🌼Capítulo 4🌼

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Cuando Minnie despertó, giró su rostro y lo restregó contra la almohada, sintiéndose un poco extrañado de la suavidad que estaba bajo su cuerpo.

Esa no era la común suavidad que le brindaban su nido de mantas en el suelo, no, este era mucho más cómodo.

Con ojitos adormilados, se paró sobre sus rodillas y se sentó en sus talones, para en seguida alzar sus manos en pequeños puños y restregar sus ojos, ahuyentando el sueño.

Una vez pudo mantener sus párpados arriba, observó desorientado el extraño lugar desconocido. Su pequeña nariz se arrugó y sus manos se cerraron en pequeños puños sobre las mantas arremolinadas en su regazo cuando no reconoció absolutamente nada de lo que le rodeaba.

¿En dónde se encontraba? ¿Por qué no estaba en su casa con su tío y primo?

Observando la conocida gorra descansar a su lado, el dulce chico la tomó casi aferrándose a ella e inmediatamente la colocó sobre su cabeza.

Asustado, el pequeño hombrecito saltó y giró cuando la puerta detrás de él fue golpeada y pronto se abrió.

—¡Señor chocolate! —exclamó con una automática sonrisa en su rostro, olvidándose del miedo que lo había estado abordando hacía solo unos minutos.

—Hey, ¿cómo estás, bebé? —preguntó Yoongi entrando en la habitación.

Minnie soltó una dulce risita e inclinó ligeramente su cabeza hacia la izquierda con una expresión tierna.

—Estás aquí, no sueño de Minnie.

Una increíble ternura por la pequeña cosita dulce abordó al alfa, y sin poder contenerse fue hasta la cama y acarició su mejilla. Minnie se inclinó en su tacto cerrando sus ojitos y soltó un suspiro.

—Vamos a desayunar —pronunció obligándose a bajar su mano.

—¿Desayunar? —le observó curioso.

—Vamos a poner comida en esta pancita —explicó colocando su mano sobre el plano abdomen del pequeño hombrecito.

Jimin rió suave cuando su pancita rugió a gusto con la idea.

—Pancita de Minnie tiene hambre. ¿Galletas para Minnie? —preguntó—. Buen niño —prometió.

—Vamos a comer más que galletas —pronunció invitándolo a levantarse de la cama.

Minnie se levantó y siguió a Yoongi como un lindo cachorrito.

Observándolo de reojo, el alfa sonrió y se detuvo frente a la puerta cuando contempló los pies descalzos de su pareja.

—Minnie, tus zapatillas —indicó.

La pequeña cosita observó sus pies descalzos, movió sus pequeños deditos y luego contempló confundido al gran hombre chocolate.

—Pero Minnie dentro de casa —pronunció.

—¿No te dejaban usar zapatillas dentro de la casa, bebé? —preguntó Yoongi con el ceño fruncido.

—No —agitó suavemente su cabeza.

—¿Por qué? —espetó apenas conteniendo su gruñido.

Minnie juntó ligeramente sus cejas, como si pensara en la respuesta duramente, y luego soltó un suspiro derrotado y se encogió de hombros.

—Minnie no tiene zapatos, nunca —señalo los bototos que descansaban a los pies de la cama—. Esos son de primo —frunció el ceño con preocupación—. Minnie buen chico, ir a casa y devolver zapatos.

🌼Cutie Pie🌼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora