🌼Cutie Pie🌼

🌼Capítulo 10🌼

Saliendo de su despacho, Yoongi se dirigió hacia la parte trasera de la casa donde se encontraba el anexo con el pequeño consultorio de su amigo.

—¿Ocupado? —preguntó el alfa golpeando suavemente la puerta entreabierta.

—Está bien, puedes entrar —aseguró Hoseok y el cambiaformas oso abrió la puerta observando a SeokJin sentado en la camilla con su rodilla a la descubierta, revelando un feo raspón.

—¿Qué sucedió? —cuestionó entrando y cerrando la puerta detrás de él.

El omega se encogió de hombros y observó sus pies sin querer responder.

Observando a su amigo en busca de una respuesta, este simplemente negó con su cabeza sin saber tampoco.

—De acuerdo Jin, ya te he limpiado la herida —anunció el beta alejándose un paso—. Solo debes de esperar a que sane por su propia cuenta, no tomará más de unos minutos —prometió.

—Gracias —murmuró bajando de la camilla—. ¿Kookie? —preguntó observando a Yoongi.

—Hoy trabaja —le recordó—. Pero mañana vendrá a visitarte como siempre —prometió.

Asintiendo, el rubio hombre salió de la habitación silenciosamente, dejando a Yoongi y Hoseok a solas.

—¿Qué crees que le pasó? —preguntó el alfa.

—No lo sé —negó comenzando a guardar las cosas—. Llegó solo aquí mientras ordenaba y por más que le pregunté no me respondió, no le quise presionar porque eso siempre lo termina alterando —explicó—. El psicólogo viene hoy, tal vez él pueda sacarle algo.

Asintiendo no muy seguro, el alfa oso observó a su amigo sonrió.

—El Consejo me llamó e informó que ya contrataron a la empresa que vendrán a construir tu consultorio más grande y equipado, aceptando también tus demandas —anunció—. Me informaron que también construirán una habitación para que el psicólogo tuviera de igual forma su propio espacio y así no tendría que utilizar una de las habitaciones de la casa.

—¿En serio? —exclamó con alegría.

—Sí, la próxima semana comenzarán a trabajar en ello, aseguraron que no demorarían más de diez a quince días en construir y tener todo listo —sonrió.

—Eso sería realmente genial —observó a su alrededor—. Tristemente cada vez tenemos más personas bajo nuestro cuidado y este lugar ya se ha hecho pequeño —expresó decaído.

—Lo sé —suspiro Yoongi—. Lo bueno es que hemos logrado ayudar a muchas personas en todos estos años —le recordó observando por la ventana del consultorio.

—¿Y cómo vas con lo otro? —preguntó Hoseok, volviendo a sonreír.

—¿Qué otro? —preguntó distrayéndose cuando contempló a Minnie a lo lejos, dirigiéndose al gallinero.

—Minnie, principalmente —contestó siguiéndolo con la mirada cuando este se acercó a la ventana para apreciar mejor al dulce chico ardilla.

—Realmente bien —sonrió contra el vidrio—. Se ha estado adaptando bien aquí en la granja y al trabajo, desde aquella noche que me contó un poco más del lugar donde y cómo vivía, tampoco ha hecho más mención de querer volver —contó.

—Eso es muy bueno, no soy psicólogo, pero eso significa que, dentro de su pequeño mundo limitado, Jimin no desarrolló un síndrome parecido al Estocolmo como padecen muchos omegas tras ser rescatados —explicó.