Don Justo: Pregunté ¿qué pasa? - Dijo con seriedad.
Benjamín: No pasa nada abuelo. - Dijo caminado hacia él. - Romina se siente mal y la estaba ayudando a que se tranquilizara. - Dijo con una media sonrisa. - Creo que esta situación ha sido muy difícil para todos. - Dijo y Don Justo lo miraba con suspicacia.
Romina: Yo me iré a recostar. - Dijo simulándose afligida y salió del estudio.
Don Justo: Benjamín, no quiero que se te olvide nunca que Romina es la esposa de tu hermano. - Dijo serio. - Aunque él ya no esté, debes respetar ese hecho.
Benjamín: No sé por qué me dices eso. - Dijo molesto. – Yo jamás la miraría como mujer. La estimo mucho y siempre nos hemos llevado bien. Además, si en algún momento llegara a sentir algo por ella, ¿Por qué tendría que limitarme solo porque es la esposa de Octavio?.- Dijo serio.- Aunque nos duela en el alma, Octavio ya no está.-
Don Justo: No importa, ahora ella puede estar muy vulnerable. Pero he visto como la miras y no quiero pensar que Romina te gustaba desde antes de que pasara esta tragedia, porque desde ya te lo digo, no lo acepto.- Dijo serio y salió del estudio.
Benjamín: ¡Claro!, pero si hubiese sido al revés, seguro lo justificarías. - Dijo con rabia. - Me alegro tanto haberte sacado del medio Octavio. - Dijo serio.- Ya encontraré la forma de convencerte abuelo. Porque de algo estoy seguro, y es que Romina será para mí. - Sonrió con malicia.
Marifer: A ver, te ayudo. - Dijo ayudándolo a sentarse en la cama.
Octavio: Gracias. - Dijo respirando con dificultad por el esfuerzo que había hecho. Después de haber discutido por más de 15 minutos, Marifer no tuvo más remedio que ayudarlo a ir al baño
Marifer: ¡Vaya!, por lo que veo el golpe en la cabeza no hizo que se te olvidaran las normas de cortesía.- Dijo y él se quedó pensativo,
Octavio: Necesito saber quién soy.- Dijo angustiado y la miró.- Tienes que ayudarme.
Marifer: Otra vez con el "tienes".- Dijo molesta.- Yo no "tengo" por qué ayudarte, si he hecho todo esto es porque realmente me dio lástima dejarte ahí tirado y porque me enseñaron desde pequeña a ayudar a los demás. Pero no abuses de mi bondad. Si no me pides las cosas usando "por favor", no voy a mover ni un solo dedo para ayudarte.- Dijo y el respiró frustrado.
Octavio: Está bien. - Dijo cerrando sus ojos y soltando el aire.- Sé que no he sido muy amable, pero por favor entiende. Despierto mal herido en un lugar que no conozco, con gente que tampoco conozco y por si fuera poco, mi mente está en blanco. No sé quién soy, no sé si tengo familia, esposa, hijos. - Dijo y Marifer se tensó. - No sé de dónde vengo, no sé nada de mí. - Dijo con tristeza.
Marifer: Yo......, yo te entiendo. - Dijo respirando profundo y sentándose en la cama, junto a él. - Entiendo lo frustrado que debes sentirte. Pero ni mi abuelo ni yo tenemos la culpa de lo que te pasó. - Dijo mirándolo. - De hecho, él ha intentado averiguar, quien eres, pero no tenemos nada con qué empezar a buscar. No tienes documentos, ni quiera sabemos cómo fue tu accidente. Yo solo te encontré en la orilla del río. Al parecer las aguas te trajeron hasta aquí.
Octavio: Pero, debe haber algo. No es posible que no haya nada. Yo necesito saber quién soy, o voy a volverme loco.
Marifer: Te prometo que te ayudaremos. - dijo y sonrió bajando la guardia. - Pero debes tratar de ser más amable. - Dijo y el asintió. - Creo que debemos buscarte un nombre. - Dijo y el la miró. - Por lo menos mientras estés aquí. Ya luego, te puedo llevar al pueblo para que un médico vea esos golpes que tienes en la cabeza. Creo que pueden ser el motivo de tu amnesia. - Dijo y el la observó con intensidad provocando un nerviosismo en ella. - Yo..... yo voy a buscarte algo de comer. - Dijo y se levantó apresurada, saliendo de la habitación.
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Utopía de Amor
RomanceOctavio Villaseñor y María Fernanda viven en un mundo idealizado, donde aparentemente son las personas más felices del mundo. Un accidente que llevará a un terrible descubrimiento, los hará despertar de ese mundo en el que vivían, su mundo utópico...