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El invierno había llegado, como una cortina de perlas blancas, y un manto de pureza, cubrió todo el reino del emperador, los faroles iluminando el camino, la música de fondo y el baile de las doncellas atrajo la atención de todos los comerciantes ...

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El invierno había llegado, como una cortina de perlas blancas, y un manto de pureza, cubrió todo el reino del emperador, los faroles iluminando el camino, la música de fondo y el baile de las doncellas atrajo la atención de todos los comerciantes y transeúntes del mercado, hacia la plaza, donde la belleza de once jóvenes florales de vestidos rosas y durazno danzaban al son de la citara y el xiao*, y una belleza de cabellos oscuros y vestimenta roja y plateada danzaba en el centro del circulo de las once flores danzantes.

Era el festival de invierno y todo el imperio estaba sumergido en la alegría de dicha festividad, las personas sonriendo y hablando hasta por los codos, disfrutando del espectáculo frente a ellos.

El emperador yacía sentado bajo la caseta preparada para su majestad y su familia imperial, la emperatriz estaba al lado de su señor y sus dos hijos yacían, uno al lado de padre, mientras tanto el otro estaba al lado de madre.

El príncipe mayor de ocho años sentado al lado del padre imperial, observo con detenimiento la danza que se presentaba ante ellos, sus pequeños pero afilados ojos de dragón siempre fijos en aquella figura que bailaba en el centro de todas aquellas pequeñas damas. Atrajo desde el principio su innata atención.

El hermano menor del príncipe heredero de tan solo cinco años de edad tenía su vista fija más allá de aquel baile, sus ojos fijos en la familia que estaba no tan lejos de las puertas, el pequeño joven maestro que suele enseñarle caligrafía yacía junto a la puerta, acompañado de una señora y una menor que colgaba de sus brazos. El pequeño joven príncipe sonrió, su maestro cumplió la promesa de venir al festival del invierno. Min JungKook estaba muy feliz.

La presentación de la danza termino, y las jóvenes que bailaron para deleitar al emperador y su familia, se inclinó ante su majestad. Presentando sus respetos al monarca sabio.

Una barita de incienso después, YoonGi escapo del guardia que su padre le había impuesto, y busco en aquel mar de personas a la única que sus ojos buscaban, sus artes marciales no eran altas, pero al menos podría practicar bien su qinggong* y moverse con ligereza entre la multitud.

Pero aun asi, no pudo dar con esa persona, comenzaba a sentirse cansado, tan solo tenía ocho años, aún era un niño en crecimiento, cuando disponía a darse por vencido en su búsqueda, vislumbro a lo lejos las túnicas de aquel joven que danzo en el centro de las once flores y corrió más deprisa para alcanzarlo.

Cuando lo vio entrar en un pequeño callejón, YoonGi normalizo su respiración, alisó su túnica y su cabello, listo para adentrarse en aquel callejón oscuro. Pero detuvo sus pasos cuando escucho un fuerte estruendo de una bofetada, el principito se congelo ante aquello.

Conteniendo su respiración y bajando su energía espiritual, se asomó en aquel callejón, no entro en él, pero asomó su cabeza para ver la escena que se desarrollaba frente a él, en aquel callejón.

Demonio y Emperador ; ©YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora