Capítulo 27: Ya nada queda

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Octavio: Marifer. - Dijo preocupado mientras la acostaba en la cama. - Bonita, por favor despierta.

Don Justo: Ya el doctor viene en camino. - Dijo preocupado. - Seguro le bajó la presión, con tantas emociones, no dudo que esté en estado de shock.

................................. Aquí tienen un poco de alcohol. - Dijo la sirvienta. Octavio tomó un poco y empezó a frotarlo por la nariz.

Ámbar: Si hubiera sabido que todo esto iba a pasar juro que no le insisto para que saliéramos de la aldea. - Dijo llorando.

Juan Carlos: No es tu culpa Ámbar.- Dijo consolándola.- No es culpa de nadie.

Octavio: Bonita, por favor despierta.- Decía mientras le acariciaba el rostro. Poco a poco Marifer fue abriendo los ojos. Se veía cansada, turbada.- Eso es.- ¿Te sientes mejor?.- Le preguntó tratando de tocarla, pero ella se alejó.

Marifer: Ámbar.- Dijo angustiada.- Vámonos, quiero irme, quiero irme a la aldea.- Dijo llorando.

Don Justo: Hija.- Dijo con ternura.- Tienes que tranquilizarte, no te hace bien que te pongas así.- La miraba y no podía creer el parecido que tenía ella con su hijo Fernando.- Eres mi nieta.- Dijo con lágrimas en los ojos.

Marifer: No, mi único abuelo fue Arcadio, mi única familia era él.- Dijo dolida.- Si es cierto que su hijo era mi padre, entonces no quiero saber nada, no me interesa saber de él cuando fue capaz de abandonar a mi mamá estando embarazada. Quiero cerrar los ojos y olvidarme de esta pesadilla.

Octavio: Por favor, déjenme a solas con ella. - Dijo y todos procedieron a salir de la habitación. - Marifer.- Dijo sentándose en la cama.

Marifer: Octavio, por favor vete. - Dijo llorando. - Esto es demasiado difícil para mí, estoy tratando de digerir el hecho de que.........- Dijo y un sollozo salió de ella sin dejarla continuar. - ¡Dios!, esto es una pesadilla.

Octavio: Yo te juro que daría todo lo que no tengo por evitarte todo este dolor.- Dijo tratando de tocarla.

Marifer: Por favor no me toques.- Dijo llorando.- No te me acerques.- Me siento sucia. Somos hermanos Octavio. Mi curumi.- Dijo acariciando su vientre.- Mi curumi es tu hijo y también tu sobrino.- Dios!, no voy a poder vivir con esto.



Romina: Es que te juro que no puedo creer todo lo que me cuentas.- Dijo son parar de reír.- ¡Qué asco!. Octavio se acostó con su propia hermana.

Benjamín: Deja de reírte.- Dijo mientras se servía un trago.- Esto no es para reírse. No sabes cómo se puso el abuelo cuando la vio. Se idiotizó, pareciera que el hecho de que son hermanos y están esperando un hijo, le valiera madre, y eso no me gusta, va alterar todos nuestros planes.

Romina: ¿Tú crees que sea tan grave?

Benjamín: Mucho, más de lo que crees. - Dijo apretando la mandíbula. - Pero, por ningún motivo permitiré que ese engendro y esa india se queden con lo que tanto esfuerzo me ha costado. Primero soy capaz de desaparecerlos antes de permitirlo.

Don Justo: ¿Tú lo sabías Juan Carlos?

Juan Carlos: No, lo supe hasta después de haber visto la foto del padre de Marifer. - Dijo sentándose en el sofá. - Ella siempre me pareció conocida, pero no recordaba a quién. Fernando murió cuando éramos unos niños, casi no lo recordaba y cuando lo vi la foto del padre de Marifer supe que era él.

Don Justo: ¡Dios mío! - Se sentó en el sofá frotando su cara. - Con razón sus constantes viajes a la selva.- Recordó con tristeza.- Recuerdo que la última vez que lo vi con vida, me dijo que su vida había cambiado porque se había enamorado de nuevo.

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