Capítulo 32: Dejando de sentir

306 30 19
                                    



Patricia: Gracias por acompañarme anoche a la cena.- Dijo sonriendo.- La pasé muy bien. Hace tiempo que no lo hacíamos, debemos salir más a menudo.

Juan Carlos: Bueno, creo que tienes razón y no todo es trabajo.- Dijo sonriendo.

Patricia: Pues sí.- Dijo acercándose a él.- Pero hubiera preferido que la noche terminara como en los viejos tiempos.- Dijo acariciándole el pecho.

Juan Carlos: Patricia.- Dijo en tono de reproche.- Quedamos en que solo amigos.- Dijo mirándola a los ojos.- No vamos a arruinar esta maravillosa amistad con algo que sabemos no va a prosperar.

Patricia: Sí, ya sé.- Dijo volteando los ojos.- Pero un día al año, no hace daño.- Dijo sonriendo.

Juan Carlos: Pues prefiero una buena amiga que un mal amor.- Dijo caminando a su escritorio.- Y si me disculpas, tengo mucho trabajo.

Patricia: ¿Me estás echando?.- Preguntó haciéndose la indignada y el la miró sonriendo.- Bueno está bien, está bien.- Dijo tomando su bolso para después salir.

Juan Carlos: ¡Vaya!, ¿y esa cara?.- Le preguntó a Octavio al verlo entrar a su oficina.- ¿Te pasó un camión por encima o qué?

Octavio: No pude dormir anoche.- Dijo sentándose de golpe en el sillón.- Le entregué los papeles del divorcio a Romina y no lo tomó nada bien. A parte, Marifer no quiere nada conmigo. Ni siquiera quiere que me le acerque. Cada vez que puede me lo deja claro.

Juan Carlos: Bueno, entiéndelas, para las dos es un proceso difícil. Cada una debe tener su tiempo para digerir todo lo que está pasando.

Octavio: Lo sé.- Dijo con tristeza.- Pero me duele que Marifer me rechace como lo hace. Que me trate con tanta indiferencia, como si yo nunca hubiera existido en su vida. Me prometí darle su espacio y no hostigarla todo el tiempo con lo mismo, pero se me está haciendo difícil.

Juan Carlos: Octavio, déjala. Dale tiempo. Está muy dolida. Le pasaron muchas cosas en tan poco tiempo. Necesita entender que ya no está en su vida de antes. Que ahora tiene una nueva familia.

Octavio: Sí, lo sé, pero no deja de doler.- Dijo frotando su cara con frustración.- Pero bueno, ya el tiempo dirá. Mejor dime como van las averiguaciones con lo que le pasó al Indio Arcadio.

Juan Carlos: Realmente no hay mucho.- Las autoridades brasileña definieron el hecho como una guerra entre indios y pueblanos. Pero creo que ese Artemio está detrás de todo lo que pasó. Me enteré que él está al frente de la exportación de petróleo junto con una compañía americana. Estoy averiguando quiénes son los dueños, pero no he encontrado mucho.

Octavio: Tenemos que seguir investigando, Juan Carlos. Esa muerte no se puede quedar impune y aunque sea lo último que haga en mi vida, voy a descubrir quién mató al indio Arcadio y quien está detrás de todo esto. 


Marifer: tupâÑandejára,  (Dios), por favor, donde quiera que esté mi abuelo, cuídalo.- Dijo dejando salir unas lágrimas.

Don Justo: Daría todo lo que no tengo por quitar esa tristeza de esos ojos tan hermosos.- Dijo acercándose a ella. La vio a lo lejos sentada en una mecedora, mientras acariciaba su vientre. Dudó en acercarse, no quería que ella se sintiera incómoda, pero es que verla ahí sentada, lo hizo recordar a su hijo Fernando.- ¿Te sientes mal hija?

Marifer: No, solo estaba recordando a mi abuelo.- Dijo con tristeza.- En estos momentos él tendría las palabras exactas para aliviar este dolor que siento.

Utopía de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora