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“Informando a la emperatriz, el emperador ha dejado palacio, con tres guardias” una de las sirvientas del sequito de la emperatriz informo, la mujer que yacía sentada frente a su nuera, jugando un poco de weiqi*

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“Informando a la emperatriz, el emperador ha dejado palacio, con tres guardias” una de las sirvientas del sequito de la emperatriz informo, la mujer que yacía sentada frente a su nuera, jugando un poco de weiqi*.

“Eso fue rápido” comento la emperatriz madre. Mientras sus ojos estaban fijos en el tablero, una pieza de qiao entre sus dedos. “¿Están listos los que se encargaran de la redada?”

“Esta sirvienta responde a su majestad, sí. Ellos salieron esta mañana y han estado esperando por unos cuantos sishen” (aprox 2hr)

La emperatriz asintió satisfecha, y coloco rápidamente la pieza, acorralando las piezas de la otra mujer frente a ella.

“¿madre, no esta jugada muy arriesgada? Temo que las cosas salgan mal y el emperador se entere” murmuro Zuxi, sus ojos posados sobre la jugada de la madre emperatriz.

Aunque ella odiaba el weiqi, no podía ignorarlo cuando su suegra demandaba jugar una o dos partidas con ella, en las que siempre perdía. Después de todo la emperatriz madre era como una júlíjíng* al acecho de que el emperador cometiera un error y ella poder tomar las riendas del imperio.

La emperatriz comenzó a reírse y rápidamente gano la partida de qiao, Zuxi suspiro desganada. Ella realmente no le encontraba nada de divertido jugar todo el qiao.

“Relájate xiao Xi, ese niño es alguien confiado, quitármelo de encima será como quitarle un mantou a un niño pequeño”

Zuxi no estaba muy segura de las palabras de la emperatriz madre.

Y lo que Ye Zuxi predijo, fue exactamente lo correcto.

El emperador Min no era tonto, conocía de la ambición de la emperatriz madre, asi que sabía muy bien de las ideas de ella para con él, en este dia.

“Los hemos atrapado su majestad, todos están siendo transportados a los calabozos de la prisión” informo uno de los guardias que le acompañaban.

YoonGi asintió complacido. Y luego volvió a montar en su caballo.

“Dile al general que no sea muy duro, que los pajarillos cantan si se les cortan las alas*” el guardia asintió y se retiró rápidamente.

Min sabía que dentro de lo que tarda una taza de té, el guardia se le uniría rumbo a la villa.

Mientras los caballos recorrían el paso del bosque, JiMin estaba lavando el suelo del salón del té, como por quinta vez.

Estaba exhausto, pero no podía detenerse, aunque no había nadie haciéndole compañía, las paredes tienen ojos y oídos. Y sabrían en solo cuestión segundos que él no estaba limpiando.

Él un jefe de la mafia, termino limpiando los suelos de un inmundo burdel. Ja, que burla.

Ciertamente su infancia no fue fácil, aunque su familia era pobre, al menos había siempre un plato de arroz en la mesa, lo más lujoso que un niño de cinco años podía comer en esa situación, era quizás uno o dos panes al vapor* para su cumpleaños o para festejar el año nuevo lunar.

Demonio y Emperador ; ©YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora