90. Fangs

719 58 18
                                    

(+18) ¡Atención! Los párrafos siguientes contienen palabras y acciones explícitas, si no son de tu agrado puedes saltar al siguiente capítulo. Quedas avisad@.

"____________"

Los besos cada vez se fueron llenando cada vez de más pasión y la falta de aire la pudimos controlar a la perfección. Nuestros cuerpo cada vez se necesitaban más por el hecho de estar pegados todo el tiempo. Podíamos notar en uno como en el otro lo bien que se sentía poder estar solos, sin culpas, sin prejuicios, sin nadie quien pueda impedirnos estar juntos. 

Estamos en un cuarto de hotel de lujo, usando trajes formales, confesando nuestro amor y a punto de probarlo de la manera donde seremos unidos como pareja. No es imposible pensar que durante mucho tiempo, estuvimos anhelando el hecho de querer estar juntos y cada vez se fue intensificando.  

De a poco los besos fueron el olfato de su húmeda nariz recorriendo mi cuello así como de su áspera lengua que por cómo mordía, chupaba y dejaba rastro de su pertenencia en mi esternocleidomastoideo, y triángulo submandibular, solo quería conocerla más en todo mi cuerpo. Me retorcía de necesidad mientras me restregaba en su abdomen y pelvis por conocerlo a él también. 

Nuestros pasos se volvieron torpes y distraídos por llegar a la cama de la habitación dentro de la habitación del hotel, valga la redundancia. Su manos eran  grandes y eso era uno de mis tantos fetiches como una loba artica pervertida, sus gruñidos y jadeos le seguían a la lista, solo quería decirle que me follara dan duro que tuviéramos que quedarnos una noche más para poderme recuperar de mi pobre cadera destrozada. 

No me quede atrás. Envueltos de nuevo en una beso, suavemente causando en él que sus nervios se alteraron en un nivel alterando su pelaje, escalofríos que le llaman. Se aguantaba tantas las ganas de poder gemir que lo odio. Durante este tiempo siendo pareja me di cuenta de sus puntos débiles: sus orejas, médula espinal y cuello... sin mencionar lo más importante que viene después. Era mi turno, olía su tan impregnante perfume que de alguna manera quería quedarme en mi para siempre en mí, marque lo que era mío como él lo hizo conmigo, pero esta vez poco a poco desabrochaba su camisa blanca formal. 

Se la quitó de una manera... tan... tan... sexy... mierda... 

El movimiento de sus hombros, de su espina dorsal y lumbar, sus manos, su rostro con ese sonrojo alto, pero sus ojos caídos y solo viendo mi alteración... solo podía sentir como me mojaba por completo. 

Se acercó a oler mis orejas por un momento, recuerdo que le gustaba mi shampoo, pero estaba queriendo hacer algo más. Su dedos recorrían mis hombros y mi cintura, pero entonces fui yo quien no supo cómo reaccionar. Estaba tocando mis alas... 

Las contraje de inmediato, sabía que irían a ser un estorbo, incluso en esta noche de luna llena. 

─Quiero verlas─ dijo de frente y con su voz ronca 

─...─ solo no sabía si hacerlo 

─Hazlo...─ ordenó, pensé que estaba nervioso 

Pero su orden en mis oídos venía acompañada, con otro sonido. El momento era candente y suave por las luces de la ciudad que golpeaba a través de la gran ventaja de la habitación, no podía escuchar con claridad. Pensé que era un mosquito que nos molestaba, o algo cerca del hotel como una construcción nocturna, pero al sentir el frío aire de la calefacción en mi pelaje de la espalda, fue cuando entendía eso. 

Estaba pegada a su cuerpo que no me percate que quería abrir el cierre del vestido azul. Pero, había otro problema, o más bien una vergüenza. La camiseta que estaba en un cajón del mueble de ropa de la habitación, tenía el top especial incluido, practicamente, si dejaba caer el vestido, estaría semidesnuda ante el... y alguna manera me daba miedo y pena el hecho que me viera. 

Muéstrame los colmillos y dime que me amas (Beastars)(Legoshi y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora