Capítulo 26: Infierno

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............................ No, déjela señorita.- Dijo la sirvienta tratando de detener a Romina, quien golpeaba a Marifer salvajemente.- !Está embarazada!. !Basta!.- Dijo separándolas por fin.

Romina: No te metas sirvienta estúpida.

............................ No voy a permitir que la golpee.- Dijo seria agarrando a Marifer.- Podré ser muy sirvienta, pero esta es la casa del señor Juan Carlos y estoy segura que él nunca permitiría esta clase de abusos.

Marifer: Yo no sabía que Octavio estaba casado..... yo.... lo siento.- Dijo con lágrimas en los ojos.

Romina: No te creo nada india desgraciada.- Dijo con odio.- Tú y ese bastardo me las pagarán.

Marifer: Con mi hijo no te metas.- Dijo seria.- Puedes descargar tu odio encima de mí, pero con el no te metas porque soy capaz de sacarte los ojos.

Romina: No te tengo miedo estúpida.- Dijo acercándose a ella nuevamente.- No te voy a dejar en paz, te vas a arrepentir toda tu vida de haberte metido con mi marido.- Dijo y salió del departamento. Dejando a Marifer envuelta en un manojo de nervios.

........................................ Tranquila señorita, perro que ladra, no muerde.- Dijo mostrándole una sonrisa cálida.



Octavio: N.....no.- Respirando sofocado.- No... el no..... él no puede ser mi papá.- Dijo y en ese momento flashes empezaron a pasar por su cabeza.- Ahhhhhh.- Gritó desesperadamente agarrándose la cabeza por el dolor.- No.- Dijo con lágrimas en los ojos.- No.........

Cleo: Cálmate mi niño.- Dijo angustiada.- ¿qué te pasa?, ¿por qué te pones así?.

Benjamín: ¿Qué pasa?.- Preguntó mientras entraba a la casa.-¿Qué le sucede a Octavio?

Cleo: No sé mi niño, se puso así cuando le mostré la foto de tu papá.- Dijo llorando.

Benjamín: Octavio, mírame.- Le dijo mientras agarraba fuertemente el rostro de su hermano. Octavio solo lloraba como un niño. Sentía que le faltaba el aire, que estaba viviendo en una pesadilla.- Cleo, ve por algo de agua.- le ordenó y ella procedió a salir.- Dime, ¿qué tienes?

Octavio: Nuestro padre!.- Dijo llorando.- Es él, es él, !Dios no puede ser, no puede ser.- Gritó con rabia.

Benjamín: Sí, es nuestro padre, ¿lo recordaste?.- Si es así, es un buen indicio de que te estás recuperando.

Octavio: No, hubiera preferido no recordarlo nunca.- Dijo agarrándose el pelo con frustración.-

Benjamín: Ya verás que que te pondrás bien del todo.- Dijo tratando de agarrarlo, pero Octavio se lo impidió.

Octavio: No, tu no entiendes. Ese hombre, es..... es el papá de Marifer.- Dijo con dolor.- Dios mío!, me acosté con mi propia hermana.

Cleo: Jesús, María y José.- Dijo dejando caer el vaso con agua y llevándose la mano a la boca.

Benjamín: ¿Qué dices?.- Dijo haciéndose el sorprendido y tratando de ocultar la alegría que sentía al verlo así.- No, no puede ser. Esto tiene que ser una broma. Mi padre jamás se metió con nadie más que no fuera nuestra madre. ¿Cómo es que esa mujer es nuestra hermana?

Octavio: Es él, recuerdo su foto. Marifer tiene una y es idéntica. Además, ella me contó que se llama igual a su padre, que era un extranjero que había enamorado a su mamá y que la había abandonado. Y es él, Dios mío es él.- Dijo llorando.

Cleo: No, esto no puede ser, Fernando hubiera sido incapaz de hacer algo así, el era bueno. Nunca hubiera abandonado a un hijo suyo.

Benjamín: Cállate Cleo.- Gritó molesto.- Es que si esto es cierto, tú....- Dijo señalando a su hermano.- Cometiste incesto.- Dijo con asco.- Estuviste con ella, le hiciste un hijo Octavio.- Le gritó molesto.

Utopía de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora