Sentado en la camilla en aquella extraña habitación de un bonito color celeste en las paredes, Minnie movía sus piernas de adelante hacia atrás mientras respondía como todo buen niño todas las preguntas que le hacía médico Hoseok.
Yoongi le había dicho que era hermoso, y ese pensamiento era lo único que llenaba la cabecita de este dulce chico, sacándole una sonrisa tiernamente radiante. Y cada vez que recordaba cómo le habían acariciado sus peludas orejitas, otra sonrisita volvía, ya que el hombre chocolate le había hecho cosquillas y no las tiraba hasta que le doliera como su primo.
Cuando había llegado el momento de que le revisaran y tocaran su cuerpo, todos sus pensamientos alegres hicieron ¡puff! Y entonces el miedo ocupó su lugar, pero Yoongi inmediatamente estuvo a su lado y se sentó con él en la camilla, cambiándolo a su regazo y rodeando su cuerpo con sus brazos.
Entonces, Minnie se había sentido seguro de nuevo y aunque no estaba muy convencido de mostrar su colita y orejitas al hombre con sonrisa similar a un corazón, cedió cuando el médico le prometió una paleta por ser un buen chico.
Él era un buen niño y Minnie quería su paleta.
—¿Dónde te duele? —preguntó Hoseok queriendo atender los lugares que más le dolía al pequeño hombrecito.
Minnie se encogió de hombros suavemente.
—¿Todo? —respondió inclinando ligeramente su cabeza, esperando que fuera la respuesta correcta.
El agarre de aquellos fuertes brazos se estrechó un poco más a su alrededor y el pequeño hombrecito se acurrucó felizmente en ellos, eran tan cálidos como los de su mami, pero incluso mejores.
—¿Y dónde te duele más? —preguntó Yoongi cerca de sus orejitas humanas, sacándole una pequeña risita risueña por su cálido aliento chocando con ellas.
—Uhm... —musitó pensando seriamente—. Aquí —tocó sus piernas—. Y aquí —su abdomen—. Y aquí —intentó tocar su espalda.
—De acuerdo, ¿por qué no empezamos entonces por tus piernas? —propuso el beta a lo que Minnie negó y luego asintió al recordar su paleta—. ¿Puedes ayudarle a quitarle los pantalones? —pidió observando a Yoongi y les dio algo de privacidad dándole la espalda.
—Vamos bebé, pantalones afuera —dijo aflojando el agarre de sus brazos.
Bajando del regazo del señor chocolate, Jimin levantó la sudadera y mostró su peluda colita que rodeaba su cintura sosteniendo sus pantalones, cuando esta dejó de hacerlo, la prenda cayó fácilmente por sus piernas y Minnie soltó un pequeño suspiro feliz cuando pudo estirar su colita luego de tanto tiempo.
Soltando la sudadera, esta cayó cubriendo su ropa interior y un poco más allá.
Los ojos del alfa inmediatamente fueron hacia las delgadas piernas, la tristeza le invadió al descubrir que los hematomas estaban en todas partes de diferentes tamaños, y en cada uno había una carita sonriente con un plumón de distinto color.
—Son bonitos, ¿no? —sonrió Jimin—. Duelen al principio, pero cuando Minnie dibuja carita ya no, es un truco que enseño mami —explicó tocando suavemente el gran hematoma que estaba en su muslo izquierdo cerca de la rodilla.
—Son bonitos —asintió Yoongi conteniendo su tristeza y rabia—. Sin embargo tus piernas también serían muy hermosas si no los tuviera —aseguró.
Jimin soltó una pequeña risita que cubrió con sus manitos.
—Yoongi me gusta —exclamó alegre, volviendo a subirse al regazo del alfa con toda confianza.
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🌼Cutie Pie🌼
FanfictionPorque Minnie solo era una pequeña cosita dulce abusada que ni siquiera tenía el conocimiento de ello, y como su pareja, el oso alfa Yoongi lo protegería de todos los malvados, incluso de aquellos que se burlaban de su colita y orejitas peludas, por...