21. mi sol

71 16 3
                                    




Me costó admitir que en mi casa nada iba bien, cortes todos los días y más y más discusiones constantemente. Ya no pasaba tanto tiempo con mi familia, es más, siempre estaba encerrada en mi habitación, con la excusa perfecta de que tenía muchos deberes e iba a necesitar tiempo de concentración para mí sola.

Mi padre había cambiado de empresa, ahora viajaba mucho y mi madre, siempre pendiente de su trabajo. No me quejo de ellos, hacen grandes esfuerzos porque podamos disfrutar de la mejor vida posible, y aunque no lo parezca yo les estoy muy agradecida.

Decían que les hacía falta más abrazos, besos y que les mostrase cariño, Lo que ellos no sabían es que Lana ya estaba muerta, la mataron hace mucho tiempo con sus estúpidos comentarios y sus críticas a mis espaldas. La Lana esa que era una niña inocente, ilusa y se creía que lo tenía todo en el mundo pero realidad no lo tenía nada, Hasta que se dió cuenta de que no podía ser tan frágil a los demás tenía que construir una coraza a su alrededor en la que fuera difícil entrar. Le hicieron tanto daño en el pasado que ella cambió completamente, aún así siempre me hago esperanzas y terminó por decepcionarme, creo que tengo las expectativas demasiado altas para la gente pero no sé hasta qué punto.

Ethan es mi hermano, no me puedo quejar de su relación conmigo, normal, una de hermana mayor chinchona y hermano pequeño picajoso. Lo normal es que la mayor cuidará al pequeño, pero en casa era al revés, yo era una inestable emocional y él era mi protector, siempre lo había sido y siempre lo será. Me siento culpable al pensar que pasó casi toda su infancia yendo de hospital en hospital, oyéndome llorar en el baño, viendo como sufría mi familia y nadie le tenía en cuenta. Deseo que algún día pueda recuperar todo ese tiempo que le he hecho perder y que me pueda perdonar por ello.


Pero a pesar de todo, mi gran apoyo en la familia, mi luz, mi vida, mi todo es mi perro Sol. Creció a mi lado y es al único al que le puedo contar todo con plena confianza y libertad. Hace dos años le diagnosticaron cáncer cerebral, después de meses con pruebas y análisis de todo tipo, nos dijeron que solo le quedarían 3 semanas. No quise llorar porque Sol no se lo merecía, él merecía que estuviera allí y le apoyara en todo. Hoy en día, sigue mostrándonos a todos que es un pequeño luchador y nunca se rendirá por muy mal que estén las cosas. Le admiro demasiado por eso, por seguir adelante y querernos como que mañana seguirá ahí, aunque no se sepa bien. Empezaron los ataques y síntomas en verano y me da miedo perderle porque es a la persona que más quiero en el mundo y nunca podría aceptar que ya no está junto a mí.

Cuando le diagnosticaron cáncer el 3 de Junio 2019, me prometí a mí misma tatuarme un sol en la muñeca, para tenerle siempre presente y cerca de mí. Sol ha sido mi verdadero protector y estaré conmigo hasta que yo está enterrada bajo tierra.

Tenías que ser túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora