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El suave trinar de las aves y los primeros rayos del sol tocaron el suave rostro del de cabellos platinados, haciéndo que este se diera vuelta para evitar la molesta luz que daba de frente a su cara.

Tenia sueño... solo queria seguir durmiendo. Por qué la luz es tan molesta?

JiMin gimoteo por la bajo y tiro de la sabana sobre si mismo, sumiendose por fin en un velo oscuro y sin entrada de luz.

YoonGi quien ya había despertado desde que los primeros rayos de sol se asomaran, sonrio en silencio y se giro para pasar sus brazos sobre su gēgē y acurrucarlo contra su pecho.

El tiempo transcurrió lentamente y no fue hasta que el sol estaba situado en lo más alto en el cielo, que YoonGi volvió a abrir sus ojos y bostezar, aparte de que si no se despertaban podrían tener que tomar otro día de regreso a la capital imperial.

Salió de la suave cama y comenzo a vestirse rápidamente, optando por ropa menos ostentosa, y más ligera.

Una taza de té después.

El emperador abrió la puerta con una mano, en la otra llevaba una bandeja con comida humeante sobre los platos. El demonio zorro que estaba bien metido en las mantas se removio al sentir el aroma a comida.

YoonGi río bajito y luego coloco la bandeja sobre la mesa y fue en dirección del lado donde aun dormia levemente su pareja, removió las cobijas y luego al cuerpo suave que yacia bajo de ellas.

JiMin tenía realmente un cuerpo fuerte, la noche anterior realmente YoonGi había dado rienda suelta a su frenesí y no se detuvo hasta que estuvo completamente satisfecho. También, había visto las marcas dejadas en todo el cuerpo de su gēgē y sabía muy bien que toda la piel de su amante estaba marcada de sus caricias.

Sin embargo, viendo ahora el cuerpo semi desnudo, las marcas dejadas por su extenuante noche de pasión, estaban desvaneciéndose lentamente.

Realmente, la complexión de un demonio zorro era realmente asombroso, su auto-curación era mil veces mejor que la de las pildoras medicinales que dejan leves secuelas en el cuerpo después de una vez ingeridas.

— AiFei, despierta... Es hora de desayunar. —Susurró suavemente al oido del mayor.

JiMin gruño más aún asi, abrió sus ojos los cuales estaban un poco dilatados por el sueño, había un leve matiz de rojizo adornando el contorno.

El Emperador tosió.

JiMin había suplicado mucho y más aún asi no pudo contener su lujuria. Ver las lagrimas fisiológicas de JiMin lo prendió tanto que... -tos, tos-

— A-agua...

Como un perro fiel y obediente, YoonGi fue hacía la bandeja de comida y tomo el agua tibia que hervio el personalmente y la vertió sobre una pequeña taza de porcelana. Sus movimientos fueron fluidos y rápidos, le coloco la orilla de la taza al borde de sus labios y JiMin bebió lentamente del agua, refrescando su agotada garganta.

Demonio y Emperador ; ©YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora