaba solo en esa cama. Solté un pesado bostezo del pecho, un sueño tan pesado es bien merecido por una buena noche de sexo con ella. Retiré las sábanas de mi cuerpo, el cual solo usaba boxers, antes de salir me detuve a ver la habitación de mi novia. Era raro verla junto a libros y pinturas en su escritorio, por eso lo artística, pero la televisión de su habitación era lo que más resaltaba de esta... sus padres no pueden esconder que son ricos. Digo ¿quién tiene un balcón en su habitación para sí sola?

Salí de su habitación y me dirigí a la sala donde ella estaba. Usaba el mismo suéter grande gris de ayer, junto a una taza de café en las manos mientras veía la ciudad tras el balcón de la sala. Me acerqué a ella mientras rodeaba su cintura y descansaba mi rostro en su hombro, pero rápidamente evitó lo que sería y lo que creí lo que era una bonito momento como todas las mujeres lo desean.

─Será mejor que te vayas, mis padres regresan hoy─ dijo mientras colocaba la taza en el fregadero

No podía perderla tan rápido, eso no lo haría ella. Ella me ha estado engañando y la impotencia me gana cada vez que alguien me arrebata algo que es mío y sé quien es. Sin embargo, nada es más satisfactorio poder obtener de nuevo lo que es tuyo.

─Oye, mejor vamos a desayunar, así aprovechamos a platicar de nuestras vacaciones y la universidad, con eso que solo falta una semana─ dije acercándome a ella mientras le daba la vuelta y así obligarla a verme ─Vamos─ si en algo era bueno era en ser persuasivo, como el mismísimo tigre de bengala

─De acuerdo─ dijo sin emoción y una sonrisa con eso me bastaba

(...)

"____________"

No sé para qué sigue intentándolo, porque él debe de saber que ya me perdió. Su boca hablaba pero yo no escuchaba, no me sirve de nada escuchara alguien lleno de orgullo y tan pedante por todo lo que sus padres pueden ofrecer para la vida. Con él me sentía tan débil, vulnerable y tan... culpable... y no lo entiendo. No sé si este es el precio que debo de pagar por mis secretos o por mis pecados de mi pasado.

Anoche, no logré dormir, no junto él. Por eso fue decidí dormir en la habitación de mis padres para poder pensar o más permitirme sobre pensar todo lo que pasó con él. No logré responder ninguna de mis preguntas. Ninguna. Lo único que tenía era a Legoshi en mi cabeza y tampoco logro contestarme porque cada vez que pienso en él me dan tantas ganas de llorar pidiendo a que esté aquí... conmigo, pero a la vez se me desgarraba el alma el pensar que soy culpable por seguir de esta manera, con Bill y siguiéndolo a donde él vaya, pero sobre todo por haber escogido mal. Debí escucharte ese día en el metro cuando me dijiste que te gusto y ahora... siento que te perdí.

─¡Oye, sirve más café!─ chisto Bill al mesero que tenía al jarra de café en la mano

─¡No! No gracias, yo estoy bien, gracias─ dije al muchacho ciervo que me dio una sonrisa cómoda luego de lo mal que lo trató Bill y así retirarse ─Y me traes la cuenta por favor─ siempre tenía el ánimo para poder pagar la cuenta yo, y era más que claro que Bill no me detendría

(...)

Me daba risa, como este tigre no se daba por vencido, pero enserio que era tan pero tan irritante como es que trataba de comprarme nuevamente con flores. Era consciente que las rosas rojas y blancas no tenían la culpa de lo que Bill es, es bueno poder comprender eso ahora y no cometer el mismo error. Sin embargo, solo dejaba que siguiera hablando de lo que él quisiera, total no lo escuchaba. Pero la verdad me estaba aburriendo y demasiado. No hasta que mi teléfono sonó y lo agradecí hasta el cansancio.

─Disculpa─ eso dicho mientras respondía a la llamada de mi madre ─Hola mamá... Yo muy bien y ¿ustedes?... Me alegra escucharlo... Espera ¿ya están aquí?... Ah entonces iré para allá enseguida... No, no te preocupes voy para el aeropuerto... Sí allá los veo... esta bien...bye...─ y corté la llamada para dirigirme a él ─Oye, lamento dejarte así pero mis padres se adelantaron en el viaje y tengo que ir por ellos al aeropuerto ─ dije mientras tomaba las rosas fuertemente

─Pues te acompaño, así conozco a mis suegros─ dijo interesado y con eso me incomodó

─Pero creo hay veces que se tardan demasiado y puede ser tedioso, creeme mejor, ve a casa y yo te escribo, nuevamente gracias por las flores, están hermosas─ dije sin permitir que él opinara mientras me despedía de él y caminó hacía mi casa sin voltear a verlo.

Uff...

(...)

Y así fue. Fui al aeropuerto, se tardaron como siempre, fuimos a almorzar pero de paso ellos decidieron pasar el día conmigo lo cual no habíamos hecho desde que llegamos a Seúl y fue bastante bonito poder disfrutar con mi familia luego de mucho tiempo. Si de algo era bastante fiel, era a mi familia ante cualquier otra cosa en este mundo, mucho más que ante ser un carnívoro.

La noche se presentó y era una noche diferente, una de esas que me gustaban. Mamá no dudo en ir y tomar una ducha y mi padre como siempre trabajando, tanto me molestó que tuve que quitarle la computadora de las manos y mandarlo a dormir, a lo cual sin objeciones dijo que sí y su tumbó en su cama junto a un libro. A un libro no podía decirle que no, por lo que solo les desee las buenas noches y adentrarme a mi cueva en silencio. Los sonidos eran fuertes, pero no los de la ciudad... si no los del corazón. Me sumergí en un mar de lágrimas mientras la ansiedad invadía mi cabeza y el oxígeno me quedaba corto. Me quité con toda la brusquedad del mundo la chaqueta, la blusa y la camiseta dejando libres mis alas y al aire mis pechos cubiertos por el sostén. Tome una playera (claro una que me dejaba sacar las alas de la misma) y aún en lágrimas, salí a mi balcón sin pensarlo más me deje impulsar con todas las fuerzas hasta la cima de mi edificio.

La culpa, la maldita culpa no podía permitirme pensar en dormir o pensar otra cosa. Maldito Bill, maldito Legoshi, pero sobretodo maldita yo. Soy un completo desastre de pensamientos, emociones, instintos y genes. Este odio que me tengo no se esfuma nunca y todo por la culpa.

La soledad derramó el vaso de agua, los sonidos y el aire fuerte no eran suficientes para poder buscar tranquilidad por lo que saqué mi teléfono de la bolsa trasera de mi pantalón y buscaba a Legoshi entre mis contactos. A punto de llamarle estaba hasta que divise la hora.

22:46 p.m.

No... no puedo llamarlo ahora, él me ha dicho que ha estado tratando de dormir mejor, recuperar el sueño perdido de la escuela y... No... pero... lo necesito... Solo escribí un mensaje.

"Hola espero que estes bien..." 

Fue lo único que logre escribir. Tras eso, seguí llorando... maldita culpa.

Muéstrame los colmillos y dime que me amas (Beastars)(Legoshi y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora