Estoy recogiendo la mesa para el postre, panna cotta de frutos rojos. Todo estaba delicioso aun cuando mi mente estaba en otro sitio, Spencer. Aquel chico que me llevaba ignorando toda la noche pero no me paraba de mirar a escondidas. Uhgg. No lo soporto más. Me subo a mi habitación que se sitúa en la azotea. Cojo los cascos y empiezan a salir canciones aleatorias de mis artistas favoritos. Alguien está llamando a la puerta, abro y es él. Me da una tarjeta y se dirige hacia la ventana pasando por todo mi cuarto.
-Shhh, solo dale el papel a mi madre y luego hablamos- dice tranquilo mientras abre la ventana.
-Pero...- y antes de que pueda terminar mi frase, se tira y se despide con un simple "adiós, cariño". ¡Será cabrón, me ha dejado con todo el marrón!
Leo la carta, se va a una quedada en la casa de un tal Tim y al parecer se va a quedar a dormir allí.
Después de eso la noche no fue tan mal como parecía, jugamos a un par de juegos de mesa, nos reímos un rato y al final del todo los padres pusieron música y se pusieron a bailar, muy romántico todo. Me hizo pensar en esas escenas de las películas, en las que todo parece perfecto pero en realidad no lo es, nada en la vida es fácil y siempre hay que luchar.
Nos dirigimos a la entrada y nos despedimos. Sabía que a partir de ese momento los Wilder se volverían nuestros amigos y compañeros de tardes, no me disgustaba salvo la idea de que tendría que ver a Spencer cada fin de semana.
Estoy montado en la bici, volviendo de otro horroroso día en el instituto, de pequeña solía soñar cuando llegase esta edad, tendría un coche rosa, el novio más popular y más bueno de todo el curso, las mejores amigas y sobre todo solía imaginarme que sería la reina de la escuela. Bastante superficial eh. Pues si desde pequeños enseñamos a los niños a idealizar las cosas como por ejemplo las princesas Disney siempre se ven delgadas, guapísimas y como súper maquilladas. En realidad, las mujeres tenemos estrías, tenemos una panza hinchada, a veces tenemos mala cara y no todo son arcoíris como lo pueden parecer en las redes sociales.
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Tenías que ser tú
Roman pour AdolescentsUna chica desesperada por sentirse viva, un chico mayor que ella que le ayuda a levantarse y una historia de amores y mentiras. ¿Serán capaces de encontrarse a sí mismos por el camino, cuando ya hace tiempo que se han perdido? ¿Podrán quererse, sabi...