🌼Capítulo 12🌼

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Después de una deliciosa cena en compañía de todos, Yoongi se excusó diciendo que aún tenía trabajo antes de encerrarse en su despacho asegurándole a Minnie que podía acompañarle, pero aunque disfrutaba la compañía del oso, Jimin había escogido sentarse en el porche trasero de la casa con sus lápices y su libro, vistiendo una cómoda camiseta sin mangas y unos pantalones cortos para sus lastimadas rodillas.

Aunque la verdad estas ya no le dolían como hace un par de días atrás cuando se cayó, tanto Hoseok como Yoongi le habían aconsejado que usara pantalones cortos hasta que estas sanaran completamente.

También le habían prohibido quitarse aquella extraña capa oscura que había salido sobre sus raspaduras que le provocaba tanta picazón, porque entonces su herida se volvería a abrir y no sanaría nunca.

Las palmas de sus manos también habían quedado algo resentidas, pero no tuvieron ninguna herida visible a diferencia de sus pobres rodillas.

Pero estaba bien, Jimin podía seguir las indicaciones y no le molestaba usar ropa fresca, más aún cuando todos sus pantalones habían sido modificados por EunHa para que su colita no tuviera problemas para salir y así no tenía que sufrir escondida debajo de la prenda o rodeando su cadera.

Tarareando felizmente, Minnie se empujó con un desnudo pie en el suelo, logrando que su extraña silla de madera se balanceara de adelante hacia atrás suavemente mientras una fresca brisa recorría su cuerpo.

Su atención, estaba completamente sobre su libro de dibujos de trenes, el cual ya estaba por completar, solo le faltaba el que estaba pintando en ese momento y como era el más bonito era el planeaba dárselo a Yoongi.

Soltando un pequeño bostezo, se detuvo un momento para restregar uno de sus ojos. El sol ya se había escondido hacia un buen rato dejando a su paso un hermoso cielo estrellado con una gran luna llena en el centro, y si no fuera por las luces de la casa, él ya no sería capaz de ver muy bien lo que estaba haciendo.

—¿Bebé? —llamó una conocida voz a su espalda.

Bajando su mano, el dulce chico volteó y observó al alfa a su lado.

—Yoongi —sonrió.

—Ya es muy tarde bebé, todos están en la cama, pensé que estabas en la cama ya —expresó acariciando su cabeza—. ¿Por qué no subes ya a acostarte? —indicó.

—Minnie bien, viento agradable y... Terminar dibujo —mostró su libro y como le faltaba solo pintar una rueda lo cual hizo enseguida—. ¡Listo! Para Yoongi —anunció con una gran sonrisa.

—Hermoso pequeño —felicitó recibiendo la hoja—, pero ya es momento de ir a la cama.

—No, Minnie no sueño —negó apretando sus labios gorditos para no bostezar.

—Oh, ¿significa eso que quieres seguir aprendiendo matemáticas? —le sonrió alzando una ceja.

El pequeño hombrecito arrugó su nariz e hizo un exagerado bostezo.

Por mucho que le gustara pasar tiempo con el alfa oso, la verdad era que no le era muy entretenido aprender sobre números. No le había gustado mucho cuando su mami le enseñó y tampoco con el hombre chocolate.

—No, Minnie mucho sueño —indicó volviendo a bostezar muy grande.

Negando con una sonrisa, Yoongi tomó su libro de dibujo junto a sus lápices y luego le ayudó a levantarse de la silla.

—Entonces es hora de ir a costarse, así mañana terminas tus deberes temprano y tendremos tiempo para otro picnic —propuso, sabiendo cuánto le había encantado a su pequeña cosita salir a comer afuera.

🌼Cutie Pie🌼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora