Capítulo 16: Problemas

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Indio Arcadio: ndepyhareve! Curumi (buenos días Curumi).- Le dijo a Marifer mientras estaba en la cocina.

Marifer: Buenos días taita.- Dijo triste mientras prepara un poco de mate.

Indio Arcadio: El corazón de mi Curumi está perturbado.- Dijo antes de tomar la bebida que ella le había extendido.- Curumi, aprender a manejar las situaciones es lo que hará la diferencia en tu vida. El amor transforma para bien, así que no dejes que la sombra cubra eso tan bonito que sientes.

Marifer: ¡Ay abuelo!, nunca pensé que podía sentir todo esto que siento por Pablo.- Dijo afligida.- Por eso tengo miedo. Me prepuso que nos casáramos.

Indio Arcadio: ¡Ah caray!, pero si este hombre blanco quiere volar antes de caminar.- Dijo sonriendo.

Marifer: Le dije que era muy apresurado.- Dijo mirándolo a los ojos.- Que debíamos esperar a que recuperara la memoria. No sabemos nada de su vida pasada y aunque me arriesgué a tener algo con él sin saber nada de su vida, casarnos sería muy apresurado.- Dijo con lágrimas en los ojos.- Se enojó conmigo.

Indio Arcadio: El hombre sabio sabe cuando llega el momento de dar el paso de transición en su vida, pero no debe apresurarse a correr. Primero debe andar y caerse mientras da los primeros pasos.

Marifer: Lo quiero abuelo, lo quiero como nunca quise a nadie. - Dijo limpiándose las lágrimas.- Ni siquiera con Nacho me sentí como me siento con Pablo. Y tengo miedo abuelo, no quiero perderlo, pero siento que en cualquier momento este cuento de amor puede llegar a su final.

Indio Arcadio: Nuestro destino esta forjado desde antes de nacer Curumi, y es una avalancha que no podemos evitar. - Se acercó a ella y le tomó las manos.- De nada sirve que te resista, porque ella te alcanzará y cuando menos lo esperes.

Octavio: Buenos días. - Dijo serio, mientras entraba a la cocina.

Indio Arcadio: Buenos días muchacho. - Dijo sonriendo.- Yo ya me voy con mis plantas.- Dijo tomando sus cosas.- Hoy no he conversado con ellas y deben estar reclamando mi falta de atención.- Dijo y salió de la cocina. Un silencio incómodo se formó.

Marifer: ¿Quieres un poco de mate?.- Le preguntó mientras se daba la vuelta.

Octavio: Por favor.- Dijo con calma a la vez que ladeaba su cabeza.

Marifer: Aquí tienes.- Dijo pasándoselo y sus manos se rozaron.

Octavio: ¿vas a seguir enojada conmigo?.- Preguntó antes de dar un sorbo.

Marifer: ¿Yo?, pero si el que está enojado eres tú. - Dijo cruzando sus brazos por debajo de sus pechos. Tenía un short crema corto, con unas botas vaqueras cortas, marrones. Su blusa estaba amarrada debajo de sus senos dejando ver su ombligo, era del mismo color del short. Llevaba el mismo collar que él llevaba, el de media luna. Su pelo lo llevaba suelto con dos trenzas tejidas en cada lado.

Octavio: No estoy enojado.- Dijo colocando el pequeño envase encima de la mesa.- Solo estoy desconcertado. Pensé que lo teníamos era suficiente como para dar ese paso. Yo no quiero que no estemos acostando a escondidas. Quiero que estemos juntos como Dios lo indica. Quiero que seas mi esposa, de verdad quiero formar una familia contigo.

Marifer: Pablo por favor, yo también quiero formar una familia contigo, pero es muy rápido.- Dijo mirándolo a los ojos.- Me halaga el que me lo hayas pedido y créeme que me hace ilusión ser tu esposa. Ser tu mujer ante Dios, pero primero necesito que tú estés bien y que no haya nada que pueda impedir que nos amemos como queremos. Por favor entiéndelo.

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