Juan Carlos: Bueno, este es mi humilde hogar.- Dijo mientras entraban al departamento de él.
Ámbar: Está muy bonito.- Dijo mirando aquel lugar que estaba adornado por finos muebles, cortinas y jarrones.
Octavio: ¿Te sientes bien?.- Le preguntó a Marifer preocupado. Durante todo el viaje no quiso hablar con nadie, solo lloraba. Se sentía impotente al verla así, tan frágil, tan triste. Pareciera que no hay nada dentro de ella.
Marifer: Sí.- Dijo abrazándose a sí misma y perdiendo la vista por el departamento.
Octavio: No me mientas, sé que te sientes mal, puedo sentirlo y te juro que daría mi vida con tal de no verte así de triste.-Dijo angustiado.
Marifer: Voy a estar bien. Solo necesito descansar.
Juan Carlos: Si quieres puedes recostarte en la habitación que mandé a prepararles.- Dijo terminando de meter las pocas cosas que llevaban.- Es la última habitación del segundo piso.
Marifer: Gracias.- Dijo tratando de caminar pero Octavio la detuvo.- Por favor, ahora no. Necesito estar sola.- Dijo soltándose del agarre y empezó a subir las escaleras.
Ámbar:. Voy con ella.- Dijo yendo detrás de Marifer.
Juan Carlos: Será difícil para ella adaptarse.- Dijo dándole dos palmadas en el hombro.
Octavio: No puedo verla así. Me preocupa mucho su estado.
Juan Carlos: Creo que debemos darle tiempo, todo ha sido muy rápido y difícil.
Octavio: Gracias por ofrecerle tu casa. No quiere que me haga cargo de ella y no quiso aceptar la casa que le ofrecí para que vivieran ella y Ámbar. De alguna manera me siento más tranquilo de que esté aquí.
Juan Carlos: No tienes qué agradecer.- Sonrió.- ¿ya pensaste que harás con Romina?
Octavio: Sí.- Dijo serio.- Necesito que me consigas un abogado, quiero iniciar los trámites del divorcio.
Artemio: Derrumben todo. No quiero que quede nada de esos mugrientos indios.- Dijo mientras veía como una demoledora, derrumbaba las casas de los indios.
................................... Artemio, llegaron las excavadoras.- Dijo uno de los trabajadores.
Artemio: Bien.- Dijo sonriendo.- Es hora de hacerme rico.- Dio antes de meterse una pipa en la boca y caminar hacia las excavaciones.
Don Justo: ¿La trajiste a los Ángeles?- Le preguntó sorprendido.
Octavio: Sí abuelo, no podía dejarla allí. - Se sentó de golpe en el sofá.- Te conté todo lo que pasó. Estaban en peligro.
Don Justo: ¿estaban? - Le preguntó extrañado mientras se sentaba junto a él.
Octavio: Sí, ella, su amiga y....- Dijo mirándolo a los ojos. - Y mi hijo- Dijo con una sonrisa.
Don Justo: ¿Qué estás diciendo? Esa muchacha, ¿está esperando un hijo tuyo? - Preguntó sorprendido.
Octavio: Sí abuelo, y no sabes lo feliz que estoy con esta noticia. Te juro que esa mujer es todo para mí y saber que me hará papá me hace sentir el hombre más feliz sobre la tierra.
Don Justo: ¡Es que no lo puedo creer! ¿Qué vas a hacer?
Octavio: Pues lo que tengo que hacer. Divorciarme de Romina y estar con Marifer y mi hijo. – Dijo y en ese momento se abrió la puerta del despacho.
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Utopía de Amor
RomanceOctavio Villaseñor y María Fernanda viven en un mundo idealizado, donde aparentemente son las personas más felices del mundo. Un accidente que llevará a un terrible descubrimiento, los hará despertar de ese mundo en el que vivían, su mundo utópico...