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YoonGi acomodo su armadura, JiMin le ayudó a ajustar ciertas zonas donde las manos no alcanzan. Después de tantas deliberaciones, decidió ir él personalmente para encabezar a los soldados rumbo al condado de Juzhong; después de todos los bárbaros del Norte se habían confabulado con los hunos.

Para evitar que la guerra fuera inminente, era mejor detener las brutalidades de esa gente, frenar antes de que una pequeña pelea se vuelva en una guerra que envuelva todo el país. Y muera gente inocente.

YoonGi cerró sus ojos mientras con una de sus manos masajeaba su cuello adolorido.

Esta guerra estaba en un sube y baja.

JungKook había informado que la mitad de los hombres que se llevó estában lesionados y no podían luchar, los bárbaros se volvieron soberbios y atacaban a diestra y siniestra. La gente salía huyendo a las planicies y algunos perecían en el gran desierto. Esta situación no podía seguir así, como monarca del país, debía de velar por la seguridad de su gente, si ni tan siquiera podía controlar a unos bárbaros norteños y a los hunos, no podría considerarse ser el hijo del cielo.

— Puedo acompañarte? —Después de pensarlo detenidamente, JiMin no pudo evitar preguntar.

YoonGi detuvo sus movimientos. Lentamente se dio vuelta para observarlo en silencio.

Lo había pensado muy seriamente. El proponerle viajar con él para que gane méritos ante la gente del Imperio y los ministros, para así tener la oportunidad de retirar la palabra 'traidor' que iba arraigada a su nombre. Sin embargo, egoístamente sólo quería esconderlo en el Palacio, si fuese posible meterlo en una caja de jade donde sólo él pudiese entrar. Pero hablando seriamente, no se atrevería a hacerle eso a su gēgē. Sólo podía dejar ese pensamiento bárbaro, en lo muy profundo de su corazón.

— Estás seguro? Allí no habrán sirvientes que acudan a ti, y es peligroso. El sol y el clima, la comida seca, y la vigilancia extrema. No se sí...

— No soy humano, lo recuerdas? —JiMin lo interrumpió—. Puedo defenderme, me vez como alguien débil, pero no lo soy... Tú sabes muy bien de dónde vengó, Yoon.

El pelinegro guardo silencio.

Sí, su gēgē no era humano, era un híbrido demonio, nacido de una humana y del jefe del clan Mo. Aunque era el hijo menos favorecido, fue educado bajo la misma regla que todos los del clan. Maestro en la espada, el guqin asesino y el sigilo.

Si JiMin supiera de los pensamientos de YoonGi, se burlaría. Sabía manejar armas blancas, pero no espadas. Las navajas fueron su primer regalo, cuando entro al mundo oscuro de la mafia. Las armas de fuego eran secundarias, su habilidad se centro más en el manejo de los cuchillos. Sabía que en este mundo no habían armas de fuego, la mayoría de la gente tenía una complexión diferente a los humanos comunes, las espadas y las habilidades marciales eran lo principal.

Demonio y Emperador ; ©YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora