Utopía de Amor

Capítulo 13: Momentos únicos

Marifer: Pablo, tenemos que entrar a la casa. - Decía en medio de los besos que él le estaba dando. - Mi abuelo puede vernos y ya es muy tarde.- Estaban en el patio trasero de la casa besándose después de esa apasionada entrega de amor que acababan de tener.

Octavio: Uno más. - Dijo antes de darle un beso apasionado. En ese momento, escucharon unos gritos que venían de la casa.

Marifer: Ese fue mi abuelo.- Dijo asustada, separándose de Octavio y corriendo hacia la casa.

Indio Arcadio: Quiero que te vayas de mi casa.- Le gritó mientras miraba a Cielo con dolor. Ella trataba de sostenerse de la mesa para no caer al piso. Le dolían mucho los golpes.

Marifer: Abuelo, ¿qué pasa?.- Le preguntó cuándo entró a la casa, seguida de Octavio.- Cielo, ¿qué te pasó?.- Le preguntó asustada al verla pálida y con manchas de sangre en el camisón.

Indio Arcadio: Marifer, ayuda a tu hermana a empacar sus cosas.- Dijo y Marifer se giró desconcertada.- No la quiero un minuto más en esta casa.

Marifer: Abuelo no, no puedes echarla. No tiene a donde ir.- Dijo angustiada.

Indio Arcadio: Eso debió pensarlo antes de comportarse como una cualquiera.- Dijo dolido.- Traté de darles lo mejor dentro de nuestra pobreza. Les inculqué valores y al parecer la única que los recibió fuiste tú. Te perdoné el hecho de que te hayas metido con el novio de tu hermana la primera vez.- Dijo señalando a Cielo.- Lo hice por ella, porque me suplicó que no te expusiera ante la tribu, y porque en el fondo eres mi nieta.- Dijo dejando salir unas lágrimas.- Pero no te voy a permitir que lo vuelvas hacer de nuevo. No dentro de mi casa. Tu envidia y tu egoísmo te están llevando por un camino donde te será difícil salir, y yo ya no puedo hacer nada.- Dijo dolido.- Perdoné tus malcriadeces, tus mentiras, tu odio, pero no perdonaré esta falta. Tratabas de seducir nuevamente al novio de tu hermana. No te arrepentiste como me habías hecho creer. Te largas de mi casa, y te olvidas de que yo existo. Y agradece que no te llevé con los demás miembros de la tribu, porque te hubiera ido peor.- Dijo y se fue dejando a todos sorprendidos.

Marifer: Cielo.- Dijo con lágrimas en los ojos tratando de acercarse a ella, pero Cielo se lo impidió.

Cielo: No me toques.- Dijo con rabia.- Todo esto es tu culpa. Te odio Marifer, te odio.- Dijo y caminó hacia la escalera. Al tratar de subir, su cuerpo de desvaneció y Octavio la levantó para subirla a la habitación.- Yo... puedo sola.- Dijo con debilidad.

Octavio: No seas terca, no puedes ni con tu alma. - Dijo mientras subía con ella en brazos. Marifer salió corriendo por algunas yerbas y mejunje que había en la casa. Calentó un poco de agua, y luego subió a la habitación.

Cielo: ¡Vete!. - No te quiero en aquí.- Dijo sofocada. - Ya lograste lo que querías, que taita me echara de la casa. Ya lo conseguiste, ya lo tendrás para ti sola. - Dijo mientras estaba acostada boca abajo en la cama.

Marifer: Pablo por favor, ¿me ayudas a curarla? - Le preguntó ignorando completamente a Cielo. Octavio asintió. - Necesito que mojes estas yerbas. - Dijo pasándoselas. El procedió a hacerlo, mientras Marifer empezó a romper el camisón de Cielo para empezar a curarla.

Cielo: No me toques, no quiero que me toques.- Dijo débil y completamente sudada.

Marifer: ¡Basta Cielo!.- Dijo con lágrimas en los ojos.- Olvida por un momento lo mucho que me odias, y déjame curarte. Las heridas se te pueden infectar. - Dijo y procedió a curarla con la ayuda de Octavio. Rato después, ya habían limpiado las heridas y Cielo había caído en un profundo sueño debido a los calmantes que le suministró Marifer.

Octavio: Creo que va a dormir hasta mañana. - Dijo mientras salían de la habitación. - Amor. - Dijo al verla derramar unas lágrimas. - No llores por favor. - Dijo mientras la abrazaba, y escuchaba los sollozos de Marifer en su pecho.- Marifer, debes entender que no puedes luchar contra lo que ella siente. Mi amor tú has hecho tu parte, me consta como has sido con ella. Aquí la del problema es ella.