Renacer en otro mundo.
JiMin jamás espero que eso sucediera.
«Amor u Odio»
El mar de sentimientos de dos almas se desenfrena. Y una nueva historia, llena de misterios y romance se desencadena.
¿Te atreves a leer su historia?
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— Mi señor, hay noticias de la corte. —Una Sirvienta dijo, entrando en el despacho del hombre.
— ¿Qué son?
La mujer dudó en hablar, pero terminó suspirando y dijo: —Tal parece que el Emperador quiere colocar al Consorte imperial Mo, como su Emperatriz.
El hombre de dio la vuelta, el abanico que cubria su rostro se plego y golpeo su mano lentamente.
— ¿Qué hicieron los ministros?
— Claramente se negaron a permitirlo, sin embargo, el tercer joven maestro se defendió hablando de que bien podria ya haber un heredero o heredera en camino.
El hombre guardó silencio y luego se carcajeo fuertemente. La sirvienta no habló pero tampoco se movió del lugar.
— Ya veo. —Dijo despues de reírse a gusto.
— El Emperador ha llamado a los medicos imperiales en estos dias, hay muchos rumores rondando en el palacio. Las concubinas no estan contentas.
La sonrisa se borro del rostro del hombre. —No me digas, sera que el mestizo si esta embarazado ya?
La mujer no habló al instante. —Responde.
Ella tembló. —Esta sirvienta no esta segura, la seguridad alrededor del tercer joven maestro Mo esta muy activa, y no se han filtrado noticias fuera del pabellón.
El hombre resoplo y luego guardo silencio, como pensando en sus siguientes movimientos.
— Si el consorte Mo esta realmente embarazado, mi plan puede adelantarse. Aunque es un mestizo, la sangre del cordon ombilical del bebé sera de gran ayuda.
La mujer cerro sus ojos fuertemente y luego recompuso su postura. —¿Desea que sigamos vigilando de cerca?
El hombre hizo -tsk, tsk- más de dos veces y luego hablo. —No nos movamos por el momento, manda gente al clan Mo, quiero saber que estan haciendo.
— Sí, señor.
— Adelante, retírate.
— Sí.
La sirvienta salió del despacho del hombre, y este se sento en el asiento. Desplego el pergamino que estaba en la mesa y acarició las letras transcritas en el.
— No te preocupes hermano, yo lograré tu objetivo. Tu muerte no sera en vano.
Después de quien sabe cuanto tiempo, salió del despacho y camino por los pasillos desolados de la siheyuan enorme. Hasta que llego al patio interior donde había un pequeño jardin de lirios de cristal azul. El sol golpeaba sus petalos y estos brillaban fuertemente.
Se sento en el banco que estaba en el centro del jardin y se quedo ahí sin moverse o hablar, sólo y rodeado de los magicos lirios de cristal azul.
