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Tanto el Emperador como el segundo Príncipe, los dos generales principales, el ministro Kim y el consorte imperial Mo, estuvieron en Juzhong por alrededor de una semana. Hasta que no quedó un rebelde libre.

JiMin estaba cansado. Tanto física como mentalmente.

Ciertamente antes disfrutaba de luchar con sus subordinados, había un ring subterráneo donde los hombres del inframundo podían desahogar sus frustraciones, luchando contra otros hombres.

Sin embargo, era muy distinto. Este cuerpo, aunque era fuerte, fue sometido a tortura y enfermo tanto que recuperar su anterior físico, es soñar despierto. Claro, a menos que quiera romper sus huesos y morir.

JiMin se estremeció. Morir una vez es más que suficiente.

Los sueños del pasado habían estado apareciendo nuevamente, siempre la misma escena, a veces cambiaba y era diferente, pero recibía el mismo final. La misma fragmentación del alma, del psique interno.

Y los rostros, sólo el rostro del padre del anterior propietario era visible. El otro, siempre era un cuadro difuminado, como si esa parte de la memoria se rehusará a recordar el rostro de esa persona.

YoonGi acarició la cintura del peliplatinado, viendo como temblaba al tacto de sus toques.

— No puedes dormir? —Min preguntó en un susurró.

JiMin tarareo suavemente. Y se dio la vuelta, abrió sus brazos y abrazo así al hombre a su lado. YoonGi sonrió de lado y apretó al cuerpo que se acurrucaba en su pecho.

— Ansioso por volver mañana?

JiMin asintió lentamente. La verdad, aunque le gustaba estar al aire libre, el clima por este lado era realmente insoportable.

Sería alrededor de dos semanas o tres, no está muy seguro de ello, desde que llegaron a este condado.

Él ha visto a la gente regresar lentamente a ocupar sus antiguas casas y limpiar todo el desastre que los hunos y los bárbaros habían causado cuando sus familias fueron desalojadas de sus propias viviendas.

La gente era sencilla, agradecieron al Emperador, los generales, el segundo Príncipe y sus soldados. Aunque eran pobres, sacrificaron gallinas y algunos faisanes para hacer una suntuosa cena de despedida.

Las bebidas no hicieron falta, así que esa noche todos los soldados y la gente común disfruto de una comida abundante y bailes de algunas jóvenes. Demostraciones de danza de espadas y luego todos se fueron a sus respectivas tiendas a dormir.

— Tardaremos un poco esta vez, así que posiblemente tardemos unos dos o tres días en regresar a la capital, si no es que más. —Murmuro YoonGi, acariciándo la espalda de su mayor.

El pelinegro espero respuesta pero lo único que obtuvo fue la respiración lenta del peliplatinado. Sonriendo de lado, bajo su cabeza para depositar un beso en el cabello del demonio zorro. Y quedarse dormido en sólo cuestión de segundos.

Demonio y Emperador ; ©YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora