Tenías que ser tú

25. la cita (pt.1)

Hola -

Adiós - me precipito a decir saliendo de su paso.

Me agarra de los hombros.

Necesito enseñarte una cosa, te espero en la puerta de tu casa en quince minutos-

Ehhh, no. ¿Qué pasa si no quiero ir contigo? - le respondo de malas maneras.

Ya me estaba cansando de tener que hacer siempre lo que él quisiera. Quería decidir por una vez y dejar de ser su marioneta.

Pues no vengas, pero te quedarás con la intriga...

Resoplo

Vale, pero en la puerta de TU casa en media hora y dúchate por favor que vaya olores me traes -

Se ríe y se coloca el pelo para atrás mientras me dedica una sonrisa encantadora.

Entonces es una cita - dice

Llámalo como quieras, si ayuda a tu ego y orgullo -

¡¡¡Dios mío!!! No me lo puedo creer, acabo de quedar para tener una "CITA" con el chico de mis sueños, por el que me muero... En mi cabeza estoy saltando como loca, pero realmente estoy yendo calle abajo riéndome sola.

En cuanto llego a mi casa, subo corriendo y llamo inmediatamente por video a Leonie. Estamos las dos gritando de felicidad. ¿Yo? Sí, yo voy a tener una cita con S y quién sabe lo que pasará después...

Tía, no jodas, ayyyy que emoción -

No me lo creo ni yo -

¿Qué te vas a poner? -

Pues no tenía pensado nada, supongo que unos jeans y una camiseta -

No, no y rotundamente no, ¿cómo se te ocurre ponerte eso?

¿Qué tiene de malo? -

A ver, enséñame lo que tienes - me dice mientras abro mi armario y le enseño todo mi vestuario, ropa tirada, sujetadores, pantalones manchados, etc.

Ayy, ese, ese outfit me flipa, ¡póntelo! -

Vale voy voy... - Me visto mientras ella me cuenta los cotilleos del curso. Somos opuestas pero encajamos, como el ying con el yang. Ella era blanco y yo era negro. Ella era y yo era, juntas, mejores amigas.

Justo un par de minutos después de colgar, alguien llama al timbre.

Bajo corriendo. Me pongo los zapatos y salgo.

Va vestido con unos pantalones de chándal grises y una camiseta blanca tipo polo.

Me saluda con un beso en la mejilla.