Barreras de Amor

CAPITULO 39

P.O.V Christian

Apenas el coche se termina de estacionar en la entrada de la mansión, bajo desesperado por ver a mi reina y acariciar la pequeña pancita donde se encuentra mi pequeño hijo. Jason me entrega el ramo de rosas rojas que le traje a mi reina mientras él trae la sorpresa que es para el bebé.

—Tan solo espero a mi Ana le guste la sorpresa—. Digo volteando a ver a Jason quien me mira con una sonrisa.

—Verá que le encantará a la Señora Grey, lo que compró para el pequeño—. Asiento abro la puerta de la entrada y noto que está se encuentra abierta, frunzo el ceño.

—Que extraño—. Digo abriéndola pero apenas entro tiro el ramo de rosas al ver mi peor pesadilla vuelta realidad.— ANASTASIA—. Grito desesperado y asustado al ver a mi piedra preciosa tirada en el piso con sangre entre sus piernas.

Corro hacia ella, tomándola entre mis brazos. —No,no,no,nooo—. Grito al ver que el pulso de mi mujer es lento, le grito a Taylor que le hable a una ambulancia, lo cual hace.

Se escucha varias reacciones en la puerta. Miro y veo a mis hermanos junto con mi cuñada venir hacia a mi asustados.

—¿QUE PASÓ?—. Grita Jack viendo a mi Ana entre los brazos.

—N....no lo sé, c....cuando llegue a...Ana estaba tirada aquí en el p...piso—. Digo con cada palabra atascada en mi garganta por llorar.

La ambulancia se oye llegar. Los paramédicos entran con una camilla. Levantan a mi princesa con sumo cuidado y me piden que los acompañe en la ambulancia. En todo momento sostengo la mano de mi Ana quien se encuentra pálida. Ruego a Dios porque nuestro pequeño bebé salga bien.

Al llegar al hospital, la doctora Greene nos espera, pasan a mi Ana directamente mientras que a mi me detienen diciéndome que espere noticias en la sala de espera. Al llegar me encuentro a mis hermanos en ella, al verme entrar se acercan, abrazo a Elliot mientras me permito llorar.

—N...no quiero perderlos Elliot—. Digo llorando mientras que mi hermano me consuela.

—No les pasará nada hermano. Verás que no.

—No entiendo qué pasó Christian. Pensé que mi hermana tenía personal a su disposición para cuidarla. QUE MIERDA ESTABA HACIENDO SOLA—. Me pregunta Jack furioso mirándome.

Caigo en cuenta que al llegar no vi a nadie del personal, así que marco el número de Jason, furioso para decirle que quiero reunido a todo el personal que debía estar a esa hora. Cuelgo la llamada y vemos entrar a la doctora.

Me acerco a ella.— Doctora dígame cómo está mi mujer y mi hijo, ¿Están bien ambos?

—Señor Grey, lamentó informar que necesito que decida ahora—. La miro con confusión.

—¿C...como que decida ahora?, s..sobre qué tengo que decidir.

—Señor Grey. Su esposa llegó grave en este momento la vida de su mujer y su hijo es grave. Necesito que si llega a presentarse una complicación ¿A quien debo salvar?

Caigo en cuenta lo que dice la doctora. Sacrificar a uno para que el otro viva. — No,no,no—. Niego pasando las manos por el cabello —Salve a los dos doctora. No elegiré a uno, usted me está pidiendo que decida la vida de mi esposa o mi hijo. Pues no, quiero a los dos vivos.

—Señor Grey. Haré todo lo que esté en mis manos por salvarlos pero los momentos que estamos aquí pueden ser cruciales. Así que necesito que me diga a quien debo salvar si es necesario.

Niego, repitiendo como una grabadora las mismas palabras hasta que Kate habla.—Si llegará a pasar algo. Salve al bebé, mi hermana lo querría así.

Miro fulminantemente a Kate. —Bien los mantendremos informados—. La doctora sale dejándonos a todos en la sala de espera.

—Porque mierda dijiste eso Katherine. ERA MI DECISIÓN. DECIDISTE POR MI CUANDO NO TE CORRESPONDÍA—. Digo furioso.

—Lo lamentó Grey pero era necesarios, lo dijo la doctora. Además Ana me dijo que si algo llegaba a pasar salvara al bebé. Así que perdón por ser una persona egoísta cumpliendo el deseo de mi hermana.

—Tú debiste estar ahí. DONDE DEMONIOS ESTABAS QUE DEJASTE A TU HERMANA SOLA—. Le reprochó al recordar que ella debía de haber estado allí con ella.

—Ana me dijo que se sentía bien y que saliera con Elliot.

—¡Basta! Estamos en un hospital esperando que mi cuñada y mi sobrino se salven ambos. Así que no vale nada que nos estemos echando la culpa—. Dice Mía mirándonos a todos.

—Es cierto lo que Mia dice. Así que basta—. Secunda Jack. —Le acabo de avisar a nuestros padres Kate, llegarán en un rato.

Tomamos asiento esperando noticias de mi familia. Me encuentro desesperado e impotente al no poder hacer nada por ellos. —Señor—. Levantó la cabeza encontrándome a Taylor junto con otro del cuerpo de seguridad. Me levanto hacia ellos.

—Y bien ¿está hecho lo que pedí?

—Si señor. Revise quien debería estar en ese momento. Y debería ser Alice, la joven que Gail contrato para el servicio.

—¿Y donde carajos estaba en ese momento? Donde mi mujer necesitaba ayuda—. Digo de manera molesta—¿Y los demás?.

—La joven nos dijo que la madre de usted fue a ver a la señora Grey. Al parecer todavía no estaba enterada de las personas que no deberían dejar entrar y le aviso a la señora, la cual recibió.

—Mierda—. Digo desesperado al saber que la visita de Grace no debió a ser para nada buena. —Esto no es algo que se deba pasar por alto. Trasládala a otra de las casas para que trabaje pero no la quiero allí, y también despide a los ineptos de seguridad que estaban en la entrada, ya que ellos sí sabían que no debían dejar pasar a Grace.

—Si señor enseguida—. Jason junto con el otro de seguridad salen dejándome pensando que es lo que Grace hacía visitando a Ana.

—¿Todo bien?—. Me pregunta Mía. Volteo hacia ella negando.

—No al parecer nuestra madre fue y vio a Ana. Algo dentro de mi dice que Grace fue el detonante de todo esto, hasta cuando será el día en que nos deje ser felices.

—No es ella solamente Christian, sabemos que Elena puede tener algo que ver también. Debemos tratar de sacarle algo a nuestra madre para poder así terminar con esto.

—Lo sé, pero por el momento solamente quiero que mi Ana y mi hijo se salven. Me muero si les pasara algo a los dos—. Digo dolido de solo pensar que llegar a perder a uno de los dos.

El tiempo pasa y nadie a salido para darnos noticias acerca de mi Ana o mi bebé, cada minuto qué pasa es un minuto que voy acumulando hacia la locura. Mis suegros y mi padre llegarán hace unos minutos e al igual que todos se encuentran desesperados ante la incertidumbre.

Las puertas son abiertas entrando por ella la doctora. Por su rostros puedo notar que fue algo difícil y complicado porque su rostro denota cansancio y estrés.

—Doctora, ¿cómo está mi esposa, mi hijo? Pudieron salvarlos—. Digo rápidamente sin darle tiempo de contestar a la doctora, ella sonríe.

—Debo informales que aunque fueron horas complicadas, logramos salvar a ambos—. Todos suspiramos de alegría y emoción.—El pequeño estará por el momento en la incubadora, ya que por ser prematuro debemos estarlo monitoreando, pero si todo está bien en dos o tres días podremos darlo de alta. Ana debe quedarse un poco más, ya que necesito transfusión sanguínea para recuperar la que perdió pero todo salió bien. Tiene a dos guerreros señor Grey.

—Gracias doctora—. Digo feliz de saber que mis dos tesoros están vivos y bien. Pregunto si puedo ver a mi nena pero me dicen que ahorita que la pasen a su cuarto.

Suspiro de alivio. Pero esto no se quedará así, debo de acabar con todas aquellas personas que no nos quieren ver juntos a Ana y a mi, ya que ahora existe alguien más a quien debemos proteger. Y los que se meten con mi familia conocerán realmente quien soy.