Antes de comenzar a leer. Quiero dedicar este capítulo a todas mis seguidoras que han estado ahí presentes desde que comencé a escribir, me han esperado y apoyado con sus buenos deseos. Les quiero agradecer porque al día de hoy llegamos a los 1k 🥳🥳🥳, SIII !, no saben que orgullosa y feliz me siento de poder hacer algo que les gusto y poder compartirlos con ustedes. Los quiero y disfruten de esta atractiva historia.
P.O. V Anastasia
1 año, 3 meses
Al fin el momento ha llegado. Después de un año de recuperar la vida que me fue arrebatada puedo decir que me encuentro preparada para regresar pero sobre todo para saber si entre Christian y yo puede volver a surgir algo.
Me miro al espejo y puedo notar que hasta ni yo misma me reconozco, todo este tiempo me he dedicado a superarme y a cumplir todas la metas que me propuse.
Sin duda he cambiado demasiado, ya no soy más aquella ingenua joven que conocieron, ahora puedo decir que soy alguien decidida a luchar por lo que quiere y a no rendirse jamás.
—Mi amor, ¿estás lista? —. Volteo a ver a mi madre.
—Si mamá es solo que revisaba que mi atuendo fuera el correcto, ¿Te parece bien?—. Digo mientras me doy la vuelta de un lado a otro revisando que todo esté en orden. Mi madre sonríe asintiendo.
—Pequeña, estas perfecta verás que cuando te vea no podrá quitar los ojos de ti, además con cualquier cosa que te pongas te vez linda. Nunca olvides eso—. Acaricia mi mejilla, y yo asiento.— Ahora hay que irnos porque sino no llegaremos a tiempo para la gala.
Tomo mi bolso para salir detrás de mi madre hacia el auto que ya nos está esperando. Antes de salir de la casa repaso por ultimas vez el lugar en donde fui muy feliz. Siento un suave toque en hombro.
—Tenemos que irnos.
—Lo sé pero no puedo dejar de sentir un poco de melancolía al dejar este lugar, además me siento rara volver a un lugar que me trato mal.
—Pero ya no estás sola Ana. Nos tienes a nosotros, a tu familia—. Miro a Ethan y acaricio su mano—. Tienes razón, hay que irnos.
Cierro la puerta de la entrada y ambos nos subimos junto a papá y a mamá al auto para salir rumbo al aeropuerto privado en donde nos espera el Jet para volver a Seattle.
Entramos a la pista privada del aeropuerto en donde se encuentra esperándonos el Jet listo. Bajamos del auto para subirnos y esperar para despegar.
Mientras espero no puedo de dejar sentirme ansiosa y nerviosa al mismo tiempo.
—Tranquila hija. Verás que todo irá bien, apenas te vea quedará prendido de ti.
—Espero que sea verdad mamá. Jack me dijo que Christian se había ido un mes después de que yo me fui y desde entonces solamente le había enviado correos diciendo que estaba bien y que era lo que necesitaba. Pero ha pasado un año, yo he cambiado, él igual, tengo miedo que haya encontrado a alguien mejor que yo.
—Hija-. Toma mi barbilla para voltear mi cara hacia ella.— Eres bellísima, y antes que fueras Anastasia eras Rose, una chica humilde que logró llamar la atención del soltero más codiciado de la sociedad, ahora no tiene porqué cambiar algo.
—Si cambia algo. Ahora tengo como hermanastra a la ex de mi ex marido, y su padre resultó ser el mío.
—Pero estás conmigo, y Raymond no te hará nada porque aunque nosotros estemos separados sé que él te ama muchísimo, cuando naciste se volvió loco y cuando le dijeron que habías muerto sufrió.
—Aún no entiendo quien fue la persona que inventó que estaba muerta.
—Bueno hija, me dirás loca o paranoica pero puedo decirte que fue Elena. Siempre quiso a tu padre y no creo que no haya aprovechado la oportunidad de aquel accidente. Elena siempre se deshace de todo aquello que le estorba.
—Lo sé, madre así comenzó todo, con ella por querer quitarle todo a Christian. Ahora más que nada tenemos que buscar pruebas para que pague si fue culpable.
—Y lo haremos hija, pero prométeme que tendrás cuidado, porque si Elena te comienza a ver como una amenaza, no le temblará la mano para matarte.
—Tranquila mamá, lo tendré pero no dejaré que si ella fue la culpable de todo lo que nos hizo pasar quede impune. Si ella fue tendrá que pagar, así como me llamo Anastasia Rose Steele Adams.
Nos avisan que debemos ponernos el cinturón porque comenzaremos a despegar rumbo a Seattle, al lugar donde todo comenzó.
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Seattle, Washington
Son las 5 pm y acabamos de aterrizar en la pista del aeropuerto de Seattle. Al bajar del jet nos espera varias camionetas con los guardaespaldas vigilando. Subimos a una de ellas y salimos rumbo a la casa.
Al llegar a la casa bajamos y nos esperan en la entrada los empleados de servicio quienes al ver bajar a mis padre los saludan y les dicen los gustosos que están de que hayan vuelto. Después entramos a la casa y mi madre me lleva a la que será mi habitación.
—Está será tu habitación, espero que te guste.
—Es hermosa mamá, me encanta.
—Me alegro hija. Ahora toma un baño y relájate que en una hora más llegan los estilistas para arreglarnos y también el equipo de asesor de imagen.
Mi madre sale dejándome sola en la habitación. Tomo asiento al pie de la cama y miro hacia la vista de la ventana ansiosa anhelando el momento de volver a ver a Christian.
Saco de mi bolso la pequeña cajita que siempre llevo conmigo donde dentro de ella se encuentra el anillo que me dio Christian cuando nos casamos. Tan solo espero que todo este tiempo separados no haya sido en vano pero sobre todo podamos volver a estar juntos porque yo al menos aún lo sigo amando como cuando estábamos casados.
Guardo de nuevo mi anillo en la cajita, guardándola en el cajón de la mesita de noche para después ir a darme una ducha y estar lista en el momento que llegue todo el equipo, quiero estar hermosa para la hora que llegue el momento y me vea Christian, porque por eso volví, para ver si lo nuestro aún puede ser, sino es así tan solo decir adiós y seguir mi camino.
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Barreras de Amor
FanfictionUna chica separada de su familia, la cual crece entre las calles hasta que llega el momento de pagar todas las deudas tiene que acercarse a Christian, un multimillonario famoso pero lo que no sabía que todo le sale mal terminando enamorándose y enco...